Cine-mundial (1939)

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ssultaban demasiado grandes para un pie que s atormentaba con su volumen y su peso? No estaban más desgastadas del lado de fuera? Otro par, de hombre, les hacía guardia. ] cuero, teñido; la caña, anticuada. Luego el ropietario, aparte de pobre, era ya canoso, n poco artrítico. Más allá, amarillos, punagudos, dos borceguíes. Parece que estaba yo lirando a quién pertenecían. Un lechuguino resumido y, sobre todo, de escasa estatura: los cones eran tan altos como los de unas zapallas femeninas de última moda contra las que, ynquistadores como el dueño, se arrimaban sinuantes. . . . El limpiabotas me dió el último trapazo, me epilló la ropa, me tendió la mano y, por mi arte, echando una mirada a mis espejeantes scarpines, salí a la calle de nuevo. Y ahí se ino abajo toda la filosofía que estaba yo acumlando con tanta paciencia: empezó a llover esesperadamente. Una bella Tortuga (Viene le la página 330) elosías. Pero el bungalow había desaparecido en su lugar quedaba un inmenso solar deierto, mudo, inhospito, desolador. Me parece recordar que hasta derramé unas agrimitas,* poniendo como pretexto, para que adie notara mi debilidad, que me había en trado un poco de tierra en los ojos. Poco tiempo más tarde, trabajando en la Warner, me ví un día de repente ante el palacete colonial, para mi asombro. No podía creer a mis ojos porque tenía la certeza de que el bungalow de Marion Davies en la Metro había sido destruído. Pregunté para informarme y me dijeron que, en efecto, aquel era el bungalow de la artista, sin el cual no podía concebirse su presencia en ninguna parte. No encontré nada de extraño en este capricho. Si el dinero todo lo puede, nunca mejor empleado que en satisfacer los más pequeños deseos de la persona amada. Por un momento tuve envidia del magnate para el que nada significaba destruir una hermosa residencia en un punto del planeta y construirla exactamente igual en otro punto, si con ello había de lograr una sonrisa y un beso de gratitud. Sentíme de nuevo cobijado por los bloques de cemento de la mansión, recibiendo la grata sombra de sus palmeras y el aroma de sus flores. Y aunque no feliz del todo, porque la dueña y señora del recinto aparecía muy rara vez en sus predios, a mi amor ignorado e imposible le bastaba con saber que aquello le pertenecía para imaginarla siempre un poco cerca de mi. Hace apenas un mes llegó el desastre y con él el derrumbe de mis sueños locos. Un periodista amigo me llevaba de invitado a la preview de una película de Warner. Al llegar al lugar destinado para estacionar los automóviles, que es un espacio enorme frente al estudio, se nos obligó a dar una vuelta porque el centro de la calle estaba obstruído por algo que a la distancia nos era imposible distinguir. Al pasar del otro lado y echar pie a tierra para llegar al salón de proyecciones, se me escapó un grito ahogado, vacilé, y el periodista amigo tuvo que sostenerme, para que yo no diera con mis huesos en el suelo. Allí, a veinte pasos de mí, ocupando todo el ancho de la calle, montado en enormes vigas con ruedas e iluminado en contorno con farolillos rojos, como señal de peligro para los transeúntes, estaba el palacete de Marion Davies esperando las altas horas de la moche, cuando el tránsito se aquieta, para ser trasladado íntegro, ¡Dios sabe dónde! ... Cuando se me pasó el semi-desmayo producido por el asombro estaba curado para siempre del mal de amores. La Cosmopolitan se ha traslado a la Fox. Y Marion Davies se ha llevado allá su bungalow. Y ahora ya no puedo pensar en ella como mujer, sino como tortuga. Me la imagino únicamente debajo del bungalow, que la cubre por completo como enorme y pesado caparazón. Me da lástima, me da risa, y me parece todo ello un poco ridículo. Aunque lo más ridículo de todo soy yo, ¡el útlimo romántico de la tierra. ... Pow ” no Las necesidades días y lo que es apro odrás saber qu or soluciona tu personales de piado para un mente P de ellas mej tex ofrece 3 dist : E toallas sanitarias: Kotex “Regular” en la caj necesidades normales. a 99 Kotex “Junior” en 1 gosta para los dias cu Kotex “Super” en absorbentes para la caja cas mayor protec 4 a veras . Julio, 1939 cada mujer var a no lo es para 1 yd E e tipo de toalla sanitaria O que s necesidades c intos tipos de A azul LA, a caja verde. Una toalla al ando se nece taña. La toa ción. _ en Kotex HALL jan en los distintos a otra. Tu solaombinación ada día. Por tanto..- oalla ideal para las go mas ansita menos protección. lla con más capas ARAS LO QUE NECESITAS ! 339 Página