La Cinématographie Française (1938)

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145 CINE FR ffi. TAPISSE SE ♦ ♦♦♦ ♦♦♦ U El Trabajo Frances Cuanto cuesta la produccion de una peli'cula n su pais ? Haced esta pregunta a un Italiano, a un inglés, a un Aleman, a un Americano, a un faponés, a un Francés. Sus resquestas os asomjrarân. Pués, por el mismo numéro de estiellas, de Lcorados, de comparsas y de métros de peliula, comprobarân Vds. que uno hace con diez nillones io que el otro hace con uno solo ! Y cada cual le contestarâ que se trata verdaleramente del p:ecio minimum de una buena lelicula, y que no hay manera para hacerlo le otro modo. En verdad, el precio de la diver,ion de miles de espectadores durante ciento liez minutos, es estupendamente variable. La ocura de gastos es siempre lista para estallar, ea para la compra de un argumento, el salario le una actriz, la riqueza de un decorado o os dotes de un director de escena. Este desatino tiene solamente limite delante as observaciones del distribuidor frente a, sus ichas de amende. Si los ingresos pagan las alidas, la pelicula es buena, cuesta Io que :ueste. Al publico, se le da por su dinero. En m pais que paga mil, se harâ pelicula para mil, ■r para un millon en el pais que pague un millôn. L1 commercio équilibra la produccion. PERO EL DESPERDÏCIO NO ES ELEMENTO DE EXITO ! He aqui lo curioso : los mejores films no son os que cuestan môs caro. Hay un minimum de jastos, claro, y dicho minimum varia en cada >ais como acabamos de decirlo. Es necesario ener un material moderno, y personal preparado para servirse de él. Pero résulta esencia! adenâs, tener buenos dramaturges, dialoguistas, ortadores y... jefes de produccion. Todo eso, lo tiene Francia. Hace très ahos lue, con una independencia de espiritu total, tutoies y productores trabajan en compléta Ii>ertad. Por cierto, hay talento en todos los laises del mundo, p:ro también cuantos aprenios ! Puritanismo, principios sociales, réglas de ensura, cargan de cadenas los espiritus crealores. La idea de una produccion razonada, egistrada, arreglada, que era el « credo » jirtistico del cine drsde hace diez aiios, ha enriado y esterilizado todos los antojos. Por la parte material del cine, pelicula, estulio, tiraje, el método es necesario. Pero por 1 nacimiento del arte, el libéralisme résulta mlispensable. Como a niiios que juegan, o a in poeta que vaga, es précise dejar libre la an*asia de los artistas. Como sera posible sujetar la variedad de irogramas a los scsos de un jefe central de la iroducciôn, o de un Ministre de los placeres rtisticos ? El resultado es siempre médiocre. tende hacia un entumecimiento honorable. Proluce paquetes de diez o doce peliculas, todas eme jantes, no obstante sus temas diferentes. I Hay caso aün mas triste : es cuando el gran jefe ha decidido que se tienen que producir umcamente obras de arte, de alta moralidad social, y que los realizadores que no tendrân aptitud para dar a luz super obras maestras, dignas del Pueblo, serân mandados en un campo de trabajo. Esta deteiminaciôn tiene un resultado mesperado : nadie mas se atreve a estampar sobre celuloïde. Se puede sin vacilar, atribuir la variedad de los films franceses del aiïo, al hecho que 1 25 peliculas son réahzadas por cien equipos distintos de trabajo, y, particularmente, que sus temas son escogidos por p.oductores y escritores de juicio libre, preocupados de hacer obra nueva. El hecho que los directores de escena, operadores y artistas sean igualmente elegidos para cada, pelicula y no bajo contrato anual, mejora también aquella posiciôn de novedad, pués aqui como en todas partes, es del esfuerzo continuo que nace el rasgo de ingenio. UN MERCADO INTERIOR ESTABLE ES NECESARIO Francia posee un antiguo mercado interior. Sus 4.000 salones son fundamentalmente empresas privadas, en donde cada director es duefio de si mismo, conoce cada espectador y selecciona sus films. A menudo, el periodista se hallaria tentado de irritaise con respecto a la lentitud del empresario para mejorar su negocio, o su închnaciôn para peliculas populares, de grueso melodrama o de pesada comedia. Jules Berry et Tania Fédor dans Carrefour, un film mis en scène par Kurt Bernhardt Duvallès et Suzanne Dehelly sont les vedettes de Vacances Payées le nouveau film de Maurice Cammage. Sin embargo, si los empresarios franceses son poco atrevidos, se les debe reconocer mucha cordura. A pesar de los impuestos, mâs elevados que en ningiin otro pais, se registran muy pocas quiebras, hasta en los periodos de crisis hacendista o social. El trabajo, aqui todavia, queda individual. Cada pueblo tiene su carâcter, y el ejemplo francés no puede ser seguido por todos los demâs paises. No obstante, se debe observar que una produccion independiente, estnbada sobre un mercado de explotacion estable, es la forma del trabejo cinematogrâfico de este pais. Incontestablemente, la calidad y la variedad de su produccion actual resultan, por un lado, de su buena técnica, mantenida por un ejercicio regular (120 peliculas al ano, desde hace 5 ahos) , gracias a su mercado de explotacion; y por otra parte, del liberahsmo é individualidad que caracterizan su concepcion y su gemo artistico. Los Ministros de Bellas-Artes o las grandes asociasiones industriales que desean fundar en su pais un arte cinematogrâfico nacional, harân bien en perder la idea de copiar Hollywood, o la de crear una gran mâquina, centrahzada, para fabricar peliculas, como se équipa un ferrocarril. El caso del cine e nlos Estados Umdos es muy especial. Nadie mâs en el mundo tiene un mercado de 120 millones de espectadores, los cuales van al cine del, mismo modo que se corne y se duerme. El cine francés no tiene mâs que cinco a seis millones de chentes regulares. Por ellos hace peliculas a precio muy reducido. Vive ";n sacudidas, sostiene sus gentes, y produce buenos films. Hemos aclarado porque. Es précise, si se quiere una industria estable, tener una explotacion independiente, atraer los artistas, autores, dejarlos trabajar a su modo, y auxiliarlos libcralmente. La pelicula de prestigio, de gran propaganda nacional, no es mâs que una excepciôn. Un pais que quisiera tener solamente unos films de preshgio, gastaria sumas énormes con muy poco producto. jNo sera preferible trazar carreteias o construir puertos de mar ? P.-A. HARLE.