Cine-mundial (1931)

Record Details:

Something wrong or inaccurate about this page? Let us Know!

Thanks for helping us continually improve the quality of the Lantern search engine for all of our users! We have millions of scanned pages, so user reports are incredibly helpful for us to identify places where we can improve and update the metadata.

Please describe the issue below, and click "Submit" to send your comments to our team! If you'd prefer, you can also send us an email to mhdl@commarts.wisc.edu with your comments.




We use Optical Character Recognition (OCR) during our scanning and processing workflow to make the content of each page searchable. You can view the automatically generated text below as well as copy and paste individual pieces of text to quote in your own work.

Text recognition is never 100% accurate. Many parts of the scanned page may not be reflected in the OCR text output, including: images, page layout, certain fonts or handwriting.

pintado las sillas, las miró de reojo y gin darle al asunto la menor importancia. Es decir, importancia material sí que se la dió, porque al momento me hizo la pregunta inevitable: —¿Y la pintura para esas sillas, cuánto costó? ; Cada vez se ponía peor. Desde que los niños empezaron a asistir a la escuela, apenas nos cruzábamos palabra. Toda nuestra conversación era un tiroteo de preguntas y respuestas. El no me contaba ni una palabra de sus negocios. No obstante ir en aumento las tierras y el ganado de su hacienda, renegaba hasta del más insignificante gasto hecho para la casa o para los niños. Mi sufrimiento llegó a ser tan grande que ya no pude pensar ni en mis hijos MARZO, 1931 CINE-MUNDIAL y creí sinceramente que odiaba a mi esposo en cuerpo y alma. ¡Y era cierto que empezaba a odiarlo! Empezaba a odiar al padre de mis hijos, al hombre que adoré con mi mayor pasión, al esposo a quien un lejano día venturoso supe jurar fidelidad eterna en el amor... ¡TRISTES recuerdos flotantes en el naufragio de mi alma! ¡Terrible desengaño! Ahora las cosas eran muy distintas. Hacía dos años que llevaba aquel mismo traje descolorido por el uso, dos años que llevaba aquel mismo traje descolorido por el uso, dos años que no me compraba un vestido muevo, porque la última vez que quise tenerlo Juan me contestó que necesitaba el dinero para pagar unos venci d | Una mujer que no acertaba a explicarse el error que cometió al escoger marido. Después en un momento de locura... ( Relato auto biográfico completo) mientos. Mi orgullo no me permitió llorar, pero juré no volver a pedirle nada. Solamente le pedía para los niños y a duras penas le sacaba para sus-ropitas sencillas, para los libros y demás efectos de la escuela, para -las cosas más necesarias y baratas. Es verdad que algo conseguí para mis hijos, pero ya estaba cansada de pedir. Quizás fué la primavera la que me hizo cambiar en aquella fecha memorable: el día bendito en que quise algo para mí. No estaba satisfecha con ser madre y pedir para mis hijos. Anhelaba algo más que mis hijos... pedía un poco de la alegría de los pajarillos, la tranquilidad del ganado que rumiaba en el pasto, los rumores del arroyo por entre las rocas, el remanso sua (Continúa en la página 253) PÁGINA 213