Cine-mundial (1944)

EN MEXICO, nadie hace caso ya del manoseado lema: “la unión hace la fuerza.” Desde hace muchos años lo hemos cambiado por este: “la desunión forma el argúende.” La vanidad, el egoísmo, la envidia y los intereses particulares, disuelven como un ácido corrosivo agrupaciones, círculos, peñas y familias. Desde que a semejanza de Hollywood, se instituyó en la capital de la República la recompensa y el homenaje para directores, artistas, camarógrafos y argumentistas del séptimo arte, se multiplicaron instituciones y sociedades que entregan anualmente trofeos, diplomas y medallas. En este febrero loco de 1944, ofrecieron simbólicos premios el “Ateneo de Ciencias y Artes Cinematográficas,” la “Academia de Arte Cinematográfico,” la “Unión de Periodistas Cinematográficos de México” y la “Unión de Periodistas Cinematográficos Independientes.’ Una película en cuatro episodios con drama, sainete y comedia. Lo único que se consigue al fin de cuentas es que todos los productores lleven a su despacho estatuillas de dudoso gusto artístico y que todas las primeras figuras se crean en el pináculo de la popularidad y de la gloria. Entre tanto, el público sonríe con excepticismo y da su voto rotundo, llenando los salones donde le ofrecen la mejor película. COMO A LA Unión de Periodistas Cinematográficos de México pertenecen los escritores y columnistas más leídos y mejor preparados, su fallo anual es el que a mi juicio tiene mayor importancia. Por eso concurrí ayer a la feria de los trofeos en el cabaret de don Vicente Miranda. Aseguro a mis lectores que el ambiente distinguido y cordial rivalizaba con los de mayor altura en Nueva York o los Angeles. Ahí estaba, como una diosa rubia, Hilda Kruger, la de la vida novelesca y los ojos insondables. Ahí también la cosmopolita y refinada Lola del Rio, la graciosa y sencilla Margo, la traviesa Susana Guizar, la afable y escultural Adriana Lammar. Un encuentro impagable: Carmela Strabeau, danzarina y actriz que resucita con su charla días de bohemia y juventud. Como una estatua de clásico perfil, Tana, vestida elegantemente, y María Asúnsolo, adorable y talentosa, llevando con donaire el rebozo de Santa María, entre las pieles de armiño y los vestidos que cortan los doctores en telas de esta ciudad paradójica y despreocupada. PERO NO quiero llenar esta página con una reseña social a semejanza de las que pergueña doña Rosario Sansores para deleite y chisme de las niñas quintopatieras. Que me perdonen los hermanos Soler, el Procurador de Justicia, el historiador Pérez Martínez, el lánguido Emilio Tuero, si no comento ni elogio sus irreprochables tuxedos y sus albas camisas de etiqueta. Prefiero entrar en materia, informando resultado de la votación leída por un Notario Público entre los reflectores de los noticiarios, el vago perfume de los afeites y el brillo de los metales que descansan en el sitial donde dirige nuestro admirado compositor Gonzalo Curiel. La mejor película mexicana en 1943, fué “Doña Bárbara,” llevándose el trofeo nacional “Presidente de la República.” a ustedes del SEGUN LOS compañeros que integran la Unión ya mencionada, el mejor director ha sido Julio Bracho, por “Distinto Amanecer.” Y para él fué el trofeo del Señor Regente del Distrito Federal. La mejor actuación femenina: Esther Fernández por “Santa.” Trofeo de la Secretaría de la Asistencia Pública. Actuación masculina: Página 190 PLATEROS QUINTA AVENIDA Por Manuel (Especial para CINE-MUNDIAL) Horta Aurora Roche, mejicana de pura cepa, quien actualmente está causando sensación en Hollywood como actriz y con sus escitantes bailes. La han apodado la "mujer de fuego". Aquí está tal y como la verán Uds. en el papel de la bailarina favorita en la película "La Hija del Sultán", con