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LA VAQ
N Hollywood viven—¡y luchan hasta despellejarse!—dos especies de seres: los asimilables y los refractarios. Esto es, los fatalmente predispuestos a fundirse en el crisol común, siempre a la más elevada temperatura, y los que, por alguna desconcertante circunstancia, resisten la acción del fuego sin cambiar de estado ni descomponerse. Naturalmente, los asimilables constituyen la inmensa mayoría. Y la influencia de éstos desdobló el significado de la palabra HOLLYWOOD, que ya no es sólo un nombre, sino también un adjetivo. Decir “Hollywood” es mencionar la ciudad-camaleón, donde todo cambia sin que a nadie sorprenda. Pero es también aludir
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Grace Moore, estrella de la Columbia,
con su marido Valentín Parera.
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Por Miguel
a sus máximos atrevimientos y despreocupaciones. Por esto, cuando se oye que Fulano (o Mengana) es muy Hollywood, ¡ya no hay quien ignore lo que es!
De Grace Moore se dice todo lo contrario: que ella no es Hollywood. ¡Y pueden imaginarse los comentarios de los asimilables! A poco más le niegan hasta el derecho a vivir. . . . Pero ella, espíritu excepcional, se ríe de eso. Acostumbrada desde muy niña a hacer su santa voluntad, se empeñó en conquistar Hollywood, ¡sin ser Hollywood!, y lo ha logrado.
Cuando por vez primera llegó a la Meca del Cine, hace ya cuatro años, vino precedida de su doble fama de gran cantante
de Zárraga
MP ONE
y de mujer riquísima. Y durante el poco tiempo que estuvo aquí, nada se supo de ella. Estaba contratada por los estudios de M-G-M, donde filmó “Jenny Lind” y “New Moon”, con sendos triunfos, y nadie pudo hacer ni el menor comentario desfavorable. . . . Se embarcó para Europa, y fué entonces cuando conoció a Valentín Parera, ¡casándose con él!
Hollywood sonrió al saberlo. ¿Amor a primera vista? ¿Matrimonio repentino? ¿Una americana y un español? ...¡ Divorcio en perspectiva! ¡Escándalo en puerta!...
Pero no hubo tal, y ya van a cumplirse los cuatro años de aquella boda.
(Continúa en la página 719)
Cine-Mundia!