Cine-mundial (1920)

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CINE-MUNDIAL El redactor de esta sección, que aparece sentado al extremo izquierdo del grupo de aviadores, en la Escuela Curtiss de Aviación durante varias pruebas celebradas recientemente. POK TODO LO ALTO Por A. J. CHALMERS — iCentral!. .. ¿Escuela de Aviación?... Habla Chalniers. ¿Está ahí el Sr. Depew?. .. ¡Ah! ¿De modo que anda volando?... Entonces allá voy ahora mismo. . . Sí, me dijo que me esperaba: somos tres personas, la señorita Hubbard, J. P. Chalmers y yo. Estaremos ahí dentro de hora y media. . . Gracias. . . Hasta luego. Y a la hora indicada, llegamos a la puerta del aeródromo de Curtiss . En lo alto, como un punto negro sobre el espléndido azul, se veía un aeroplano. Al principio, apenas resultaba visible, pero luego fué creciendo y definiéndose. Viéronsele las alas, después el cuerpo y la cauda, hasta que, con una especie de silbido, pasó por encima de nuestras cabezas: era un Curtiss JN4-D que aterrizó ligeramente, a corta distancia de donde estábamos. El motor se detuvo e instantes después saltó de la máquina un joven cuya tez, martirizada por el aire y por el sol, estaba renegrida y hacía aun más notable su optimista sonrisa. Era Richard Depew que, durante la guerra, había sido capitán aviador del ejército de los Estados Unidos y que está actualmente dirigiendo la Escuela de Aviación de Curtiss en Carden City, Long Island. Depew aprendió a volar en Francia, allá en los buenos tiempos en que los aeroplanos estaban hechos de estopella y bambú, cuando se preparaban a trabajar los embalsamadores y sepultureros cada vez que un piloto se lanzaba por los aires y cuando, con sólo que hubiera brisa suficiente para mover las hojas de los árboles, ya se consideraba peligroso el arriesgar un vuelo. De entonces acá, Depew ha pasado centenares de horas por las nubes. El año pasado ganó un premio en la carrera-vuelo de Nueva York a Toronto. Durante el último invierno dio clases de aviación en la escuela de Curtiss de Miami, Florida, y cuando, hace unas cuantas semanas, llegó a Florida el Club de Polo del Ejército Cubano, Depew y su compañero Ray, pilotos ambos, hicieron vuelos con el Capitán Jalmar, con el señor Manuel Menocal, hijo del Presidente de la República de Cuba, con el Coronel Silva, comandante del Campamento de Columbia, el señor Roberto Salmón, el Comandante L. Beltrán, el Teniente Pedro Pablo Echarte, el Teniente Sardina, el Capitán J. A. Jiménez, ayudante del General Menocal, el Teniente Vitalio Torres y el Teniente W. R. Arteaga. Durante su permanencia en la Escuela, Depew ha dado lecciones de aviación no solamente a numerosos estudiantes norteamericanos, sino a futuros pilotos aeronautas de Italia, Gautemala, Méjico, Panamá y Colomliia. El último alumno que completó sus ursos en Miami fué el señor Camilo Daza, L' Colombia. A fin de guardar todo el equipo necesario para las actividades de la Escuela de Avia Juuo, 1920 <^ ción, la casa Curtiss ha edificado en Garden City varios hangares de acero. En un edificio más pequeño está el taller de reparación de motores, donde éstos quedan sujetos al minucioso examen de los educandos que pueden allí hacer un estudio completo del mecanismo respectivo y aprender a ajustar las diversas piezas del aparato, así como la construcción misma de los motores y su modo de operación. El estudiante que hace su carrera en la escuela de Curtiss, tiene que pagar $400 por esos cursos. Tal suma le da derecho a quinientos minutos de vuelo instructivo, al cabo de los cuales se supone que ya sabe lo suficiente para volar por sí mismo. En caso de que desee seguir practicando por su cuenta, puede hacerlo mediante el pago de una cantidad que se calcula a razón de setenta y cinco centavos por minuto. No se cobra nada por roturas y cuando hace su vuelo de prueba para obtener su licencia como piloto, solamente deja un depósito de cien dólares. Antes de la guerra este depósito era mucho mayor. Además de la instrucción dada en los vuelos propiamente dichos, los estudiantes reciben clases teóricos de aeronáutica y respecto a la forma en que debe cuidarse de un aeroplano; también tienen, como es natural, la oportunidad de visitar la gran fá brica de Curtiss que está muy cerca de la Escuela, y ver los aeroplanos en plena construcción. El aprender a volar en estas condiciones excepcionales y el tener la ocasión de subir a las nubes desde uno de los aeródromos mejores del continente, significa mucho para el rápido progreso de los alumnos, que aprenden al mismo tiempo innumerables detalles relativos a la producción aeronáutica. Después de recorrer los hangares, la tarde en que iniciamos por teléfono el diálogo con que este artículo comienza, Depew tuvo la bondad de llevarnos en su aeroplano a visitar las nubes. Las máquinas destinadas a la Escuela están equipadas con dobles mecanismos de gobierno, a fin de que tanto el maestro como el discípulo puedan guiar, sin que el piloto pierda ocasión de corregir los errores del alumno. Pequeños teléfonos y un tubo adaptado al caso sirven para establecer la comunicación hablada entre catedrático y estudiante durante el vuelo. Cuando estábamos a mil pies de altura, se entabló la siguiente conversación: — ¿Quieres guiar, Chalmers? i Que si quería yol ¡Ya lo creo I... Como que hacía lo menos dos años que no había tenido el regocijo de hacerlo. . . ! (Continúa en la página 657) "La Bujía de Eucendido que se Limpia Ella Misma" 1 Se limpia ella misma ^^H L No se rompe Se enfría ella misma I^^H 1 No se funde ••LA bujía de encendido con chispa INFINITA"' The Brewster-Goldsnnith Corporation 33 Gold Street, Nueva York, E.U.A. -> PÁGINA 642