Cine-mundial (1936)

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Consúltese con el médico antes de llevar a cabo la operación y sígase su consejo sobre el modo de hacerla y sobre la persona que debe encargarse de este trabajo, porque algunos de los métodos que se emplean son muy perjudiciales para la piel. El vello de las axilas no se puede descolorar, sino que hay que extirparlo con un depilatorio o con la navaja. e. ¿Es Eaciuir: (Viene de la página 602) codos los honores! . Y el audaz individuo se limita a recoger fotografías de los Estudios y a enviarlas con notas redactadas por aquellos mismos o, lo que es peor, con artículos pedidos a algún poco escrupuloso escritor que, por unos dólares, hasta le permite firmarlos. .. . ¡Que para algo vivimos en Hollywood, la tierra prometida de todo aventurero! Ya dentro del estudio, ¿es fácil ver filmar a las estrellas? . . . La pregunta nos la hacen y la repiten cuantos logran asomarse a Hollywood. Y la respuesta es rotunda: NO. No es fácil. Y es natural que no lo sea. Los visitantes molestan con su sola presencia y a ningún artista le puede hacer gracia que le vean equivocarse una vez y otra, teniendo que repetir las escenas Dios sabe cuántas, y aguantando el lógico mal humor del director. . . . Porque las estrellas, en general, son torpes, incomprensivas, y, además, sufren el doble cansancio de las horas y de las luces. No basta con que sepan decir su papel; tienen que sentirlo y vivirlo, sin artificio teatral, y eso sólo se consigue a fuerza de talento y de una disciplinada obediencia al director, quien, a su vez, ¡ha de saber serlo! Greta Garbo, por sí sola, no habría podido llegar nunca a ser lo que es. . . . Sin los grandes directores que tuvo, sólo sería una mediocre aficionada. Y lo mismo puede decirse de la Dietrich, de la Shearer, de la Crawford. .. . Ninguna de ellas es personalmente genial, ni muchísimo menos. Algunas de las procedentes del Teatro, como la Hepburn, sí lo pudieron ser. En el Cine, salvo contadísimas excepciones, el genio está en el director. Capra, Borzage, Sternberg, Lubitsch, De Mille. . . . ¡esos son los verdaderos astros! Dorothy Arzner, la directora de “La mujer sin alma,” es la que ha dado su luz estelar a Rosalind Russell y a Billie Burke que, con el simpático veterano John Boles, han interpretado la adaptación cinematográfica de “Craig's Wife.” Y algo análogo ha hecho Edward Ludwig el dirigir a Jean Arthur y Joel McCrea su “Aventura en Manhattan,” intenso film que es digno hermano de “El secreto de vivir” de Capra, el pigmeo gigante. Erle Kenton, mientras, nos ha demostrado cómo un buen director ha de saber actuar. . . . No encon trando actor que interpretase a su gusto al glorioso Theodore Roosevelt, ¡se comprometió a reencarnarlo él mismo! . . . Y así le podre mos admirar en “Un hombre sin miedo,” haciendo el ya histórico Coronel Teddy de la Loma de San Juan. ... Viendo filmar esas escenas, nos hemos olvidado de los intérpretes para fijarnos solamente en sus directores. Y entre éstos hemos elevado mentalmente a Dorothy Arzner, la mujer fuerte, dominante, a pesar de la suavidad de sus indicaciones, que no parecen órdenes, pero se hacen obedecer. . . . De ella, esclava de todos los detalles, bien se puede decir que es una directora de guante blanco: un guante que encubre a una mano de hierro. Entre los intérpretes merecen hoy mencionarse dos artistas hispanas: Dolores del Río, que acaba de llegar triunfante de Europa y se dispone a conquistar de nuevo a Hollywood, y Blanca de Castejón, recién llegada de la Argentina con frescos laureles. . . . Dolores del Rio, en el apogeo de su belleza y de su arte, está ya filmando una película, “Depths Below,” sin título definitivo aún en español, a la que hemos de dedicar página aparte. Porque Dolores, nuestra estrella máxima en la pantalla norteamericana, sabe que ha surgido una Margo, ¡también de Méjico!, dispuesta a disputarla el trono. Y Dolores no ha de cederlo fácilmente. Sabe que Margo va a deslumbrarnos en “Winterset;” obra con la que ya triunfara en el Teatro, y se dispone a evitar el eclipse. . . . ¡Un sol de oro frente a un sol de fuego! Blanquita de Castejón—portorriqueña, hija de rusa y de americano—no aspira a tanto. Se limita a lucir con luz propia, siguiendo su órbita. . . . Acaba de filmar “El Diablo se divierte” con Fortunio Bonanova, y el donjuanesco barítono mallorquín . tampoco la eclipsará a ella. Irene Dunne está filmando con Melvyn ' Douglas una deliciosa novela, “Theodora Goes Wild,” que en español se titulará, probablemente, “Theodora es una loca.” . . . Les dirige Boleslawski, el enorme polaco, y las escenas se desarrollan sencillas, palpitantes, plemas de emoción y de encanto. La cabecita de Irene, de un rubio ticianesco, parece un cromo. El rostro dulce, limpio, ingenuo, invita a besarlo castamente. Y la voz cristalina, cálida, acariciante, resuena siempre armónica como un canto sin música. La hemos mirado fijamente, devotamente, y ella nos ha sonreído. . . . Estaba en vaporoso vestido ante nosotros, como la viva representación de una eterna primavera, y nunca nos pareció más juvenil ni más bonita. ¡No han pasado los años por ella! Boleslawski la llama ante la cámara y el micrófono. . . . Envuelta en luz se acerca a Melvyn Douglas, que la aguarda con un perro, y ambos juegan un instante con el animalito. . . . Un pito, un timbre, una voz. . . . Ya están en escena. . . . ¿Qué importa lo que dicen? . . +. Las palabras de él, graves, frías, un poco monótonas, se apagan al resonar las de ella, cantarinas, que no son para Nosotros. .... ¡pobres ilusos espectadores! Un Premio (Viene de la página 637) muerte de Russell Maxwell Breeze. De aquí se deduce que, si legalmente se trataba de una causa civil, en realidad se procedía a la vista de una causa criminal en la que el acusado era el perro. Mientras las gentes de Brockport y de los alrededores se dividían en dos grupos, los que creían en la culpabilidad del perro y los que Cine-Mundial