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Y
Por Aurelio Pego
Ne siempre coloca bien la nariz ante la camara Marlene Dietrich. Si la fotografiaran en aquellos momentos, por efecto de la luz, la afilada nariz de la famosa artista semejaria una cachiporra. Entonces Josef von Sternberg, el director, le aconseja prudentemente:
—De perfil. Esa nariz de perfil, Marlene. ?
Y Marlene, como si tuviera cuerda, gira unos grados a la derecha o a la izquierda y sin’variar de expresión coloca la nariz en tal forma que luego en la pantalla uno se enamora de ella.
Yo quisiera ver a Josef von Sternberg dirigiendo la misma escena, pero teniendo en frente en lugar de Marlene, un tigre americano. ¿Por qué escojo un tigre americano? Porque ese tigre es una de las nuevas estrellas. ¿Qué razón hay para importar muchachas bonitas de Hungría o de Checoeslovaquia y hacerlas estrellas en Hollywood cuando hay en el Sequoia National Park, en Estados Unidos, un puma con grandes actitudes para la pantalla? ¿No resultaría antipatriótico para un productor norteamericano ?
Y ahí está “Gato”, que así han bautizado al puma del Parque Nacional. Por cierto que hasta ahora se ha hecho pasar muchas veces, en las mesas elegantes, gato por liebre, pero es enteramente nuevo hacer pasar un puma por gato.
En la película en que trabajó “Gato” compartió los honores de la interpretación un venado. El venado se llama “Malibu”. Ambos han formado una pareja que de darles por lo cómico acabaría con la popularidad de Laurel y Hardy. Por fortuna para estos bufones del cinema, “Gato” y
El carnivoro, el vegetariano y el que come y Obsérvese la cara patibularia del puma, que todavía no ve muy claro lo de la
mata todo.
película.
Una escena de “Matar o morir”: Gato y Malibu se ven por primera vez después de un año de ausencia.
“Malibu” son actores serios. Mas que serios, trágicos. En la película en que aparecieron por primera vez, matan a un hombre. Y lo matan sin hacer el papel de “gangsters”, lo que ya es cierta novedad en los asesinatos cinematográficos.
La película en la que actuaron las dos nuevas estrellas tuvo dificultades de realización casi insuperables. No había que esperar a que los artistas se compusieran y se acicalaran. Era preciso en cambio pasarse dias enteros para que armonizaran, para que se presentaran ante la cámara sin
que se deshicieran mutuamente a dentelladas. Y no era, como en los demás estrellas, por rivalidad artística; era por rencor de raza.
Un tigre y un ciervo difícilmente se hacen amigos. Uno es carnívoro, el otro vegetariano. Y como en la vida de los humanos, los vegetarianos no pueden ver a los que comen carne y los aficionados al bisté desprecian a los que mascan zanahoria. Un puma siempre mirará con desprecio a
(Continúa en la página 452)