Cine-mundial (1920)

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CINE-MUNDIAL HACE veinte años, en la ciudad de Nueva York, estrenóse una opereta cuya popularidad asumió tales proporciones que — a pesar del tiempo transcurrido y de la facilidad con que las grandes metrópolis se olvidan de sus ídolos y de sus caprichos — todavía sobra quien se acuerde de la obra y hasta de la letra de algunas de sus canciones. Pero no se crea que ésto se debió, precisamente, a los méritos musicales de la opereta sino a la belleza de las coristas que en ella tomaban parte y, sobre todo, a la serie de casamientos, divorcios, escándalos y otras menudencias que sirvieron para prolongar la presentación de la obra y para regocijar al público de aquella época. La opereta en cuestión se llamaba "Florodora" y tenía un sexteto de bellísimas mujeres que cantaban ciertas coplas que no tenían nada de particular, pero que, interpretadas por "aquella media docena de Venus en mallas, hicieron furor entre los pisaverdes de entonces. Mas no paró ahí la cosa. El dato verdaderamente curioso de todo ello fué que las seis coristas se casaron, sucesivamente, con sendos millonarios y el sexteto de "Florodora" se hizo famoso por ios siglos de los siglos. Cada vez que alguna belleza teatral, más o menos envejecida, sale a lucir en las columnas de la prensa, el mejor elogio que se le ocurre al publicista encargado de darle bombo es decir: "era una de las del sexteto de *'Florodora", y naturalmente que la media docena, por culpa del reclamo, se ha multiplicado como la descendencia de Abraham y ahora no hay artista retirada que no haya tenido que ver con el dichoso sexteto. Pero, en verdad, las seis artistas que formaron el inolvidable coro y que conquistaron, cada una, a un millonario, se llamaban Margaret Walker, Vaughn Texsmith, Marie Wilson, Marjorie Relyca, Agnes Wayburn y Daisy Green. A medida que se iban casando, iban siendo substituidas por otras no menos bellas, y que igualmente se casaron con gente prominente, aunque la "segunda edición" prefirió los nobles europeos (que habían acudido al resplandor de la fama del sexteto) en vez de los millonarios de sus predecesoras. De ésto, como decimos al principio, hace veinte años. Pero como todavía vive el recuerdo de tamaños sucesos, un empresario que no se duerme ha decidido reprisar la obra, en Broadway, este año, y al efecto anda buscando por los cuatro puntos cardinales a las muchachas más guapas que haya en los Estados Unidos para que vengan a formar parte del sexteto. ..ya pescar a algún millonario de los que tanto abundan en esta ciudad del oro. Abril, 1920 < — ~ <^/''^ La "Florodora" original se estrenó en el "Lyríc" de Londres, en donde alcanzó un éxito extraordinario, y luego fué traída a Nueva York, donde hizo el deleite de la concurrencia en el "Casino" durante 54-7 noches consecutivas. Esta vez, los Shubert, que son los empresarios, la presentarán en el "Century" y ya han escogido, entre doscientas solicitudes, las bellas mujeres que serán dignas sucesoras de las originales, a juzgar por los retratos que ha publicado la prensa. Dos hermanas, rubias, hermosísimas, altas, esbeltas, han venido de Worcester, Massachusetts. Una, de Nueva York, es morena y tiene dos ojos negros que quitan la cabeza. Las demás han sido traídas de otros Estados de la Unión. El día cinco del mes entrante será el estreno. Y ahora habrá que ver «i los millonarios de la época presente son tan sensibles a los encantos femeninos como lo eran los ricachones de hace cuatro lustros. . . "P N UNA de esas entrevistas extrañas ■*- que se atribuyen a Blasco Ibáñez y que, invariablemente tienen que resultar apócrifas porque el novelista no entiende una palabra de inglés y no hay entre los cronistas neoyorquinos quien entienda el español, de modo que los intérpretes — por regla general descuidados — llevan el peso de las tales "entrevistas", se dijo que el autor de los "Cuatro Jinetes" había afirmado que los maridos yanquis tenían un miedo cerval a sus consortes y que lo que la mujer americana necesitaba era un garrote y una paliza de cuando en cuando — o algo por el estilo. ¡La que se ha armado! Algo de verdad debe haber en el fondo de la apreciación atribuida a nuestro genial escritor, aunque él dice que se tergiversaron sus conceptos, y algo de cierto puede que tenga la necesidad de medidas extremas en ciertos casos, pero ni se deben hacer generalizaciones ni somos nosotros peritos en este asunto, que no nos incumbe. El caso es que tan abrumadora fué la nube de críticas que le cayeron encima, que Blasco Ibáñez, harto de desmentir, agobiado por los reporteros, pe riodistas y esposas indignadas, ha emprendido la fuga y ya a estas fechas debe estar en Méjico. * * * T A popularidad de Charles Ray va cre■L' ciendo, a pesar de que se le encomienda casi siempre la misma caracterización de joven provinciano tímido que, cuando la ocasión lo exige, se transforma y deja por los suelos a sus numerosos enemigos. Y esa popularidad tiene su ra^ón de ser: en la última de sus producciones, que se llama en inglés "Alarm Clock Andy", Ray demuestra que, si los asuntos que interpreta son siempre los mismos, en cambio su versatilidad es infinita. El público rió desde el principio hasta el fin y, cosa rara, aplaudió al terminar. * * * EL MISTERIO DEL CUARTO AMARILLO", que produjo Emile Chautard, ha sido exhibido ante los mejores detectives de los Estados Unidos y, antes de que se descubriera el secreto, el operador suspendía la exhibición y los sabuesos policíacos eran interrogados acerca de su opinión. Se les preguntaba cómo podría terminar la película. Hasta la fecha no ha habido ni uno que dé en el clavo. Lo cual demuestra. . . muchas cosas. * ♦ ♦ T)OR la redacción de esta revista ha pa■* sado una racha de enfermedades que la despobló, aunque por fortuna sólo temporalmente. Cuando la influenza soltó de sus garras al Respondedor de Preguntas, a Carrasco, a Ariza, al gerente de anuncios, a tres de las taquígrafas y a un servidor, el señor Director, que se envanecía de haber quedado en pie, cayó en el hospital con apendicitis y hubo de sufrir una operación que todavía lo tiene preso en la cama. Hay el dato curioso de que Arturo Lang, el agente de la "Nicholas Power", que tantos amigos tiene entre los latinos y que estaba en "el lecho del dolor" con pulmonía doble y otros males igualmente graves, pudo salir a la calle precisamente tres días después de haber caldo e! señor Ortega y su primera visita fué al hospital en que este i'iltimo se halla. * * if A PROPOSITO del Respondedor de Preguntas, el otro día recibió una carta en que le interrogaban cuál era la marca del "poderoso automóvil" que sale a relucir en todas las entrevistas de Guaitsel, y como éste y el hombre-respuesta son enemigos mortales, el último iba a contestar que no era automóvil, sino bicicleta. Pero la verdad es que se trata efectivamente de un vehículo automotor, aunque nadie lo ha visto nunca, fuera de Ca > PÁGINA 394