Cine-mundial (1920)

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C 1 X E M U \ DIAL El Guardarropa de las Prot Ana Rosa, Costa Rica. — No sé de dónde habrá usted sacado la peregrina ¡dea de que la moda del cabello corto no es para señoras y señoritas comme i] faut. Está usted perfectamente equivocada en su opinión; mejor dicho, está usted muy atrasada en sus ideas. Figúrese que esta moda ha sido adoptada por muchas damas de la sociedad tanto en Europa como en este país y también por no pocas de las más distinguidas señoras de la América Latina. Naturalmente, este peinado no sienta bien a todos los tipos: pero las mu.ieres jóvenes, y aquellas que aiini(ue no lo sean conservan siempre un aire de frescura y juventud, lucen muy graciosas, atractivas y enteraniente comme ¡I faut o,,;, dicho peinado. En cuanto al segundo, párrafo de su nrt:i, .permítame que lo dej« pendiente para el próximo número, pues necesito ..tiempo lara tomar los informes que mq pide. . Maruca, San Antonio. — Si, es' muy 'cierto que en los dias de nuestras abuelas, y aun de nuestras madres, se consideró que puesto que todo lo relativo a la ceremonia nupcial tendía a poner de relieve la pureza de la novia, simbolizada en el clásico traje blanco y los niveos azahares, éste debía a su vez ser lo más discreto posible y sugerir en seguida la idea de la inmaculada inocencia de la desposada. Andando el tiempo, sin embargo, las antiguas costumbres han ido cayendo en el olvido, y hoy es, no sólo permisible, sino también corriente, que el traje de la novia lleve las mangas cortas y el descote más rebajado de lo que se hubiera considerado propio en otros días. Además, las consideraciones de carácter práctico requieren especial atención en muchos casos, y a veces no es extraño que el deseo de poder utilizarlo más tarde determine hasta cierto panto la moda del traje nupcial. En el presente momento gozan de mucho favor los encajes, ■ el. tul liso o bordado, los ornamentos de plata y, huelga decirlo, las insustituibles sartas de penlas, a veces, engarzadas en rica montura de platino. Conozco una casa de modas que tiene un catálogo dedicado exclusivamente a las prendas y accesorios para las novias; si usted lo desea no tiene más que mandarme sus señas y yo haré que «Jicho, establecimiento le envíe un ejemplar. Reciba mi enhorabuena. ■ Chilena, Santiago.— No me sorprende que le hayan contado .a "usted que Pearl M'hife .viste siempre trajes deportivos porque ni sus Juadalesison ibastante refinados, ni su cuerpo .es bastante elegante para lucir bien con otra -clase de trajes. Me parece que esa ya es historia antigua.' .Que yo sepa, la razón por la que viste así es por la muy sencilla v lógica de qué las películas en que aparece, generalmente lo requieren; pues no hay que olvidar que tan pronto monta a caballo, como trepa en un árbol; atraviesa un río a nado o salta por una ventana, y todo esto resultaría impropio que lo hiriera con un elegante traje de baile. Yo ci-eo que justamente una prueba de elegancia y educación consiste en vestir de acuerdo con las circunstancias. Conste que todo esto lo digo cumpliendo con un deber de justicia; en cuanto a que yo dé a usted mi opinión sobre el particular, eso es ya otro asunto y prefiero por hoy ponerle puntos suspensivos. Por JOSEFINA ROMERO agonistas La Srta. Josefina Romero contestará ¡a^ presuntas que se le hagan sobre trajes de artutas o cualquier otro punto relacionado con "El Arte del Buen Vestir."— N. de R. Ma YO , 192 0 < Eugema R. de E., Sonora.-Espero poder obsequiar sus deseos en el próximo número, JO también pienso como usted que las her manas Talmadge son muy bonitas v que va era tiempo que adornaran nuestra página dmodas; pero no debe usted olvidar el dichit.j de su tierra que dice que para todos hav como no arrebaten. No tiene por qué pedirme excusas por su carta. Encantada de recibirla y de poder complacerla. Esperemos que de aqü. a entonces no se interrumpan las coniumcaciónes con su simpática tierra s. es que son ciertos los rumores que andan por esos mundos de Dios. H. M., Cuba.— Indudablemente nada es de mayor importancia para las damas elegantes que el cuidado de las manos, y desde los días bíblicos, para no remontarnos a antigüedades más remotas, los poetas de los libros sagrados se complacen en cantar la belleza de las manos liliales y de las uñas sonrosadas como petalos. Las reinas del oriente son justamente célebres por el esmero con que cultivaban su belleza, y entre las esclavas de Cleopatra y Zenobia había siempre especiaistas consumadas en las artes de embellecer los OJOS, el pelo, el cutis y las manos. Hoy, naturalmente, el cultivo de las manos es cosa general y corriente, v no sólo se persigue por sus elementos de belleza, sino que también es una como piedra de toque para distinguir a las personas. En esta sección no me es posible mencionar los nombres de ningún producto, pero al recibo de un sobre con sus señas, acompañado de un cupón internacional correspondiente al importe del franqueo, tendré mucho gusto en indicarle en carta privada algunas de las preparaciones más recomendadas para el cultivo de lasmanos. Cristina, Los Angeles.