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La PIi
A PLAYA de Salisbury, tendida hacia
el noreste del estado de Massachu
f setts, cerca de la frontera del veci
no estado de New Hampshire, era un sitio
de algazara, bullicio y alegría la noche del domingo 5 de junio de 1927.
Tocaba a su fin una semana de fiestas, durante la cual los concurrentes al sitio de recreo no habían tenido un solo minuto de descanso. Los paseos y pabellones de Salisbury vibraban arrebatados por la locura desbordante del gentío: hombres, mujeres, niños, ancianos, forasteros y visitantes de la sierra que todavía no habían perdido la costumbre de divertirse por lo menos una vez al año.
Millares de parejas dirigían sus pasos confiados hacia la playa misma, dejando atrás los letreros luminosos del bulevar que anunciaban a la muchedumbre ávida de
CINE-MUNDIAL
Por Herbert Hall Taylor
redactor del “Providence Journal?”
(Versión española de Torres-Mazzorana)
del destino había escogido la playa de Salisbury aquella noche para lugar de uno de los crímenes más diabólicos y violentos que se registran en la historia del estado de Massachusetts.
A las 7:30 de la mañana siguiente una mujer italiana llamada Angelina de Franco paseaba por las arenas frescas del litoral, acompañada de un niño. La mañana era un encanto de sol y claridad celeste,
de Los
tamente, apretando con fuerza la mano del niño que iba con ella. A dos pasos, vieron tendido en la arena el cuerpo de una hermosa joven. La señora De Franco supuso que la muchacha estaba dormida, pero al inclinarse sobre ella se percató, con el horror consiguiente, de que se trataba de un cadáver.
La muerta, tendida de espaldas sobre la arena, con los pies en dirección al mar, estaba completamente vestida, pero su traje azul había sido despedazado y la descubridora del cuerpo pudo notar que las pantaletas de la pobre joven habían sido cortadas y los fragmentos de tela arrojados al viento.
En el acto la mujer se dió cuenta de que tenía ante sí a la víctima de un horrendo crimen. Sintió primero todo el espanto que provoca un hecho de esta na
sensaciones y deleites, ora restauranes olorosos a mariscos, ya pintorescas casas de baño o cómodos salones de baile donde era fácil pasar la noche en agradable compañía.
Frente al estudio fotográfico de la playa se detenían algunos grupos a contemplar las vidrieras cargadas de retratos.
Detrás del estudio, se erguían los rieles enormes de las montañas rusas, en cuyas difíciles caídas se combinaban la curva y el abismo para acelerar el corazón de los que montaban en sus ruidosos carros.
Verdadera escena de carnaval; panorama de la vida exaltada por el encanto de sus ilimitados goces y extrañas locuras. Y, sin embargo, un designio macabro
pero a tan temprana hora la playa estaba desierta.
Llegaron frente a los terrenos del Hotel Veneciano y se disponían a seguir por la playa en dirección al sureste, cuando la señora De Franco se detuvo súbi
turaleza. ¿Qué monstruo había sido capaz de semejante hazaña? Dominando su repugnancia, se acercó más para examinar “el rostro de la víctima y pudo comprobar que se trataba de una mujer bellísima y ~| que le era completamente desconocida. No recordaba haberla visto en la playa nunca. (Quién podía ser y desde cuándo había <| sido abandonado su cuerpo exánime en * fla playa? , 3 * Por intuición, miró alrededor de la muerta como buscando el arma homicida, el arma utilizada por el agresor para cometer | aquel odioso crimen. Pero nada vió que pudiera delatar al malvado. Solamente que" daba, sobre las arenas solitarias, la figura patética de un cadáver tendido en el paso de las brisas del mar. Angelina tomó de la mano al niño que la acompañaba y se alejó apresuradamente del lugar de:la tragedia, hasta que, trémula
ENERO, 1931
El teatro del crimen: la Playa de Salisbury, en el estado de Massachusetts, Estaaos
Unidos, donde fué estrangulada la señorita Kale el 5 de junio de 1927. La eruz indica
el sitio donde fué hallado el cadáver de la victima. (Arriba) Fotografía fiel de los an
teojos de concha encontrados cerca del cadáver y por los cuales se pudo identificar al asesino, después de una larga investigación.
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