Cine-mundial (1942)

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con pliegues de escultura, como si fuera una réplica de la famosa “Virgen de la silla” de Rafael, admirada por mí en mi viaje a Roma. Y la india hablaba, hablaba sin cesar con la Virgen, mirando a su hijo dormido con embeleso, y pidiendo para él a la Madre de Dios, todas las felicidades posibles sobre la tierra. ¡Todavía recorre todo mi cuerpo un escalofrío de emoción, como lo recorrió entonces, al recuerdo de aquel instante! ¡ Perdonen, lectores, este abuso de su paciencia! ¡Está visto que nací para periodista! .... Y les prometo mis impresiones de otros países hispanos cuando termine la guerra y los visite a todos, como son mis propósitos y mis deseos. Bernice Mason y Elena de la Torre me hacen prometer ahora mismo que comenzaré por Cuba. Lo prometo, muy gustosa, y espero poder decirles pronto aquello de: “¡A la Habana m me voy... ! Ahora jfirmo y sello! Enviandoles a todos y a cada uno de ustedes, el testimonio de mi afecto mas sincero. Horda de si... (Viene de la pagina 567) silencio increible de las once de la noche, lo desierto de las inacabables avenidas de Wáshington. No había nadie, lo que se llama nadie, por la calle. La ciudad parecía más abandonada por más vasta. Los edificios más grandes, por más solitarios. Los parques más sombríos por menos concurridos. No salía yo del asombro. Y le pregunté al chofer: —¿Y los vecinos? Como era capitalino de nacimiento, se enardeció: —;¡ El último censo garantiza que tenemos un millón y cuarto de habitantes aquí! Probablemente todos se habían ido a acostar. Pero se explica. En Washington falta gente que atienda y sobra gente que requiere atención. Por eso las fondas están atestadas a todas horas. Por eso, poco antes de media noche, los camareros empiezan por meter la cuenta al cliente por la nariz y acaban por decirle con toda franqueza que se marche. No hay cuadrilla nocturna y los que estuvieron guisando, lavando platos y sirviendo las mesas, rinden la jornada a las doce en punto. Hice un descubrimiento. Ya sabía yo que los originarios del Sur de este país tienen una manera especial de hablar el idioma inglés, y no me entienden una jota. Ni yo a ellos. Pero, en una pequeña excursión del monumento de Lincoln a no me acuerdo dónde, conocí más de la ciudad que en mis demás paseos ¡porque a una rubia que “iba camino de donde iba yo” y que venía directamente de la Carolina del Sur (mucho más al Sur que Washington) no la entendió el chofer! Y recorrimos una serie de calles y avenidas enredadísimas hasta que el del taxi se enteró. Y cuando la dejamos, me dijo—con otro acento diferente—“a esa chica no se le comprende nada.” Me hinché de satisfacción. Pero por poco doy en un calabozo al día siguiente. En Washington está prohibido que una persona que va a pie atraviese las bocacalles cuando las luces de tránsito han dado vía libre a los automóviles. Al efecto, hay unos rotulitos muy cucos que dicen “Camine ahora” o “No camine,” según. Yo, aparte de cegatón, soy neoyorquino; de modo que cierta tarde que ví paso franco en una esquina, atravesé la calle sin ocuparme de los letreros. Un guardia, a treinta metros de distancia, (ya dije que la capital es kilométrica 1942 Diciembre, Tiene usted en Alka-Seltzer, la feliz combinación de un analgésico, para aliviar pronto el dolor . . . y de un alcalizante, para ayudar a neutralizar la acidez. Por eso, una o dos tabletas de Alka-Seltzer disueltas en agua ayudan tanto...¡ Y Alka-Seltzer es agradable! No es laxante. Compre Alka-Seltzer hoy. Pidalo en la cajita azul y blanca. Dos Tamaños. L JAQUECA? = ¿MALESTAR DE ESTÓMAGO? ENNOBLEZCAMOS NUESTRA AMISTAD DEFENDIENDO LA LIBERTAD en todos sentidos) empezó a injuriarme con acento suriano, que resulta peor... nazándome y llamándome forastero ignorante. Acabó por decirme a gritos: —j Mire la cola que arrastra! Volví la cabeza y en efecto: como mansos corderos, conmigo en papel de pastor, me habían seguido instintivamente el ejército, la marina y media docena de taquígrafas. Apenas nos dió la luz su permiso, eché a correr y me ame metí en la primera cantina que encontré, para calmar las palpitaciones cardíacas. Bueno, ¿y los monumentos? ¿y el Congreso? ¿y la Secretaria de Guerra? Mira, lector, para eso ahi están los. Noticiarios y las tarjetas postales. Si quieres entretenerte, fíjate en lo simpático que se ve el encabezamiento de este artículo. Así, de lejos, parece que dice “do, re mi, fa .’ Pero, de cerca, sintetiza integramente a Washington. 3 Esther Williams, nadadora, estudiante de filosofía y artista de M-G-M, le da un beso psicológico en el cogote a Mickey Rooney, "para ver qué tal reacciona.” Página 579