Cine-mundial (1935)

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6 Viene usted a Nueva York Y Pues, entonces, viva donde esté como en su casa ... donde la existencia es tranquila y cómoda. Viva en el Hotel Dauphin, porque. ... Primero: El Dauphin fué construído en la “edad de oro” . . . cuartos inmensos, altos techos, enormes guardarropas, paredes que amor tiguan el sonido. ... Segundo: El Dauphin es enteramente NUEVO en lo que respecta a equipo; nuevos son sus comodísimos y muelles colchones de cama, nuevo su elegante mobiliario, ultramodernas sus cocinillas y excelente su novísimo restorán, dotado de amplios comedores. Tercero: Guardamos celosamente la tradición de esta casa, una tradición de cortesía, buen servicio y escrupulosa limpieza. Todo aquí tiende a la comodidad del huésped. Para quienes están de paso en Nueva York, el Dauphin es ideal: hay cuatro sistemas distintos de transporte a sus puertas. La tarifa es de $2.50 diarios por persona, como minimo, y de $3.50 por dos, como minimo. Por mes, una persona, desde $60. Dos, desde $70. Por departamentos de varias habitaciones para una familia, desde $100.00 al mes. HOTEL DAUPHIN Broadway y Calle 67 Nueva York Página 600 H. M. S., Popayán, Cauca, Colombia.—No me ha sido posible localizar a la persona por quien usted se interesa, aunque lo he intentado tenazmente. Lamento mucho no poder complacer a una persona tan gentil y constante como usted. Otra vez será. L. D., Lima.—Taupa, Ecuador.—No sé cuál pueda ser el mejor remedio en su caso. Su esposa es injusta a todas luces. Después de 18 años de matrimonio tiene la obligación de ser más comprensiva y de ayudarle a sobrellevar con paciencia su mala suerte temporal. Usted no tiene la culpa de que los negocios vayan mal y harto sufrirá con ello. Es doloroso en verdad que ella se aleje de su lado por una cuestión de interés y me imagino lo que esto ha de deprimirle. Hágala ver lo cruel de su comportamiento, y, si no consigue que le comprenda, trate de despreocuparse de este asunto, por penoso que le sea y por trabajo que le cueste, para dedicarse por entero a la rehabilitación de sus negocios. Encontrará usted un aliciente en el trabajo y en la esperanza de mejoramiento que de él le redundará. La vida está llena, a veces, de sorpresas desagradables y a usted le ha tocado una que no lo puede ser mas. No se desespere y dé tiempo al tiempo, que todo suele arreglarlo. Lila, Tabasco, Perú.—¿Cómo no se la ocurrió, durante los tres años que duraron sus relaciones amorosas, averiguar los gustos y peculiaridades del que iba a ser su esposo? Ahora es un poco tarde para hacer el descubrimiento. De todos modos, el caso no es tan grave como usted lo pinta. Con maña y paciencia puede usted ir modificando su falta de gusto; y sin que él se dé cuenta de ello, para que no se sienta mortificado, procure ser usted la que compre los adornos de la casa haciéndole ver la elegancia de la sencillez y lo extrañas que resultan las cosas chillonas y churriguerescas. Si su esposo no tiene otros defectos mayores que ese, creo que puede usted considerarse excepcionalmente feliz. Con respecto al otro asunto, es más fácil que lo averigúe usted que yo. No conozco las leyes de su país y no puedo decirla si tiene o no razón su amiga. En los Estados Unidos una muchacha de 18 años no necesita el consentimiento de los padres para casarse, pero supongo que en su país debe ser distinto. El caso del muchacho que incita a su esposa a salir con amigos y a emborracharse me hace pensar que lo que él quiere es buscar un pretexto para un divorcio. Ella será muy sabia si no se lo da. Una poetisa rubia, Laredo, México.—Las coplas no están mal. Son sencillas, están bien medidas, y dicen todas algo. No es ciertamente eso lo que puede llamarse “poesía.” Pero son versos agradables. Y más aún teniendo en cuenta que es una muchacha joven la que las escribe. Creo, de todos modos, que, aunque siga haciendo coplas por pasatiempo, debería usted dedicar sus actividades a otra cosa más práctica. No sé nada de los secretos que se pueden leer en la palma de la mano. Puede haber algo de cierto en ello y puede no haberlo. Declaro que no soy un convencido. Creo que las líneas de la mano tienen más que ver con la salud, y si acaso con el pasado, más que con el porvenir. Pero no me haga usted mucho caso porque pudiera ser que yo esté equivocado. Una suegra angustiada, Lomas de Tierra, Puerto Rico.—No es tan desesperado el caso como usted se figura. Un marido puede correr la tuna si lo desea, sin motivo alguno para ello; pero no puede obtener un divorcio sin causa. Comprendo que se halle usted preocupada por lo que atañe a su hija, y sus consejos para ella deben ser del tenor siguiente: si el esposo ha sido bueno y amante de su hogar hasta ahora, hay una gran posibilidad de que pasado el sarampión que ahora está sufriendo, vuelva al lado de su mujer y de sus hijas. La otra le soltará no tardando mucho, cuando sepa que él ha puesto la finca a nombre de su mujer para dejarla amparada. Todo lo que tiene que hacer su hija es saber esperar, no con lágrimas ni siquiera con recriminaciones, sino haciéndose un poco la ignorante de las cosas que ocurren hasta que todo haya pasado. ¿No ve usted que el hecho de que a él le preocupe el futuro bienestar de su familia indica que es ésta lo que más le importa en el mundo? Agradecida, Lima, Perú.