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FOTOCRIM
Se preparan a retirarse, después de ofrecer una tertulia a sus amigos, Paul Drake y su esposa Nancy. Paul, que se ha arruinado, insiste en que Nancy le dé su collar de perlas para venderlo. Ella rehusa, diciendo que es regalo de bodas de Paul mismo. Disputan, pelean .. . y Nancy dice que llamará a los criados. . . .
En momentos en que Paul abría el cofre de valores, oye a su espalda la voz de su mujer que le dice: “Las perlas no están ahí". El encolerizado marido, que está al borde de la deshonra por falta de dinero, amenaza a Nancy con hacer públicas sus relaciones con Cane si no le da el collar. Nancy no responde siquiera.
Fordney interroga a Nancy respecto al collar de perlas que Paul asía en la mano. Nancy refiere que se disponían a ir al teatro cuando Paul le pidió las perlas para venderlas. La disputa se agrió, y Paul —según Nancy—estaba furioso, con
lo que ella, cediendo, le entregó el collar... .
Página 266
En las fotografías y el texto está la clave que dió al detective la solución del crimen. Si Ud. no la halla, búsquela en la página 307.
El disgusto persiste. Días después, Paul y Nina su prima presencian un juego de tennis entre Nancy y Rex Cane. Nina se vuelve hacia Paul de pronto y le dice: "¿Vas a permitir que un cualquiera como Cane te robe a tu mujer?" Paul, aturdido por la sorpresa y rojo de mortificación, no sabe qué contestar a su primita.
Algunos días más tarde, arrodillada frente a un cadéver y con las frases entrecortadas por los sollozos, Nancy grita por teléfono: '¡Policía, policía! .. . ¡Manden inmediatamente a alguien! ... Mi marido. . . . Sí, mi marido, Paul Drake . . . matado de un balazo. . . . Por Dios... o Paul Drake . . . matado de un balazo... .
"Pero el disgusto empeoró", siguió diciendo Nancy, y Paul, ya fuera de sí, dijo que ni con las perlas se salvaría de la ruina. Luego, sacó un revólver y se lo llevó a la sión. Traté de quitárselo, pero disparó antes de que lo lograra yo. Murió en un segundo.
Por la noche del día siguiente, Paul, que paseaba por el jardin, nota luz en la alcoba de Nancy. Alerta, el marido observa. A poco, una escala hecha de sábanas atadas se suelta por la ventana, de la que desciende Cane. Paul, en la obscuridad, piensa: ahí está el mejor método para obtener el collar de perlas. .. .
Acudan lo más pronto que puedan. . . . Al llegar Fordney a casa de Drake, comenta lo buen mozo que era éste, mientras le desabrocha el abrigo. Del chaleco le saca el reloj de bolsillo que marca las 7:55. El cristal está hecho trizas. Algunos pedazos han caído al suelo. Nancy comenta: “Se le rompió el reloj cuando él se cayó."
“Drake no se «suicidó, dijo Fordney. "Y como Ud. estaba sola con él, señora, Ud. es la culpable de haberlo asesinado . . . y nadie más. Lo mató por culpa de este collar de perlas." Y el sargento Scott, que recogía los billetes de entrada al teatro, puso las esposas a Nancy y se la llevó sollozando.
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