Cine-mundial (1935)

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los Sordos Prefieren el Cine Sonoro Por Aurelio I serán tontos! pensará usted. Sin embargo, los sordos, a pesar de su apariencia de tontos, que la mitad de las cosas por no oirlas no las comprenden, suelen ser bastante avispados. En general son mas inteligentes que los que oyen bien. Una de las razones es porque no distraen su imaginación oyendo tonterías. Otra, porque se afirma que únicamente oyen lo que les conviene. Además, ajenos a los ruidos exteriores, se concentran en sí mismos, piensan más, meditan más, que los que como los pájaros todo lo oyen, todo les distrae. El cine mudo al lado del cine sonoro es como el niño al lado del adulto. Aquel exceso de acción que tenían las películas mudas era bastante infantil. Se dice que en Estados Unidos la mayor parte de las personas no pasan en inteligencia de la de un mozalbete de doce a catorce años. Yo creo que se han quedado con las cabezas así, sin crecer por dentro, porque el cine mudo se la ralizó. En fuerza de ver películas infantiles se infantilizaron los espectadores El cine sonoro es un cine adulto y para Página 554 Pego Maria Gambarelli (de RKORadio) por cuenta de quien hay que compadecer a los ciegos. adultos. Por eso los niños no se entusiasman tanto como antes por ir al cine. Las películas de “cow boys, ” que resultaban maravillosas en el cine sin palabras, en el sonoro no tienen aceptación. Que se oiga el galopar de los caballos y los disparos de las pistolas no añade un ápice al mérito de esa clase de producciones que los niños consumen ávidamente. Si los sordos fuesen lo que la mayoría de la gente cree sus películas favoritas serían las de “cow boys” y Tom Mix el actor más admirado. ¡Pero cualquiera se la da a un sordo! Prefieren Warren William al famoso caballista. ¿Qué atractivo puede tener Warren William para los sordos? Hay que ser sordo, o haberlos interrogado como yo, para comprenderlo. El hecho de que no nos expliquemos su preferencia por el cine sonoro ya los hace más listos que nosotros los que disfrutamos de timpanos normales. Porque ellos sí se explican por qué nos agrada a nosotros el cine sonoro. El sordo tiene un gran poder de observación. Aunque note usted que utilizan gafas, no se les escapa nada. El sordo es generalmente desconfiado y el desconfiado es una persona que vive constantemente alerta. Los demás podremos distraernos, pero el sordo, como un centinela de sí mismo, constantemente está en su puesto ojo avizor. Yo no sé cuáles son las cualidades cinegéticas de los sordos, pero me figuro que deben ser admirables cazadores. ¡ Hay que ver cómo le cazan a uno cuando murmura de ellos! Cuando a nosotros nos hablan miramos a muestro interlocutor a los ojos, o algún grano que tenga sobre el rostro, o no le miramos sencillamente. El sordo no saca la vista de los labios de la persona que le habla. Lo que no oye lo deduce del movimiento de los labios. Si la persona habla con corrección, con claridad y a una velocidad normal, el sordo le comprenderá perfectamente. En el cine somoro los sordos podrían explicar las diferentes clases de labios que desfilan por la pantalla. Acaso no se acuerden del color de los ojos de Ann Harding, pero de la modulación de sus labios sí. Los labios para ellos, particularmente los feme (Continúa en la página 594) Cine-Mundial