Cine-mundial (1931)

SJacrosanto (Cafe CINE-MUNDIAL RIOR W. Stephen usd I has leído con cuidado, amado lector, las noticias recientes de la prensa relativas al Austria, creerías que ese país estaba a punto de verse envuelto en una revolución y que las calles de Viena no tardarían en enrojecerse con sangre, mientras enfurecidas muchedumbres destrozaban la constitución y esparcían sus pedazos por el Danubio hacia Hungría y los Dardanelos. Permíteme que te diga que tales alarmas son infundadas, a despecho de las apariencias. La piedra fundamental de la República austriaca no es el instrumento de papel que lleva el nombre de constitución, y que, bajo una vitrina, reposa en una de las salas más lujosas del Palacio de Gobierno vienés. No La roca de bronce, el Gibraltar contra el cual se estrellan encolerizadas las olas de disturbios y motines es la más gloriosa de las instituciones austriacas: el café. La venta de café en infinitas variedades es una de las funciones de este establecimiento. Puede obtenerse en él cualquier cosa en la que esa bebida participe como ingrediente, desde un líquido delicado y con aspecto de crema que los nativosllaman "Schale weiss" hasta el café negro reconcentrado. Un embriagador aroma ascendente satura la atmósfera mientras estos brebajes son servidos por doquier... Pero no aludo al café en su carácter de El excanciller austriaco Schober (el de la barba) conferenciando con el excanciller alemán Mueller, FEBRERO, 1931 paraíso de bebidas más o menos refrescantes sino como estabilizador social y político, como verdadero pilar de la nación austriaca, como antídoto infalible contra toda clase de tendencias violentas, y, en una palabra, como el genuino paladín de los derechos civiles y las libertades políticas del Austria. Permítaseme servirme de un ejemplo que se basa en un incidente presenciado por mí. Durante uno de los días más difíciles de la última campaña, me hallaba sentado con otras trescientas personas en un renombrado café de "Kaertner Ring”, céntrica arteria de tráfico de Viena. Los concurrentes, en su mayoría hombres, aunque había bastantes damas, dedicábanse con imperturbable calma a contemplar la taza o el vaso que ante sí tenían. Nadie hubiera podido decir si el parroquiano había estado ahí cinco minutos o cinco horas: mientras haya un vaso de agua frente al cliente, nadie lo molestará y nunca se le pregunta si ha contcluído. Por derecho inmemorial, el asiento de un parroquiano es suyo mientras lo ocupe. El trans curso del tiempo en un café vienés carece de importancia. De cada diez personas, ocho leían un diario, absortas en el contenido de gacetillas o editoriales y sin entrometerse en los asuntos del vecino. Olase el (Continúa en la página 177) El Dr. Seitz, alcalde socialista de Viena y blanco de furibundos ataques de la prensa oposicionista, saliendo del Ayuntamiento con sus asociados políticos. Es el tercero, a contar de la derecha. Monseñor Ignatius Seipel, tempestuoso lider austriaco. En las recientes elecciones, hizo Mimistro de Gobernación a un joven e impulsivo príncipe, dueño de 18 castillos. El principe pagó los gastos electorales y ahora hay 18 hipotecas sobre zx. otros tan tos castillos. Bajo rojas banderas, los comunistas de Viena organizan una mamifestación a la sombra misma de la famosa torre de San Esteban, símbolo del característico espíritu de la capital austriaca. PÁGINA 141 de