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Una cinta de lo
Por Gil Pérez
ү. no estamos como estábamos. Ahora no sale lo “latinoamericano” de ninguna estampa de cigarrillos baratos, ni de la tapa de una caja de pasas. Ni visten a los actores con lo que quedó sin desgarrar en la guardarropía de una opereta. Ahora es distinto. ¡Hasta se preocupan los cineproductores por escudriñar un poquito en el pasado de los personajes de nuestra historia!
Viene a cuento porque acaba de filmarse, en los Estudios de Artistas Unidos, un fotodrama cuyo argumento ¡no lo van Vds. a creer! se mete mada menos que con aventuras resbalosas en la frontera de Méjico y los Estados Unidos.
Si eso no es de lo que hay que asir con pinzas....
De protagonista hace Bill Boyd, veterano de las producciones de vaqueros, con su amable y sagaz sonrisa y sus habilidades ecuestres al servicio de un papel en que hace de “El Quijote del Caballo Blanco.” Con esto, casi se le regala al lector, envuelta en esta pagina, la trama de la pelicula.
En la persona de un correligionario— persona que entre paréntesis caracteriza con el acierto de costumbre Antonio Moreno, a quien há tiempo no veíamos en la Pantalla—encarna el complemento del quijotismo que constituye la médula de la obra. Lo que ambos, en amable conspiración, proyectan y ponen en práctica, resulta, a la postre, lo más sabroso de la cinta. No faltan, por supuesto, los asaltos, despojos
Marzo, .1943
Bill Boyd, en el pape! principal de "EI Protector.”
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Esther Estrella, una de las nuestras, que figura con brillo en la protagonización de "El Protector".
Una de las escenas típicas de la película
de Artistas Unidos, "El Protector", con "El
Quijote del Caballo Blanco" a la cabeza
del reparto. El jinete en primer término es Antonio Moreno.
y carreras vertiginosas de rigor.
Ni podía faltar tampoco, naturalmente, el elemento femenino. Y, en ese sector y con notorio lucimiento, aparece Esther Estrella, una joven artista de tipo moreno y ojos relampagueantes, de quien se enamora otro de los protagonistas y de quien, indudablemente, se van a enamorar no pocos cinéfilos. Es lucero que promete.
De la comicidad está a cargo nuestro viejo conocido Andy Clyde, el de las gafas estrambóticas y la risa de sonso a punto de darse un costalazo. En contraste a su descarnada humanidad, lleva por compadre en las andanzas de “El Protector" a otro antiguo miembro de la cofradía humorística: el gordo Crispín Martin.
Emma Puig, otra artista de la raza, hace en la pelicula de la viuda de quien se enamoran, simultánea y desgraciadamente, Crispin y Andy.
En el resto del reparto figuran actores que llevan sangre hispana en las venas.
Falta algo por enumerar. ¿Qué falta?
АҺ, si! Falta el malo, el inevitable malo de todas las producciones de rompe y rasga.
Pero, para que “El Protector” fuera una película a base de lo nuestro, hasta el malo debe destacarse por algo... .
Lo malo es que no nos acordamos quién hace de malo.
Pero si sabemos una cosa: de malo no hace un mejicano. Con lo cual se comprueba lo que afirmamos al principio. Ya no estamos como estábamos.
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