Cine-mundial (1939)

Record Details:

Something wrong or inaccurate about this page? Let us Know!

Thanks for helping us continually improve the quality of the Lantern search engine for all of our users! We have millions of scanned pages, so user reports are incredibly helpful for us to identify places where we can improve and update the metadata.

Please describe the issue below, and click "Submit" to send your comments to our team! If you'd prefer, you can also send us an email to mhdl@commarts.wisc.edu with your comments.




We use Optical Character Recognition (OCR) during our scanning and processing workflow to make the content of each page searchable. You can view the automatically generated text below as well as copy and paste individual pieces of text to quote in your own work.

Text recognition is never 100% accurate. Many parts of the scanned page may not be reflected in the OCR text output, including: images, page layout, certain fonts or handwriting.

lee AG kek. S Fie Otel PORO D Peeve E I A >? tim “IRs era Veterano Por Hubo un tiempo en que Amelia me abrumaba a cartas. Quería venir a Hollywood a todo trance y me pedía consejo. Inutil me parece decir que se lo di siempre negativo. Amelia trabajaba en Mayagúez, la mas bella ciudad de Puerto Rico, como secretaria del presidente de un Banco que le pagaba puntualmente la no despreciable cantidad de 35 dólares a la semana. Tenía los sábados libres, un mes de vacaciones todos los años, consideraciones infinitas de jefes y subalternos, una libreta de ahorros en la que la suma marcaba ya cuatro cifras, una feliz vida de hogar con sus padres y tres hermanos, y un novio con vistas seguras al matrimonio, que la adoraba. Reto... Alguien había metido en la mollera de Amelia el microbio del cine. Era bonita, era joven, era elegante, hablaba español e inglés a la perfección, era inteligentísima. . . . ¿Qué estaba haciendo en su tierra cómo una simple empleada? . . . ¡ Perdiendo su tiempo y sus años lastimosamente! . . . Así debieron decirla una y otra vez, Abril, 1939 Ho Z O cuando dieron comienzo sus cartas que hablaban con ilusión de “nuevos y amplios horizontes”. ¡Como si los horizontes de la ciudad de Mayagúez no fueran amplios y bellos como ninguno! .... Y un buen dia—un mal día para ella— sacó sus ahorros del banco, tomó pasaje en un barco, se despidió de su jefe, abrazó a sus padres, dió la boleta al novio, y salió, llena de humo la cabeza, rumbo a Hollywood. Vino a verme inmediatamente. Inmediatamente también le recomendé la vuelta a la patria. ¡Inútil! Se instaló cómodamente en un lindo apartamento. Compró un automóvil de segunda mano en buen uso y media docena de trajes. Comenzó la batalla en regla para entrar en los estudios. Pasaron, como siempre, los meses sin lograr ni un trabajo de extra. Un día me vino a ver con nuevos planes. —Como tengo una bonita voz y como tú sabes que he cantado mucho en funciones de aficionados en Puerto Rico, voy a dedicarme al radio—me dijo optimista.—Acabo de poner un anuncio en el “Hollywood Citizen News” pidiendo un agente. Me ha dicho un amigo mío, que trabaja en el Sardi, que un buen agente es lo único que yo necesito. Me dió lástima y no quise quitarle de la cabeza estas nuevas ilusiones. Prometi ir a verla pronto y así lo hice. —; Encontraste ya el agente?—la pregunté. —jSi lo encontré! ¡No digo! A la mañana siguiente de haber puesto el anuncio ya le tenia. Me vino a ver a las ocho de la mañana. En mi propio automóvil, por que él no había traído el suyo, me llevó a la oficina de un amigo y me puso ante un micrófono. Canté varias canciones que llevaba a prevención y cuando terminé con mi repertorio el hombre estaba llorando emocionadisimo. Me aseguró que lo menos que podía yo ganar eran 300 dólares por semana y se marchó volado a proponerme a los anunciantes. — Y ...? —Volvio por la tarde a verme y aunque no había hecho nada todavía me volvió a (Continúa en la página 184) Página 181