Cine-mundial (1920)

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CINE-MUNDIAL Escenas del ultimo fotodrama interpretado por Miss Marguerile Courtot para la tmpresa fathe '. La obra se llama en inglés "Velvet Fingers" (Dedos de lerciopelo), pero hasta la fecha no se le ha dado título definí tivo en castellano. El estreno en Nueva York se llevará a cabo dentro de un par de meses, y en los países de habla española y portuguesa allá para príme roo del entrante año. Marguerite Courtot interpreta un T LOgmmF T920 < A VUELTA DEL HIJO PRODIGO" debería intitularse esta historieta. Heriberto regresa, tan cari-limpio como el favorito plato de nipones y españoles — como el tradicional y granosito arroz blanco. Lo de que me iban a despedir, fué un cuento de camino: Heriberto ha nacido de pie. Aquí me tienen ustedes, lanza en ristre, de regreso de una fascinante gruta china, según la geografía cinematográfica, edición de octubre, situada en los soberbios dominios de la casa Pathé. La divina estrella que rige los destinos de Heriberto, le permitió resucitar y emerger de la rugiente gruta celestial con una interview y unas fotografías, ambas de una estrella-mujer tan fascinante y vencedora, que no hubo más remedio que permitirle entronizarse de nuevo ante su maquinilla y dejarle comunicar a los lectores de esta favorita Revista el mensaje de una de las más bellas, talentosas y generalmente admiradas estrellas del luminoso firmamento cinematográfico. Así es cómo, después de una melosa charla telefónica y una carrera en "taxi", me hallo esta vez, triunfal resucitado, dispuesto a deciros de cómo pude salir con la corbata en su sitio y sano y salvo, de entre una jauría de rugientes chinos, y en mis ojos retratada la dulce sonrisa de esta flor del maravilloso jardín de la pantalla: la sin igual Marguerite Courtot. Nuestros lectores recordarán a la encantadora protagonista de muchas de las mejores producciones de la "Paramount"; pero el recuerdo más grato que de esta genial artista tienen es, sin duda, el de sus interpretaciones supremas como heroína de muchas producciones de "Pathé". ♦ ♦ ♦ Había concertado cita con la señorita Courtot, y en los talleres de "Pathé" me colé ayer tarde. Como un buzo en busca de una perla roja, anduve por el maremágnum de jardines y escenarios de los amplios talleres, pero no hallaba a Marguerite. Vino en mi ayuda uno de los rugientes directores (aquel día todo era rugidos en los talleres de "Pathé"). Y, como extra obediente, me dirigí al piso superior del edificio, donde me dijo el experto que hallaría lo que buscaba. Me escurrí por entre un verdadero ejército de carpinteros y escenógrafos que levantaban una escena de soberbia magnitud, y, hete aquí que me topo con una indumentaria chinesca, una pintorreada toga de sacerdote confuciano que llevaba entre sus pliegues nada menos que al incom|>arable villano, nuestro admirable Warner Oland. La presencia del eterno perseguidor de heroínas de las series "Pathé", me explicó que allí se tramaba alguna "debacle" villana. . . y entre la sutil y traicionera criminalidad chinesca, en cuyo ambiente sabe con tanta maestría esta estrella hacer gala de sus talentos. El señor Oland nos dijo que Marguerita estaba en el fondo del espacioso salón, hecho entonces una babel de martillazos, gritos y chirridos. Pero, habiendo estado antes de ahora empleado en uno de estos talleres filmadores, allá en West Fort Lee, mí experto oído pudo descubrir entre aquella mareante