Cine-mundial (1944)

DOCE MILLONES de turistas y uno que otro mexicano, siguen llenando los salones de cinematógrafo. Los empresarios se ponen las botas y hacen su agosto en abril, cobrando hasta cuatro pesos por una butaca en domingo. La inflación derrama cascadas de papel moneda y la floreciente industria del celuloide multiplica sus actividades y enriquece a muchos tipos que saben tanto del arte de Lumiére como yo de sánscrito y lenguas muertas. En México tenemos judíos que venden enchiladas en los mercados, indios puros que dan clases de francés y gallegos cerrados que toman abono a la temporada de Jouvet en el marmóreo Palacio que se cuartea. Asi somos de absurdos en 1944, como dijera don Alfonso Reyes, el “otro regiomontano ilustre.” ESTA MAÑANA luminosa y clara, optimista y amable, desperté con ganas de cantar las cuarenta. ¿Que muchos van a torcer el gesto? . . . ¡Qué me importa! ... Al fin y al cabo se respeta siempre la opinión franca y desinteresada. Hablemos de don Miguel Contreras Torres, hombre dinámico, sagaz y pleno de audacias. De la noche a la mañana nos resultó director de cine. En interminables rollos condimentó hace tiempo, una vida pintoresca y teatral del Cura de Carácuaro. Entre cabeceadas y bostezos, aguantamos las andanzas del Generalísimo don José María Morelos y Pavón, presentadas en forma tan tediosa y convencional que mos dejaron sin fuerzas para pergeñar un comentario. RECIENTEMENTE la emprendió con “La Vida Inútil de Pito Pérez,” que nuestro Embajador en Cuba, J. Rubén Romero, dejó a la posteridad en un libro perfecto. Medel, cómico de carpa, morcillero famoso, se nos reveló en la película con insospechados perfiles de gran actor. El pecado mortal del señor Contreras Torres, se repitió en la Vida Inútil, alargando inútiles diálogos y haciéndonos la vida pesada. Salvo algunos aciertos de ambiente, de paisaje y de visión pueblerina, la cinta está plagada de defectos. Ese final de pantomima creado por la imaginación del mismo director y productor, corrigiéndole la plama al picaresco y donairoso Rubén Romero, trasmuta el asunto fino y sutil, amargo y profundo, en sainete corrientón y de comicidad barata. EL HERMANO de San Francisco, Fray José Mojica, canta para el reportero Spota en los campos labrantíos de su convento del Cuzco. Permite que le tomen fotografías, arreglándose el hábito y elevando los ojos al infinito. Habla de comunismo y de política. Parece que no puede olvidar aun las tentaciones y que muy para sus adentros, le llama el siglo con sus mil tentáculos de popularidad, fama y placeres. El periodista que conversó con él bajo el crepúsculo de “La Recoleta”—dalmática de seda y oro punteada de estrelias—esta escribiendo un argumento para llevar a la pantalla la vida y milagros de Fray José, que cantó en la opera de Chicago, enseñó la doctrina a los huérfanos en San Miguel Allende y derramó la caridad y el bien entre las familias menesterosas. LA FIGURA de Don Porfirio Díaz, héroe del 2 de abril, ha resultado un filón para autores de revistas y para empresas de cine. Viejos revolucionarios le aplauden en la penumbra de los salones; y el último reaccionario lloriquea sin remedio desde su butaca de última fila. . . . Aparece el dictador en “México de mis Recuerdos,” y ahora en los estudios Azteca, principió a rodarse su vida, con José Luis Jiménez (notable en el Juan Diego de “La Página 242 PLATEROS QUINTA AVENIDA Cuatro pesos por un asiento.—“La Vida Inútil de Pito Pérez. "—¿Volverá Mojica al siglo?—Porfirto Díaz filón inagotable.— Dos sombras: de Ortin y de Chucho el Roto.—Nuevos estudios.