Cine-mundial (1920)

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CINE-MUNDIAL rrasco, que salió una vez en él y que, desde entonces, tampoco dirige la palabra al entrevistador. Sospechamos, pues, aunque sin afirmarlo, que es un "Ford". * * » HACE poco llegaron a esta metrópoli unos exhibidores que traían, como una maravilla cinematográfica, cierta producción hecha allende el océano. Y, para ver si quería comprarla, la mostraron en una sala de proyección al señor de Aragón, gerente del departamento de películas de "Gillespie Brothers*'. Del valor de la obra no tenemos nada que decir, que eso es asunto que interesa sólo a los editores. Pero la parte cómica fué que, durante la proyección, los dueños decían al amigo Aragón: — Vea usted. . . esa parte que salió defectuosa, fué porque, en vez de tener cortinillas metálicas el objetivo, tenía un cartoncito. . . Y así sucesivamente. Cuando salió Aragón de ahí, con las orejas como un tomate, nos dijo con risa de conejo: — He visto una cinta hecha con cartoncitos. . . Es un primor. Cualquiera diría que era película de veras. . . * * « TAMBIÉN los traductores de títulos cinematográficos tienen que tragar bilis a veces. Y conste que muy merecido se lo tienen en algunas ocasiones. Uno hubo que puso en español cierta película adaptada de un drama en verso de origen latino. Y, para dar realce a la versión castellana, intercaló en la película algunos versos del original. El dueño de la producción recorrió la lista de leyendas y dijo muy serio al traductor: — Todo está muy bien, pero voy a cambiar estos versos, que no me gustan, por otros que se me ocurren. . . — Pero si es que no son míos. . . Son de (aquí el nombre de uno de nuestros más famosos escritores). — Pues no le hace — contestó el otro. — Los voy a cambiar de todos modos. * + * ALICE JpYCE se casó el mes pasado — en la Iglesia de los Santos Inocentes, para lo que ustedes dispongan — con el señor James B. Regan, héroe del conflicto europeo y teniente del ejército norteamericano. La cosa no tendría nada de particular si no fuera por la circunstancia de que, con tantas bodas, divorcios y combinaciones, dan mareos. Alice Joyce era, antes de divorciarse por primera vez, la esposa de Tom Moore, hermano de Owen Moore, de quien acaba de separarse Marv Pickford. PERO no para ahí la cosa. Apenas acabábamos de acostumbrarnos a saber que Charlie Chaplin era casado; apenas comenzábamos a familiarizarnos con las películas más o menos cómicas en que aparecían "el señor y la señora de Chaplin"; apenas nos había pasado la impresión del nacimiento y muerte de un vastago a aquel honorable par de artistas, cuando, como un rayo, nos cae la noticia de que la cónyuge, que fué en sus buenos tiempos Mildred Harris, ha presentado Coríne Griffith, con las famosas uvas, en pose para "Vitagraph". demanda de divorcio contra el famoso mimo. Mildred apenas si tiene diez y siete años, pero, según dice, ha sido víctima de innumerables abusos y la vida la ha tratado muy mal desde que se casó. Por eso decimos que en sus buenos tiempos se llamaba Harris, pues, según asegura, desde que se llama Chaplin le ha caído la polilla, o poco menos. Y ha presentado una serie interminable de quejas contra su esposo, diciendo que la ha abandonado, que no la sostiene, que la dejó en su casa y se fué a vivir al Club. Él, en cambio, sostiene que la flamante consorte le ha costado un dineral y qué sé yo cuántas cosas más. Nosotros no tenemos nada que ver en esos líos, ni viene al caso averiguar quién tiene la culpa. El hecho es que se ha armado el escándalo número uno, que los aficionados esperan revelaciones sensacionales y que... ya tenemos otro divorcio cinematográfico en puerta. ♦ * * T HIEDA BARA se presentó en las tablas neoyorquinas, en calidad de actrzi y, según dicen los críticos más serios Abril, 1920 < de la prensa local, la experiencia no estuvo a la altura de las expectaciones, pues ha resultado que la famosa artista "vampiresca" no tiene voz, no sabe moverse en las tablas y, en resumidas cuentas, fracasó con todas las reglas del arte. Eso dicen los críticos y hay que atenerse a su opinión mientras nosotros podamos formar un juicio definitivo. Pero nada tendría de extraño que la señorita Bara, que tiene tantos admiradores en el lienzo, saliera mal en las tablas, pues nada tiene que ver el arte mudo con el arte teatral. "La Flama Azul", que así se llama el drama interpretado por la artista, puede no tener los elementos que una obra cinematográfica ofrece a la discutida inteligencia de la famosa ex estrella de Fox. * * * A PESAR de que el público ha demostrado, de una manera incontestable, que no quiere películas que tengan que ver con la guerra, hay empresarios que, con todo y con eso, se empeñan en hacerlas pasar a fuerza y el resultado es de los más tristes. Jorge Hermida. — > PÁGINA 395