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. . . de acuerdo con las promesas del director, trabajamos los dos en una película de ambiente mejicano.
La MIRADA
del Mejicano
Porn un E Aia
H E LEIDO, no sé dónde, que las bellas obras son hijas de los bellos sentimientos, y por este motivo, apartándome de la dieta tristisima de rabanitos y lechugas, propia de mis años otoñales, me he visto obligado a sentarme últimamente en la mesa de un banquete pantagruélico. ¡Así me he quedado y así ando, apoyandome en el horrible bicarbonato, como en un par de muletas! Amigos míos, de los 40 para arriba, ni se mojen la barriga, ¡mi salgan de las sopas de ajo!
La culpa la tiene Raúl, mi compañero el “extra” cubano, que es extra en todo, hasta como cocinero.
Hace varios días trabajamos los dos en una película de ambiente mejicano, donde, de acuerdo con las promesas del director que tiene alquilada nuestra casa, Raúl lleya a la plaza del pueblo con una reata de burros y me dice a mí, que soy el dueño de un puesto de tamales en una esquina:
Página 120
Veterano
C oe
A
.. . en el "set" apareció un nuevo "extra" de edad madura, encargado de representar el papel de un dormilón. . . .
—¿ Y como le va, hermanito? ... ¿Está buena la venta? ...
A lo que yo le contesto, con cara triste:
—¡Pos no se hace na en estos dias de lluvia!
Con lo cual el director cumple su compromiso; nosotros nos damos aires de grandes artistas al vernos enfocados por la cámara durante diez segundos, y nuestro cheque diario tiene la cifra redonda de 50 dólares, aunque probablemente el cortador de la pelicula meterá tijera después y esta escena importantísima, que hemos ensayade Raúl y yo horas enteras, no será nunca admirada por el público, a pesar de que nosotros tenemos la conciencia de que podríamos emular, con no poca ventaja, Raúl a John Garfield y yo a Spencer Tracy, en “Camaradas Errantes.”
El sábado pasado Raúl me abordó de
pronto y me dió un toque en el bolsillo, al
anunciarme que el domingo tendríamos banquete en nuestro garage.
—¿ Banquete? — le pregunté. — ¿Y con qué motivo? ...
—Chico—me contestó—para celebrar el acontecimiento más singular y simpático que han visto los siglos pasados y verán los venideros. ¡La fantasía convertida en realidad! ¡Un verdadero fenómeno! ¡Ya te contaré! Ahora tengo prisa porque cierran los mercados a las cinco.
Para que los lectores comprendan bien la importancia del asunto que Raúl se traía entre manos, es necesario hacer un poco de historia.
(Continúa en la página 151)
Cine-Mundial