—Canevá de noticias—La importancia de un bello rostro. Por Manuel Horta (Especial para CINE-MUNDIAL) Virgen Morena”), Virginia Serret, una muñeca de cabellos de fuego, y el empecatado tenorio David Silva, obligado guía de cuanta gringuita bella visita la Ciudad de los huacales.... La dirigirá Rafael J. Sevilla ajustándose al script del buen argumentista Rafael Saavedra, quien se documentó con cartas inéditas y muy curiosas fotos que le prestó la propia viuda del General Díaz, doña Carmelita Romero Rubio, ahora gravemente enferma. DECIA YO AL principiar esta crónica, que la industria fílmica crece y se desarrolla notablemente. Se rumora que Fernando de Fuentes, Miguel Zacarías, Jesús Grovas y Juan Bustillo Oro, planean la construcción de nuevos estudios en esta Capital. Otro capitalista de gran visión comercial, don Emilio Azcárraga, también levantará los suyos, presidiendo una sociedad anónima poderosa y solvente. En la Capital ruidosa y cosmopolita, se hacen colas para adquirir carbón, leche y maiz. También se hacen ya para conseguir una fecha en los estudios. CANEVA DE NOTICIAS: Cuando gateaba el cine nacional, Raúl de Anda se ganaba la vida trabajando como “extra” en una película que se llamó “Chucho el Roto.” El protagonista de la misma fué Leopoldo Ortín, por aquel tiempo famoso y solicitado. Corrieron los años vertiginosamente, y en este dolorido y amargo mundo, aquel Raúl de Anda, partiquino modesto, se ha convertido en productor, y el Chato Ortin—enfermo y envejecido—trabaja a sus órdenes en una cinta—;¡ cruel coincidencia !—que se llama: “La Sombra de Chucho el Roto.” UN VETERANO de la República, el sargento Manuel de la Rosa, con ciento cuatro años de edad, firmó contrato para tomar parte en una película que prepara el periodista Manuel Moguel, con el título de “Sangre India.” Por lo visto, la sangre india de don Manuelito es inmortal. El hecho de que el sargento vaya a tomar parte en una película, a pesar de sus cien años corriditos, no debe sorprendernos. . . . Muchas de las “damitas jóvenes” de nuestro medio, le andan pisando los talones al sargento. ADELA JALOMA, que se lució en “El Prisionero 13,” prefiere la pantalla al dulce “home.” Tramita su divorcio con el amigo Cussi, para colocarse frente a los reflectores y los camarógrafos. Luis Manrique, acaba de contratar a Esther Fernández y a Pedro Armendáriz, para los roles principales de la película “Adiós Mariquita Linda,” inspirada en la canción de Marquitos Jiménez, que pasa en Tacámbaro sus desolados días de enfermedad y olvido... . María Félix, la mujer más hermosa y atractiva del mundillo cinematográfico, estrelló su auto contra un camión. Y ante su rostro de estatua griega, el conductor del camion, más feo que un derrame de bilis, dió con sus huesos en la cárcel. ... CLEMENTINA OTERO, que sin ser fea, no es precisamente “La Bella Otero,” primerísima actriz del Teatro Fábregas, será sometida muy pronto a una prueba cinematográfica. Clementina es una destacada y notable actriz. Está rodándose bajo la dirección del norteamericano Dudley Murphy, “Campanas de mi Pueblo,” con Gloria Marín—que da gloria verla —y Pedrito Armendáriz, a quien también ha contratado J. Rubén Romero para que tome parte en su producción “Semblanza de una Mujer.” TERMINO EL ESPACIO. La mañana está clara y limpia, como si los ángeles hubieran lavado el firmamento por la noche, que diría el Duque Job, otro de los fantasmas ilustres que vagan al claro de luna por el Plateros del México de mis pecados, desde el cual van volando mis notas a la Quinta Avenida... . D E MASCOTA (Viene de la página 227) norteamericanas. Pero que no perdió el tiempo, no se necesita decirlo. Tampoco perdió su aire juvenil, su natural-dulzura, ni uno solo de los atractivos con que salió de Jalisco a ganar a todo trance. —¿Y qué planes tiene Ud.? —Cuando regrese a México, voy a participar en un plan que tenemos varios artistas de allá y que es algo nuevo en Cinematografía. Pretendemos hacer “reprises” de las películas que han tenido más éxito, produciéndolas de nuevo en México con los elementos con que ahora contamos, y que son muy buenos, a fin de aprovechar a la vez el tema y las innovaciones técnicas más modernas. La idea es nueva y todos estamos seguros de que saldrá bien. —¿Qué producción resucitarán primero? —Todavía no está decidido, pero creo que va a ser “Of Human Bondage,” que tan magistralmente interpretaron Bette Davis y el malogrado Leslie Howard. —Bueno ¿y cómo le ha ido a Ud. en Nueva York? —Muy bien, aunque a brincos y saltos, como siempre, porque aquí todo som carreras y ajetreo. . ... —¿Y el corazón, qué tal? —Bastante bien, gracias. Muy pacifico... . En efecto, palpitaciones no se le notan, pero yo no me fío de unos ojos de ese tamaño y con esas intenciones. Mayo, 1944