Cine-mundial (1944)

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~ e ¿Ne ha fastidiado esa señora! Esto «dijo el otro día, por todo comentario, el: compañero Pepe González, alias “el Farguco,” al enterarse de las razones que ha:dado Lucile Watson para retirarse del cine. “El Farruco” es un cordobés cerrao— cordobés de la Córdoba de los Califas y del “Guerrita”——que a pesar de sus 30 años en Hollywood no ha perdido todavía el acento andaluz. Y “el Farruco,” como buen demócrata y ciudadano de la república de los “extras,” cree de buena fe que esto le da derecho a que fe paguen para no trabajar, mas que a ratós. perdidos. Yo no sé si “el Farruco”tiene e no razon, pero el hecho es que. todps los “extras” pensamos como él,;ycuarido el ayudante del director nos espeta el bocinazo para que entremos en el “set,” obligandonos a suspender la partida de naipes o la siesta sobre un banco, sentimos interiormente que nos ofende y nos denigra:y protestamos, para nuestros adentros, contra la: grosería del mandato. En realidad la profesión del “extra,” y por extensión la de todos los artistas de la pantalla, es eminentemente una profesión de vagos, y de ahí el efecto de latigazo con que ha cruzado nuestras conciencias la andanada que ha disparado contra el cine Lucile Watson. Lucile Watson, reina de la belleza y de la escena neoyorquina a fines del siglo pasado, es una artista que se retiró del tablado escénico hace 20 años al casarse y que durante una década vivió oscurecida en Fran Página 182 cia, volviendo hace otra década a resurgir en Broadway. Los grandes éxitos de las obras famosas de la ciudad de los rascacielos, “Post Road,” “Yes, my Darling Daughter” y “Watch on the Rhine,” se deben en gran parte a ella. Como consecuencia de este último, la trajo a Hollywood la Warner para que filmara con Bette Davis y Paul Lukas la adaptación del drama a la pantalla, y Lucile Watson, empleando su propia técnica, representó ante la cámara el papel de la despreocupada madre de Bette Davis de modo inolvidable, quedando consagrada como la más estupenda característica del cine. Una vez más, como consecuencia de esto otro, quiso la Warner contar con los servicios permanentes de Lucile Watson, poniendo ante sus ojos el señuelo de un largo contrato. Pero Lucile Watson, lejos de apresurarse a amarrar a la Warner al carro de sus triunfos, ¿qué se creen ustedes que ha hecho?... En lugar de consultar con su abogado o con su Tepresentante—que es lo que hacen los artistas en estos casos para sacar mejor tajada—se ha ido a consultar el caso con la Compañía de Seguros de Vida Aetna, preguntando a sus expertos cuantos años más le calculan a ella de estancia en este valle de lágrimas. Los expertos han echado cuentas, han hecho sumas y restas, multiplicaciones y divisiones, y han contestado a Lucile Watson, que, según sus cálculos, sus años de andanzas por el planeta Tierra se hallan limitados a doce, tomando como base los 65 que Por un TODO ES SEGUN EL COLOR... “Extra”? Veterano la artista tiene actualmente. Y Lucille Watson ha renunciado definitivamente, en vista de esto, a su contrato con la Warner, alegando las razones que han sacado de quicio al “Farruco.” —QQuiero gastar el tiempo que me queda de vida—ha dicho Lucile Watson—como mejor me parezca. Y no quiero que nadie cometa más errores con esas preciosas horas que aún tengo del disfrute de este mundo. Para mi la vida del cine es un escándalo y la técnica del cine un disparate y un aburrimiento espantoso. Cualquiera. puede ser estrella de cine: un niño, un cochero... ¡y hasta un “extra”! Lo único que tiene que hacer para ello es hablar co (Continúa en la página 203) Cine-Mundial