Cine-mundial (1934)

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Uruguay—Josó6 J. Vallarino, Montevideo. Venezuela—Villalobog & Cía., Caracas. Página 5658 BINAMELA TO 0 mucho ejercicio L2 recomendación tal vez parezca ridícula, especialmente para aquellas amas de casa muy activas, que no paran un momento en todo el. día, tengan o no tengan sirvientas, sin sentarse un solo minuto más que para comer. “Si con el mucho ejercicio—dirán ellas—se consigue obtener y conservar bellas formas, estamos ya seguramente en el punto de hacer la competencia a la Venus de Milo.” Tal vez tengan razón. Lo mismo el ama de casa que la moderna empleada de oficinas y comercios no disponen de mucho tiempo que dedicar a los ejercicios calisténicos para el perfeccionamiento de la figura, apuradas por la mañana para dedicarse a los afanes diarios y cansadas por la noche, con más deseos de acostarse que de hacer gimnasia. Pero el hecho es que unos cuantos minutos al día, muy pocos, realizan el milagro; que los ejercicios para mejorar las formas y la postura, no sólo no fatigan, sino que descansan; y que todas las diarias actividades de la mujer pueden convertirse en saludable gimnasia si se practican de manera acertada. HË aquí una de las bases fundamentales para conservar en plena vejez los esbeltos y flexibles contornos de la juventud: Manténgase siempre erguido el busto y echados hacia atrás los hombros, mientras se va con paso ligero a la oficina o de compras; mientras se barren las hojas del jardín o los pisos de la casa; mientras se mueven los dedos sobre las teclas de la máquina de escribir o del piano, o los pies en los pedales de la máquina de coser; mientras se termina un lindo vestido o mientras se pelan papas . . . ¡manténgase erguido el busto y echados hacia atrás los hombros, siempre, siempre, siempre! Hasta que esta postura no se adquiera por hábito, no se puede tener idea de lo que de ella dependen la gracia de movimientos y la flexibilidad y armonía de todo el cuerpo. (a una gentil oficinista que pasa de los 30, que no dispone de tiempo para dedicarlo a su persona y que tienen, sin embargo, una de las más bellas figuras que yo he visto. Pero aprovecha cualquier momento y especialmente la hora de vestirse para practicar toda clase de flexiones. Ejercita los músculos de brazos y piernas mientras toma la ducha. Va de un lado a otro del cuarto mientras prepara su ropa con un libro colocado sobre la cabeza y andando de puntillas. Y ha creado todo un arte calisténico de la sencilla operación de ponerse las medias. Hé aquí su procedimiento: AN AS Se acuesta sobre la cama y encoge la pierna derecha hasta tocar el pecho con: la rodilla, dejando la pierna izquierda completamente extendida sobre la cama. Con la media sostenida por ambas manos la lleva hasta meterla en el pie. Cuando ha estirado la media sobre la pierna, manteniendo ésta extendida en el aire, dobla la rodilla izquierda en la misma forma que la otra, hasta tocar el pecho y se pone la media en ella. Con ambas piernas extendidas entonces en el aire, todo lo más altas que puede, cruza los brazos sobre el pecho y levanta el cuerpo hasta quedar sentada en la cama. Este sencillo ejercicio de ponerse las medias en tal forma, hace trabajar todos los músculos y, aunque el quedar sentada de este modo es un poco dificil, la blandura del colchón hace posible el esfuerzo. Los hombros cargados es uno de los defectos que resultan de una mala posición y el que más desagrada a toda mujer porque la hace aparecer vieja. Hé aquí un ejercicio para corregir este defecto, que, como el anterior, pone también en juego todos los músculos del cuerpo. Acostada en el suelo, boca abajo, colóquense los pies sostenidos por una silla pesada o por el borde de la cama, para que no se muevan. Aflójense los músculos, con los brazos extendidos a lo largo del cuerpo en ambos lados y la cabeza descansando en el suelo sobre una tohalla, apoyada sobre la mejilla derecha. Muy despacio, entonces, váyamse levantando la cabeza y los hombros del suelo, lo más alto posible, sin ayuda de las manos ni los brazos. Muy despacio también, vuélvanse a bajar los hombros y la cabeza hasta el suelo, descansando ahora sobre la mejilla izquierda. Y así sucesivamente, hasta repetir el ejercicio diez veces al día. PARA terminar con esta sencillísima lec ción de calistenia. Hé aqui una variación del ejercicio corriente de doblar el cuerpo por la cintura para reducir la grasa de las caderas y del talle. Lo mismo que en dicho ejercicio,— que todo el mundo conoce,—manténgase el cuerpo erecto, extiéndanse los brazos en alto sobre la cabeza, y, sin mover las rodillas, dóblese el cuerpo rápidamente sobre el talle y agárrense los tobillos con las manos. Para cambiar un poco la rutina general de tocar el suelo con los dedos parece haberse ideado esta variación que conduce a los mismos resultados positivos de dar esbeltez y flexibilidad al talle. Una ayuda eficaz para conservar la belleza de la línea es la llamada “silla de salud”, en la que se practica fácilmente el ejercicio del remo, beneficioso por igual a niños y adultos. Es un juego agradable remar un cuarto de hora diario en estas máquinas, que hoy se hallan ya al alcance de todos los bolsillos. Cine-Mundial