Ann Corio y Fortunio Bonanova, que pronto estrenará la Monogram. Emilio Tuero por “Resurrección.” Trofeo de la Secretaría de Gobernación. Co-actuación femenina: María Elena Marqués por “Doña Bárbara.” Trofeo del Sr. Procurador de Justicia de la República. Coactuación masculina: Agustin Isunza, por “Dona Bárbara.” Trofeo de la Dirección Gral. de Información. La mejor fotografía: Gabriel Figueroa, por “Flor Silvestre.” Trofeo Nacional. El mejor argumento: “Santa,” de don Federico Gamboa. Trofeo de la Sría. de Educación Pública. Y por la daptación más brillante, fué premiado el Lic. Adolfo Fernán dez, quien gallardamente llevó a la pantalla “Internado para Señoritas.” ¿CREEN USTEDES que eso fué todo?... Pues no, señores. El mejor diálogoz Xavier Villaurrutia, por “Distinto Amanecer.” Trofeo de la Unión Mexicana de Autores. La mejor edición: Gloria Schoeman por “Distinto Amanecer.” La mejor canción escrita para la película: “Tentación,” de Gabriel Ruiz. Trofeo del Sindicato de Autores y Compositores de Música. Mejor música de fondo: Raúl Lavista, por “Distinto Amanecer.” Revelación Cinematográfica del año: María Félix, que tuvo a bien enfermarse para no recibir la ovación de su ejército de admiradores. La mejor escenografía: Manuel Fontanals, por “San Francisco de Asís”... La mejor película extranjera exhibida en México: “Hidalgos de los Mares”... YA SE ENLAZABAN las parejas para el cómplice “blues,” cuando asomó desde un balconcillo enflorado el rostro simpático de Tito Guizar, recién llegado a estas latitudes para filmar su nueva producción: “Como México no hay dos”... Ramón Pereda, eterno enamorado de su linda mujercita Adriana, platicaba con Jesús B. González de un noble propósito: ceder íntegros los ingresos de su película “El Herrerc” para los damnificados por el ciclón que azotó a Mazatlán, en la noche de su estreno... Yo entre tanto, externaba a don Enrique Uthoff, trotamundos, argumentista y actor genérico de la cinta de plata, que a mi leal saber y entender merecía un primerísimo trofeo Fernando Soler —actorazo—y que los mejores directores con los que se enorgullece la industria en estos momentos son Emilio Fernández, que realizó la “Flor Silvestre,” Fernando de Fuentes que nos ofreció una “Doña Bárbara” que hará época, y Julio Bracho en su “Distinto Amanecer.” Y lástima que no entrara al concurso “María Candelaria,” estrenada a principios del año en curso. Se hubiera llevado todos los honores... A LOS ESTUDIANTES universitarios de nuevo ingreso en las Facultades se les rapa en forma implacable o se les empluma para llevarlos por las calles más concurridas. Muchos jóvenes que reciben cubetazos de agua fría caen enfermos. En los estudios de cine, estos “bautizos” han tomado carta de naturalización. Hace poco, al terminar de rodarse la película “Corazones en Juego,” se hizo víctima de esta broma al señor Lorenzo R. Sepúlveda, productor de la cinta, y también a la mueva estrellita Lilia Michel, la que fué bañada de pies a cabeza con una mezcla de goma laca y esmalte para las uñas. DE TODO UN POCO: Anita Blanch—en inquietud sempiterna—firmó contrato con los her ‘manos Rodríguez, como artista exclusiva de su compañía. El cine-director hispano argentino Antonio Momplep, comenzó a filmar en los estudios “Clasa” la película “Amok,” basada en la apasionante novela de Stefan Zweig.—El productor de “Santa,” don Francisco de P. Cabrera, está preparando una nueva película: “Los hombres no lloran.” En la misma hará su debut con el megáfono el gran actor Alfredo Gómez de la Vega, de quien algún ingenioso humorista dijo: “¿Se retira el actor Vega? No. Es que tan chico se mira, que en el instante que llega, parece que se retira...” Y hasta la próxima, si ustedes me dan su venia... Cine-Mundial