Cine-mundial (1943)

Record Details:

Something wrong or inaccurate about this page? Let us Know!

Thanks for helping us continually improve the quality of the Lantern search engine for all of our users! We have millions of scanned pages, so user reports are incredibly helpful for us to identify places where we can improve and update the metadata.

Please describe the issue below, and click "Submit" to send your comments to our team! If you'd prefer, you can also send us an email to mhdl@commarts.wisc.edu with your comments.




We use Optical Character Recognition (OCR) during our scanning and processing workflow to make the content of each page searchable. You can view the automatically generated text below as well as copy and paste individual pieces of text to quote in your own work.

Text recognition is never 100% accurate. Many parts of the scanned page may not be reflected in the OCR text output, including: images, page layout, certain fonts or handwriting.

Medallón de Realeza Europea por Elena de La Torre Au llegar cierta manana a la Warner, donde estabamos invitados para presenciar la filmación de algunas escenas de la película “Casablanca,” se mos ocurrió pasar, antes de ir al “set,” por el estudio artístico donde el fotógrafo Jack Woods realiza maravillas de arte exquisito, en fotografías inanimadas de los artistas. Ante la cámara de Woods “posaban” en aquel momento dos de las estrellas máximas del estudio, en reposo absoluto, en actitud de serenidad tal, que más que personas vivas parecian dos figuras arrancadas de un grupo escultórico, en el que formaran el relieve de un bello medallón. El porte aristocrático del galán y la dulce belleza de la dama, trajeron a nuestra memoria épocas lejanas, en que los gallardos príncipes de las Cortes europeas, en vísperas de celebrar sus esponsales con las lindas princesitas de otros países, para formar alianzas en las que la mayor parte de las veces la fría razón de Estado pesaba más que el amor, se dejaban retratar juntos, en la establecida “pose” oficial que habría de aparecer más tarde en sellos y monedas, al ascender la pareja al trono. Un príncipe de la corte de Austria y una princesita española, eran los que se hallaban ante nosotros, frente a la cámara fotográfica de Woods. Tal fué la impresión que recibimos al verlos, sin poder precisar de momento quiénes eran. Al terminar su labor el fotógrafo, y mientras preparaba otro fondo para tomar nuevos retratos, la pareja se volvió de frente. El galán ofreció su pitillera de oro a la dama, y ésta, tomando un cigarrillo, se lo entregó al galán, pidiéndole, sin duda, que lo encendiera. Accedió él a la súplica y sacando otro cigarrillo de la pitillera, llevó los dos a sus labios y los encendió a un mismo tiempo. Sonrió ella, maravillada de la gentileza del gesto que el principe del medallón ponía en este detalle de finura exquisita y de refinamiento amoroso extremo. Y por este gesto preciso reconocimos en el acto a Paul Abril, 1943 Dos celebridades europeas que han triunfado en Hollywood. Ingrid Bergman y Paul Henreid, sueca ella y austriaco él, han tenido un éxito clamoroso en la película "Casablanca," de Warner. Henreid, al que por primera vez habíamos visto encender dos cigarrillos al mismo tiempo en su última película con Bette Davis, “La Extraña Pasajera,” poniendo en el ademán tanta ternura como la que pudiera haber puesto en el más apasionado beso de amor. ¿Cómo habíamos dudado de que fuera Paul Henreid el que en el estudio de Woods se retrataba con Ingrid Bergman? ¿Cómo no habíamos reconocido en el primer momento a la artista sueca? Es sencillo de explicar. Ni uno ni otra pueden estarle agradecidos a la cámara cinematográfica, que mo los presenta al público, a ella, en su serena belleza de mujer intelectual que deja asomar a sus ojos y a su sonrisa, la claridad luminosa de su inteligencia sorprendente y de su cultura extraordinaria; y a él, en toda la arrogancia y distinción de su belleza varonil, con la que no puede competir ni uno sólo de los demás galanes de la pantalla, que gozan entre los públicos de fama de “buenos mozos.” Ingrid Bergman es alta, distinguida, de porte sereno y de andares reposados. Tiene ojos azules, de transparente claridad, que iluminan cuando miran. Y, por primera vez, ante su belleza notable y refrescante, se han estrellado los planes y maquinaciones de los ases del maquillaje de Hollywood. Estos se desesperan ante el desdén con que la artista los pasa por alto, porque reconociendo que es Ingrid Bergman una de las (Continúa en la página 179) Página 153