Cine-mundial (1929)

CINE-MUNDIAL UNA BOCA ATRAYENTE ES EL PRIMER REQUISITO DE LA HERMOSURA A boca modula las frases dulces, tiende los labios al beso . . . o los frunce en despectivo mohín. Pero, sonriente o malhumorada, con enojo o con intención, en los dientes prende la mujer su atractivo y su encanto. ¿Se Enrojece el Cepillo al Lavarse Ud. los Dientes ? Cuando las encías comienzan a sangrar, corre peligro la dentadura. Proteja Ud. sus encías y conservará su boca sana. Para eso, Ipana es ideal porque devuelve la fuerza y la actividad a las encías, aparte de dar brillo y limpieza a la dentadura. Mantenga Ud. nítidos sus dientes y firmes y robustas sus encías, con Ipana. SONRIE MEJOR QUIEN USA (E PASTA DENTIFRICA 2 PÁGINA 610 aclarárselo lavándose con agua de manzanilla o de té, aunque no espere nunca que se le ponga tan rubio como cuando era niña. G. C. F., Buenos Aires. — El censo acusa que hay en la ciudad de Nueva York 1.100.000 alemanes, que hablan el inglés a la perfección y como unos treinta millones en todo el país, por lo cual creo lo más prudente que continúe usted donde está, porque es más fácil que la fortuna lo visite en esas latitudes que en éstas. No quiere esto decir que con sus conocimientos no pudiera usted encontrar una colocación aquí, pero, créame, más le vale no probar por si acaso. De venir, creo, gue sería Chicago la ciudad más indicada para usted. Delia Margarita, Cuba. — Está muy bien su estatura de acuerdo con sus años. Si no ime dice usted el nombre del autor de la poesía, no tengo facilidad de averiguárselo. Dulce y sabrosa. — No es posible hacer una consulta de la importancia de la suya por correspondencia. Es absolutamente necesario que se haga ver por un buen médico y si cuenta con medios para ello le aconsejo un viaje inmediato al Hospital del Ancón, en Panamá, pues no debe dejar en modo alguno que su enfermedad se prolongue sin una buena asistencia facultativa y sin la intervención quirúrgica que tal vez le sea necesaria. Lector Anónimo, Buenos Aires. — Le ruego perdone mi tardanza en contestarle debida al exceso de correspondencia. Esta vez le ha tocado el turno y ahí va el nombre del libro que le recomendé y que no dudo habrá de servirle de mucho en la orientación de su porvenir. El libro se titula “The Book of Life” y se ha hecho de él una nueva edición que aparece con el título de “The History of the Ages”. Es original de Robert Collier y lo encontrará usted por cualquiera de los dos títulos. Roberto Flores, Nueva York. — Si usted mismo cree que no podrá nunca dominar lo que es causa de su mal, éste no tiene otro remedio que el que su voluntad quiera darle. Debemos insistir tenazmente en la conquista de todo aquello que se encuentra a nuestro alcance, pero cuando nos empeñamos en coger la luna con la mano, nuestro buen sentido debe hacernos comprender que esto es imposible y que debe abandonarse. Esto es presisamente lo que a usted le ocurre. Aproveche el verano que llega y váyase al campo por dos o tres meses, dedicándose durante este tiempo a los ejercicios físicos que gasten sus energías durante el día y le procuren un sueño reparador durante la noche. Desconozco la posición económica de usted pero, aunque ésta sea brillante, le recomendaría que se pusiera en contacto con una Sociedad Naturista Hispana que existe en esta ciudad, en la calle 1f5, entre las Avenidas Quinta y Sexta, más cerca de la Quinta; no recuerdo el número. De todos modos, le será muy fácil encontrarla y allí le pueden dar detalles de las excursiones veraniegas patrocinadas por la Sociedad. donde por un precio módico en extremo puede pasar todo el verano en el campo, haciendo una vida completamente primitiva, que es justamente lo que usted necesita para combatir con éxito su neurastenia. Pérez de Marchena, Méjico. — El caso de usted es muy lógico por aquello que dice el refrán de que “donde las dan las toman” y ahora está la muchacha en posición dominante. Pero si anteriormente, como me dice usted, ella estaba interesada, no hay duda de que con un poco de constancia por parte suya y haciéndola ver siempre la seriedad de sus pretensiones, acabará por conquistarla del todo. Cuando una mujer se ríe, está medio ganada la batalla, pues la mayor parte de las veces detrás de la risa se ocultan los más íntimos sentimientos que no se quiere salgan a la superficie, La mujer que quiere darle calabazas redondas a un hombre, lo hace siempre en un plan de la más absoluta seriedad. — Para su amiga, o amigo, no tengo qué aconsejar. Las cosas de los ojos son siempre delicadas y es necesario el consejo médico directo. Para el exceso de calor, necesita posiblemente un cambio de alimentación y también este caso es cuestión de un médico que oriente. Ana María, Manzanillo, Cuba. — Son muchas las mujeres que de vez en cuando se encuentran con la tez empañada y lacia, como le pasa a usted, aunque sean muy jóvenes. Esto proviene generalmente de una mala nutrición, del abuso de los nervios o de acostarse tarde y dormir poco, El remedio para esto no puede ser más sencillo y al mismo tiempo beneficioso para la salud. Tómese un baño de agua del tiempo que dure de tres a cinco minutos. Al salir, fricciónese bien todo el cuerpo con una toalla gruesa, y especialmente la espalda. Póngase un poco de crema en la cara y en las manos y, envuelta en una sábana, acuéstese y repose durante media hora. Salga después a pasear por el sol y estoy seguro de que al volver a casa tiene la piel fresca y rosada que da gusto verla. Si adquiere la costumbre de darse uno de estos baños tonificantes cada semana pronto n>tará la diferencia y observará los beneficios. Red Gladiolo, Habana. — Espero que llegará a tiempo mi respuesta, antes de que emprenda su viaje. Si usted quiere venir a un hotel, puede encontrarlo desde $2.50 por día, habitación con baño, en buenas condiciones y en el centro de la ciudad. El Hotel St. Andrews, por ejemplo, en Broadway y calle 72, o el Hotel Hargrave, en Columbus Avenue y la misma calle 72. Si quiere algo más barato hay una especie de Clubs donde puede alojarse muy comodamente por 8 o 10 dólares semanales. Y si quiere una casa de huéspedes las hay por cientos, con y sin comida, Los precios varían yo no estoy al tanto de ellos, pero puede escribir a M. González, 130 West, 80th Street, por ejemplo, que es una casa de huéspedes de que me han hablado como buena y seria, y de todos modos, cuando esté usted aquí, si no le conviene una cosa, busca Junio, 1929