— Entiendo que la primera en introducir la moda a que usted se refiere en su carta, fué Mae Allison, aunque en realidad esta moda tuvo su origen en Londres. Sé de una casa en Chicago que fabrica dichos lunares en forma de mariposas, delicadamente perfumadas v perfectamente hechas de seda y teríiopel¿, con cuerpo iridiscente; las hay todas negras o en diferentes colores para hacer juego con cualquier traje de noche. Repito a usted lo que digo a H. M., envíeme un sobre con sus senas y el cupón internacional correspondiente al importe del franqueo, y a vuelta de correo recibirá el nombre de dicha casa. Económica, Habana.— Creo que la mejor manera de arreglar el traje de que usted me habla sería cubriendo la falda con una túnica de ancho encaje frema, y dejar que el raso negro sirva simplemente de viso. El corpino debe también llevar el mismo encaje pero el fondo de raso sólo debe aparecer desde el descote hasta el talle, lo demás del corpino, es decir, las mangas y la parte superior llev,irán crespón Georgette o tul del encaje. £.1 ultimo toque de elegancia puede dárselo con un bonito cinturón de tela metálica o de cualquier otro material contrastante Con esta combinación, no dudo que obtendrá usted un traje de suma elegancia v a un precio relativamente módico. Ensáyela y ya me dirá si, como lo espero, resultó de sü agrado. Para aconsejarle sobre la forma de sombrero que debe usted usar, necesitaría conocerla, o al menos, saber qué tipo tiene ' SI es usted alta y delgada puede llevarlos anchos y de alas extendidas; pero si, por el contrario, es baja y gruesa, le quedaría mejor un tamaño mediano y con alas irregulares, especialmente levantadas en el frente. En general, estos últimos modelos son los que están más de moda, reservándose las formas grandes para ciertas ocasiones y ceremonias como recepciones, bodas, tés,' etc. Para teatros y cabarets se usan muy peque-' ños y de materiales ligeros tales coriio el tul de Malinas, los encajes de plata y oro,' y -Ja crin — esta moda es muy conveniente porque evita la molestia de quitarse el sombrero durante los actos y al compañero de baile el riesgo de perder un ojo. A. Rubio, Méjico. — En el verano es más conveniente usar guantes de seda o de algodón, los que pueden lavarse con la frecuencia que se desee; los de piel de cahritiUfi;. resultan muy costosos y demasiado calientes para este tiempo. Me parece que el precio de los guantes de algodón varia entre $2.00 y .$3.00 y pueden obtenerse en blanco, champagne y marrón; imitan perfectamente la gamuza o piel de suecia y son de los que se llaman de 12 ó 16 botones, es, decir, que' llegan a los codos. Venezolana.^La mayor parte de los trajes de Gloria Swanson son diseñados por Claire West, quien según entiendo, tiene a su cargo el guardari-opa de la Compañía de Mille. — Se dice que Elsie Ferguson, Norma Talmadge. Pauline Frederick y Clara Kimball Young son las estrellas cinematográficas que visten con mayor elegancia; no son pocas las personas que afirman que Geraldine Parrar es la que se lleva la palma entre todas, y otras muchas proclaman que Dorothy Dalton es la reina de la moda. Todo esto es,cfiestión de gustos y sobre ellos no hay nada escrito. DESCRIPCIÓN (1) Quieras que sí,' quieras que no, .los panniers, en todas sus formas y derivaciones, desde el clásico cesto perfectamente definido hasta el simple adorna en forma de haldeta, continúan tan populares como siempre. Por lo que no es de extrañarse que se nos presenten en las tablas, o, mejor dicho, en los lienzos de las pantallas cinematográficas, para darle el toque de la hora a trajes como éste, de corpino sostenido con hombreras y bordado con motivos de flores que se repiten en la falda, y con el cual aparece Sylvia Breamer en una interesante película de Pathé. (2) Para muchas personas no hay traje tan atractivo como el de Eva, y aparte del hecho de que, de seguir las cosas como van, no está lejos el día en que sólo los millonarios podrán aspirar a algo de mayores proporciones que la clásica hoja de parra, es imposible negar los encantos de unos hombros descubiertos, en el estilo del Jardín del Edén, debajo de un collar de perlas y un J rostro. . . también de perlas. I (sigue en la página ^\S) ^ > PÁGINA 475