Cine-mundial (1938)

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Pat O'Brien, as de las películas de Warner Brothers, con las dos rubias criaturas que adoptó legalmente para alegrar su hogar. Fur A VISITAR a un matrimonio amigo. El era un reportero y ella una bailarina que prefiriendo los guisados a tener que evolucionar en un escenario en la incómoda posición de la punta de los pies, decidió casarse. Los encontré sumamente regocijados. Iban a tener un niño. La señora, dicho sea sin ánimo de ofender, se mostraba lisa como una plancha. Me figuré que se encontraba en el primero o segundo mes de embarazo. —Ahora a cuidarse—dije yo previniéndola—; a vivir siete meses de descanso, a no alterarse, a dejar los cigarrillos y a darse largos paseos a la orilla del Hudson. —; Cómo siete meses? —repuso un tanto ofendida la bailarina que había renunciado a serlo. —HEsperamos tener el niño a lo sumo en un par de meses. Creí que se estaban burlando y que todo aquel bullicio, la inesperada celebración del natalicio en ciernes, era un mala broma de un compañero de oficio. Porque era indudable que si la señora pensaba dar a luz en dos meses, escondía bien el encargo. Nadie viéndola hubiera dicho semejante cosa. Agil, esbelta, delgada, de buen color, rápida de movimientos, no había en su aspecto la más leve indicación de que estuviera próxima a ser madre. Seguí la broma y aprovechando un momento en que la joven señora se había ido a la cocina a preparar unos “cocktails,” interrogué al marido, le hice partícipe de mi observación, que me parecía imposible que estuviera en tales condiciones. —Es que no lo está—me dijo riéndose. Página 468 usted un Niño? Por León Poy Dick Powell, orgulloso de que le llame papá el retoño de Joan Blondell, de quien es segundo marido. Ambos artistas son del Warner. elenco de Gracie Allen, popularísima actriz de radio y cine, encantada de Sandra y Ronnie, dos chiquillos que sacé de un Orfelinato. —Bueno, entonces eso del niño es una broma, ¿no? Ahora volverá de la cocina con los “cocktails” y con una muñeca y me dirá: “Aquí tiene usted a nuestro hijito. Ya llegó. «¿Le gusta? Tiene los ojos azules como su padre.” Mi compañero se reía a carcajadas. Y salió dando voces, diciéndole a su mujer que yo no creía que iban a tener un niño. Yo estaba un tanto amoscado, me sentía en ridículo y cuando me ofrecieron las copas de “daiquirís” notaron que me encontraba molesto. Entonces el periodista me explicó. En efecto, esperaban en unos dos meses tener un niño, pero sin la molestia del alumbramiento. De verdad habían encargado uno, aunque no a París según ordena la tradición sino a Evanston, en el estado de Illinois, cerca de Chicago. Allí hay un orfanato que se llama “The Cradle”—La Cuna—, probablemente el más famoso en los Estados Unidos, adonde acuden las celebridades del teatro y el cine en busca de los niños que ellos no pueden tener. George Burns y Gracie Allen, la inimitable pareja cómica que ha figurado en tantas películas de Paramount, fueron a “The Cradle” y se llevaron dos preciosas criaturas. Gracie Allen con un poco de imaginación se hizo de cuenta que había tenido gemelos, ahorrándose todas las molestias de traerlos al mundo. El que fué alcalde de Nueva York, Jimmy Walker, y su señora, la ex-artista, Betty Compton, (Continúa en la página 488) Cine-Mundial