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lector podrá observar. Una revista del ramo, aludiendo al color subido de la obra, dice que probablemente sólo se exhibirá en Europa. ¡Qué cosas tienen los yanquis! ¡Qué seguros están de su moralidad! * « *
EN la Opera de Nueva York, en el "Metropolitano", salió a escena el año pasado una bailarina "clásica" sin más indumentaria que una sonrisa jovial. El público se escandalizó, por supuesto, pero no vi a nadie abandonar el local.
Aquí es donde difiere el sistema anglosajón del hispano. En Méjico o Ecuador cae un grupo de rebeldes en poder de las fuerzas del gobierno, se le fusila y. . . hasta más ver. El anglo-sajón procede de distinto modo. Kitchener hace una matanza en Egipto, pero el parlamento inglés, una vez muertos bastantes fellahs, censura el hecho con frases apropiadas. El general Dwyer asesina a mansalva a centenares de pacíficos e indefensos ciudadanos en la India, pero el Gobierno Británico, después de transcurrir tiempo suficiente, ya que estas cosas deben hacerse sin precipitaciones latinas de mal gusto, abre una investigación y proclama al mundo entero que no había fundamento lógico para semejante asesinato.
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FRANCAMENTE, resulta difícil resolver cuál de los dos sistemas es el mejor. Los fusilados, si pudiera consultárseles. . .
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DE tener voto en este asunto quizá lo diese al sistema anglo-sajón. Es más complejo, menos materialista, más sentimental. ¿Re cuerda el lector la frase de Olive Thomas, momentos después de tomar la dosis de bicloruro de mercurio? — Esto es lo que me ha hecho París — dijo antes de morir.
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LAS conversaciones en los corrillos de cómicos y por los esturios cinematográficos, los comentarios en los millares de artículos publicados por esta enorme prensa, todos giran alrededor de una interrogación: ¿Qué vio la exquisita actriz en las cinco o seis horas que anduvo recorriendo los antros de Montmartre?
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INCÓGNITA insoluble para el yanqui. Enigma que le atrae y le fascina. ¿Qué fué lo que vio Olive Thomas, qué horrores pasaron ante su vista en aquellas cortas horas de la madrugada? ¿Qué clase de impresión la empujó al suicidio?
« * * T OS diarios han descrito los cafetines del -'-' barrio alegre de París, desde "L'Infern" hasta "Le Rat Mort", y los diversos platos fuertes que sirven a sus clientes, desde el combate entre el negro y la rata hasta los cocktails con gotas de cocaína. Pero la incógnita no se despeja: ¿Qué fué lo que vio Olive Thomas. . .?
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LA malograda artista no era ninguna novicia recién escapada de un convento. Hace varios años ganó el primer premio en un concurso de belleza; la vida entre bastidores y por los talleres de la escena muda tenía para ella pocos misterios. Conocía Broadway y lo conocía bien. Y en Broadway hay mucho que ver. . . ¿Qué vio en París, pues?
CINEMUNDIAL
A MI juicio. Olive vio la verdad, la verdad desnuda, y su espíritu anglicano uo pudo resistir el choíiue con el materialismo descarnado de nuestro mundo latino. Eso y unos cocktails mal hechos, que los cantineros de París nunca fueron expertos en mezclar bebidas.
"P^E aquí que, como he dicho antes, me incline al sistema anglo-sajón, que siempre tiene la virtud de la hipocresía — el respeto a la opinión ajena, la confesión tácita de (jue se hace mal.
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NA mala película en un progrania es algit parecido a un pelo en la sopa.
IV/fE han dicho que te lias heclio rica y
hasta sostienes automóvil — dice una corista a otra en una revista recientemente estrenada en Nueva York.
— No, todavía no — responde la interrogada. -Por ahora me limito a sostener un chofer.
T AS hernianas Talmadge, Constance y Norma, acaban de dejar a C'haplin completamente arrinconado en cuestión de finanzas. Hasta la fecha, el ilustre "Charlie" tenía el record en cuestión de contratos estupendos, pero ahora resulta que junto a las Talmadge es "cual a Sirio comparar con lentejuela", que dijo el poeta. Las Talmadge acaban de firmar contrato nada menos que por valor de veinte millones de dólares para producir películas por cuenta de U "Associated First National Pictnres", según no^ cuenta E, J. Hudson, de dicha corporación. Ustedes dirán. Eli contratito efie dnrará tres años. Cada una de las do&^ hemiünas interpretará cuatro películas al añoJorge Hernxidjfc'
Un par de ojos que valen por dos pares y rodeados enteramente de las facciones de
Aliene Ray, que fué una de las hermosas mujeres que salieron premiadas en un
Concurso de Fama y Fortuna celebrado recientemente en Nueva York.
DlOEMBRE, 1920 <