—Mejor que lo que yo pueda decirla será lo que le aconsejen en un buen salón de belleza de esa ciudad, donde no dudo que ha de haberlos de nota, como los hay ya en las capitales de todos los países del mundo. De acuerdo con su tipo la podrán aconsejar el tinte mejor para su cabello. También la darán allí el aceite o brillantina que mejor pueda alisarlo. Para adquirir el tono tos tado de la piel no tiene que quemarse muy rápidamente al sol, sino por el contrario, muy poco a poco. Ese es todo el secreto. Sainco, Rosario de Santa Fé, Argentina.—Como usted desea, le doy cuatro direcciones de casas filatélicas de Nueva York, a las que puede dirigirse para lo que le interese: “Nicolás Sanabria, Inc., National . City Bank Bldg., 17 East 42nd St., New York City,” “Emil Bruechig, 522 Fifth Avenue, New York City,” “Homan Krassa Co., 116 Nassau Street, New York City,” y “The Economist Stamp Co., 87 Nassau Street, New York City.” Espero que le sirva esta información para sus fines. Eterna agradecida, Montevideo, Uruguay.—Su caso tiene facil remedio y no debe desesperarse. Se hacen efectivamente esas operaciones y ni siquiera creo que cuesten tan caras como le han dicho. En cualquier clinica dental de los Estados Unidos podrian hacérsela. Pero debe tratar de averiguar si también las hacen en su mismo pais, cosa que no dudo. > Desesperada, San Pedro, Uruguay.—Toda la razón está de su parte. Su marido demuestra ser el hombre más injusto y egoista de la tierra, y de su suegra no hablemos. En el caso de usted, lo derecho es hablar claramente con él y convencerle de que deben ustedes vivir solos para tener paz, ya que su madre tiene el poco talento de inmiscuirse en todos sus asuntos y de hacerles la vida miserable. Si él no atiende a razones, y tal como son las circunstancias, lo mejor que puede usted hacer es dejar a la madre y al hijo que se arreglen como puedan, poniéndose a vivir sola y tranquila de su trabajo, como después de todo lo está haciendo ahora sin tener tranquilidad ni sosiego. Tal vez esto le abrirá los ojos a él y hará que cambien las cosas para todos. Preguntón, Manizales, Colombia.—Escriba pidiendo detalles y condiciones a cualquiera de las dos direcciones que le envío a continuación: “Aircraft Flying Instruction, Paramount Auto School, 131 East 59th Street, New York City,” y “Aircraft Instruction Information, 7 West 44th Street, New York City. Yo ignoro las condiciones que se necesitan para lo que usted desea. Merophs, México.—Lamento el retraso de mi respuesta en el caso suyo, de suma importancia y ansiedad para usted. (Conozco varios casos análogos al de su niña y para no citarlos todos me referiré concretamente al de una niñita de cinco años hija de un señor Ruiz, de nacionalidad mejicana precisamente, que vive en Nueva York. Esta niñita, hermosisima y robusta al parecer y sumamente inteligente y bonita, tenía, desde que nació, las piernecitas convertidas en dos arcos hasta el punto de que las plantas de sus pies se tocaban. Llevaba constantemente unos pesados aparatos de hierro con los que no obtuvo jamás mejoría alguna. La familia estaba en mala situación económica, y esperaban mejorar para llevar a la niña a un especialista. Casualmente llegó un día a la casa una nurse del servicio social gratuito para atender a una enfermedad de la madre. Como consecuencia, el servicio social se hizo inmediatamente cargo de la niña y, considerando que su enfermedad se debía a debilidad ingénita de los huesos, fué llevada a un Sanatorio en la montaña donde ha permanecido cerca de dos años, en dos etapas, y de donde ha vuelto a su casa completamente curada y con unas piernas perfectas, sin otra operación que la realizada por el régimen de alimentación, ejercicios, baños de sol y de luces y aire libre del Sanatorio. Como usted ve, hay más que fundadas esperanzas para esperar el mismo resultado en el caso de su hijita. Consulte con su médico sobre ello y tenga confianza y fe en la curación. El Segundo Sandow, Barcelona, España.—Leo su carta con la mayor detención y me parece muy bien el plan seguido por usted con relación a su pierna, que acabará por ponerse bien del todo. No lo varíe porque es muy acertado. En lo que se refiere a la segunda consulta, no le aconsejo el medio extremo de la depilación eléctrica, ni creo necesario ningún otro en su caso. Pero si se empeña en seguir alguno, emplee más bien la fórmula que recuerda por haber sido dada en esta misma sección. Lilian, Valencia, Venezuela.—Me agrada mucho saber que contamos con una nueva admiradora entusiasta de Cine Mundial. Su primera consulta no es de mi incumbencia. Pasa de los límites de mis Cine-Mundial