Cine-mundial (1935)

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Es el dia de la fiesta nacional y los yanquis, chicos y grandes, se dedican a atronar el espacio con cohetes, voladores y petardos. Todo el mundo exterioriza su patriotismo haciendo el mayor ruido posible. Este año sólo hubo veintidós muertos y mil ochocientos heridos graves. Gráficas del raid Nueva York-Washington El dibujante Riverón, acompañado de un estudiante, una señorita rubia americana, un periodista sin domicilio fijo y un señor asturiano, organiza un viaje de exploración entre Nueva York y Washington el dia 4 de julio de este año, con la temperatura a 35 grados C. a la sombra. El mejor sistema para conocer a Washington es llegar en automóvil. Una cantidad fantástica de coches con chapas de los cuarenta y ocho estados de la Unión atiborra las calles, y el último excursionista tiene que dar varias vueltas a la ciudad antes E N En esta página se ven unos apuntes del dibujante cubano Rivierón tomados durante un viaje en automóvil entre Nueva York y Washington, ida y vuelta, que iniciamos precisamente la mañana más calurosa de este año en compañia de un señor asturiano, un estudiante y una jovencita americana muy simpática, que era la que guiaba la máquina y que se mantuvo nueve horas seguidas detrás del volante el primer día, seis el segundo y nueve y pico el tercero, sin alterarse en lo más mínimo oyendo continuamente las consabidas discusiones en castellano, idioma que desconoce por completo. Mi intención era describir los sucesos acaecidos durante el “raid,” pero no paso nada. extraordinario Página 556 de encontrar un estacionarse. BROAD WIN donde “hueco” El Capitolio estaba vacio y sigue tan descascarado como siempre, y en el Tribunal Supremo sólo había unos cuantos turistas mirando embobados los sillones de los magistrados, que de seguro andaban tomando el fresco en algún balneario cercano. Hay una avenida ancha a cuyos lados se levantan los edificios de las distintas legaciones, todos regios y todos con cierto aire de familia. Entramos en dos de ellas, la de Checoeslavaquia y la de Cuba, donde fuimos dignamente recibidos por los porteros. En la de Cuba nos enseñaron el despacho del embajador y pude cerciorarme de que el Sr. Patterson sólo lee publicaciones serias después de examinar una pila de revistas sobre una mesa, entre las cuales no dí con un solo ejemplar de CINEMUNDIAL. Salimos disparados de un cabaret hispano en cuanto le echamos la vista encima al menú. Parece que en Washington tienen un sistema especial. En este sitio la comida costaba $1 por barba hasta las ocho de la noche; de las ocho a las nueve y media, $1.50; y no sabemos lo que valdría de esa hora en adelante porque nadie leyó más y la comitiva en masa estaba en la calle en menos tiempo que lo cuento. El camarero debe haberse quedado frío. Menciono el caso porque fue la única vez que mos pusimos de acuerdo al instante y sin hablar palabra: bastó una mirada enérgica del señor asturiano para que la joven americana abandonara la silla de un salto y todos Cine-Mundial