Cine-mundial (1945)

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BUJIAS CHAMPION Limpiandole regularmente las bujías, su automóvil tendrá mayor fuerza y velocidad y ¡consumirá menos combustible! MI NOA | DA AA NAO) SAA Ha DONO AAA RANA re A a poi VE / Deseche las bujias gastadas e inútiles y reemplácelas con un juego nuevo de Bujías Champion, ¡para obtener un grado mayor de eficiencia! FÁBRICAS: Toledo, E.U.A.; Feltham, Inglaterra; Windsor, Canadá Página 320 A menudo, los escenaristas inexpertos, deslumbrados por las fastuosidades u otros elementos superficiales del cinema, olvidan este valor interno, indispensable a todo buen argumento. Luego, en el caso improbable de que llegue a producirse la película, se encuentran con la sorpresa, por ejemplo, de que ese film que posee los más bellos paisajes del mundo, las mujeres más atrayentes de Cinelandia y los actores más célebres o más bien pagados: del universo, no consiguen causar la menor emoción al espectador. Y es que el cine es todo menos un arte trivial. Su fuerza no está únicamente en lo que muestra o dice, sino en lo que sugiere. De aquí que sus elementos básicos, más que todos los esplendores externos, sean la intención, la picardía, la malicia; en una palabra, el arte y la fuerza creadora del escritor. Sólo después de bien ponderados mentalmente todos esos valores, el escenarista procederá a trazar la línea completa de la acción. Y es por demás que advirtamos que, desde entonces, el escenarista deberá reducirse a pensar de manera visual y a traducir los hechos no como ideas sino como imagenes. La relación escrita de los hechos se presenta a base de una sinopsis, o resumen, y ésta debe ser escrita en la más pura forma narrativa, sin paréntesis explicativos ni detalles que puedan perjudicar la simplicidad de la hilación. EL TRATAMIENTO CINEMATOGRÁFICO es la segunda fase de la elaboración literaria de un film. Una vez redactada la simopsis con los hechos e incidentes que constituyen la acción, el escenarista debe preocuparse de cómo tratarlos y presentarlos. Unos mismos hechos pueden adquirir un carácter muy distinto, según sean presentados en la pantalla. Una trama cualquiera puede convertirse en un film cómico o dramático, satírico o sentimental según el tratamiento que se le dé. De ahí que los productores cinematográficos adquieran los argumentos en forma de sinopsis, y eso da idea de la importancia que el escenarista debe conceder a la redacción del esquema inicial, o sinopsis del film. El tratamiento cinematográfico, generalmente, los productores lo encargan a los escritores de plantilla de los estudios, por conocer éstos los planes del productor y la forma en qué desea realizar el film. En esta fase literaria, el escenarista deberá saber, además, los medios materiales y artísticos de que el productor dispone para la realización de la película. Si la acción debe limitarse a unos modestos interiores o podrá desarrollarse en fastuosos escenarios; si el film va a ser vehículo para una estrella femenina o masculina; si se contará con un reparto reducido o si, por el contrario, se dispone de un presupuesto que permite varias estrellas y grandes conjuntos bailables o musicales. El escritor de tratamientos debe conocer admirablemente el oficio de cineasta y es en efecto el responsable de que el argu-. mento se convierta en un film realmente bueno o malo de verdad. La acción de un film, tal como queda redactada en la sinopsis, tiene que responder únicamente a las exigencias de la simple narración. En el tratamiento, en cambio, la labor literaria afecta directamente la estructura del film. Su misión es ordenar los hechos de manera especial para el mayor efecto cinematográfico. En la sinopsis la acción presenta una línea simple y directa. En el tratamiento, por el contrario, la acción avanza a veces en líneas paralelas, en verdaderos zig-zags o en forma sinuosa que responda a las truculencias propias del arte cinematográfico. Si en la sinopsis la vida de un personaje puede ser narrada desde la cuna al sepulcro, en el tratamiento a veces conviene iniciarla en su día de bodas, según el efecto dramático que quiera impartirse en el film. La forma literaria del tratamiento difiere poco del de la sinopsis. La diferencia básica es que el tratamiento admite, además del estilo narrativo, toda la variedad descriptiva o explicativa que sea necesaria para dar una idea completa de lo que debe ser el film. LA CONTINUIDAD O GUIÓN se deriva absolutamente del tratamiento. Es una nueva exposición del argumento de la película, pero esta vez ya no en forma literaria sino con el lenguaje propio del cinema. El guión o continuidad del film se redacta para los técnicos y para los actores. Es, de hecho, un prontuario donde los realizadores del film—director, actores, fotógrafos, técnicos de sonido, etc.—encuentran todas las instrucciones necesarias para el rodaje de la película. Como es de suponer, pues, en el guión no puede faltar detalle alguno y, del punto de vista cinematográfico, todo debe estar previsto en él. Es, en realidad, el propio film reducido casi a taquigrafía. Ni qué decir que, literariamente, algo importantísimo en el guión, continuidad, o libro de rodaje, es el diálogo. De aquí que los dramaturgos jueguen, hoy en día, un gran papel en el cinema. Un buen dialoguista es alguien tan importante, en una película, como el propio autor del tratamiento. Pero téngase presente que el cine es también la antítesis del teatro, y que el buen dialoguista de films, tal como el buen escenarista con respecto a la literatura, tiene que estar ya de regreso de las tablas (o debe poseer un don natural) si quiere dotar las películas de un diálogo verdaderamente cinematográfico, que no huela a bambalinas y a morcillas de actor malo. Así, a grandes trechos, queda comprendido el arte de escribir para el cine. Y con nuestras humildes indicaciones, sólo hemos querido dejar bien sentado un principio fundamental: para escribir un buen argumento, es preciso poseer dotes de creador y aprender el oficio cinematográfico; oficio que, como todos los demás, no presenta ningún misterio sino que exige solamente sincera vocación y constante estudio. Cine-Mundial