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Mejico
se llevó a
fune Marlow
Por Elena de la Torre
| cinco o seis años, June Marlow era en Hollywood una sensación.
Famosa por su belleza, encantadora por su gracia, popularísima por su simpatía, era ornamento exquisito del “Trocadero” — en su apogeo por aquel entonces—al que había llegado cuando se hizo notable como cantante de la orquesta popular de Ted Fiorito, uno de los “ases” del “swing.”
Si decimos que el nombre de June Marlow era tan popular como el de Greta Garbo, no exageraremos nada. Sus admiradores formaban legión y una sonrisa suya se cotizaba como una joya.
Repentinamente desapareció un día June Marlow del Trocadero y todo Hollywood sintió la ausencia de una de sus luminarias más brillantes. El asombro y la decepción de los asiduos al cabaret de moda de las estrellas no tuvo límites. ¿Dónde habia ido a parar su ídolo, que tan inesperadamente les abandonaba? ...
Los que estaban mejor informados supieron que se había ido a Buenos Aires, pero nada más. Ningún detalle concreto, ninguna idea de los planes que pudieran haber llevado a la República Argentina a esta linda americana que no sabía una sola palabra de español.
Pero nosotros, sin ser asiduos concurrentes al Trocadero y sin conocer a June Marlow más que de vista, con nuestra acostumbrada indiscreción de periodistas veteranos,
June Marlow, la estrella del 'Trocadero" de Hollywood, que un día
se fué a Hispano-América
sabiamos algo más. Y este algo era que June Marlow había volado hacia el Sur en alas del amor, y que el afortunado mortal que se había llevado a la joya era un buen mozo chileno, llamado Tito Davison, que viniera de Chile cuando la Metro inició la filmación de la películas habladas en castellano, para tomar parte en ellas.
Tito Davison fué gran amigo nuestro por aquel entonces; pero jamás nos puso en autos de sus amores con June, y el viaje de luna de miel de la pareja fué sorpresa repentina para nosotros.
Pasaron los meses y de vez en cuando tuvimos noticias esporádicas de June Marlow, sabiendo por ellas que actuaba en Buenos Aires en la radio y más tarde en el cine.
Nos extrañaba un tanto el avance de esta chica americana en un país de habla española y no dábamos gran crédito a las noticias de sus triunfos en nuestro idioma, hasta que un día, no hace muchos meses. . . .
En una de nuestras visitas al estudio de la 20th Century-Fox, para celebrar una entrevista con Jennifer Jones, la hoy celebrada protagonista de “Bernadette,” nos encontramos con la sorpresa de hallar a Tito Davison al frente de la oficina de censura del estudio.
Había vuelto Tito de Buenos Aires des
(Continúa en la página 255)