Mensajero Paramount (1931-1932)

Record Details:

Something wrong or inaccurate about this page? Let us Know!

Thanks for helping us continually improve the quality of the Lantern search engine for all of our users! We have millions of scanned pages, so user reports are incredibly helpful for us to identify places where we can improve and update the metadata.

Please describe the issue below, and click "Submit" to send your comments to our team! If you'd prefer, you can also send us an email to mhdl@commarts.wisc.edu with your comments.




We use Optical Character Recognition (OCR) during our scanning and processing workflow to make the content of each page searchable. You can view the automatically generated text below as well as copy and paste individual pieces of text to quote in your own work.

Text recognition is never 100% accurate. Many parts of the scanned page may not be reflected in the OCR text output, including: images, page layout, certain fonts or handwriting.

v (Qiftufes^ Men&ajero tyaranuumt — i Eso es lo que no podria comprender un hombre como tii! j Saca el revolver, Kells! — Shrimp — manda el capitan a uno de los bandoleros, al que senala a Jim, — llevate a ese gato montes de aqui hasta que se le calmen los nervios. Pero Jim Cleve, antes de que nadie pueda impedirlo, salta a caballo y emprende la fuga, que no logran frustrar los repetidos disparos que le hacen el capitan y los bandoleros. # * * Seguro de que el fugitivo se dirigiria a Alder Creek en busca de auxilio, el jefe de la Legion Fronteriza resuelve atacar immediatamente el pueblo, que espera hallar indefenso, pues es presumible que tanto la guarnicidn como casi todos los hombres capaces de llevar armas hayan salido, guiados por Jim Cleve, a rescatar a la hi j a de Randall. Forma, asi, a toda la gente, y sin dejar en el campamento mas que a Shrimp a quien encarga de la custodia de miss Randall, se pone a la cabeza de la columna que emprende la marcha hacia el pueblo. Cuando la doble hilera de jinetes entra en Alder Creek, la poblacion presenta el aspecto de un lugar deshabitado. Por las calles, banadas en el escaso resplandor de la luna, no transita ni un alma. Puertas y ventanas estan cerradas a piedra y lodo . . . No parece tan extraordinaria calma del mejor augurio al capitan de la Legion Fronteriza, y asi empieza a manifestarlo a su lugarteniente Bunko cuando el ruido de repetidas explosiones unido al de descargas de fusileria rompe de subito el ominoso silencio de que ambos, y con ellos los demas de la partida, habian empezado a recelarse. Y con sobrado fundamento, porque he aqui lo ocurrido : Cuando se presento Jim Cleve en el pueblo con la noticia de que miss Randall se hallaba prisionera en el campamento de la Legion Fronteriza, el pa dre de la joven y varios vecinos acudieron a la autoridad del lugar pidiendo que se despachase sin demora una columna formada por la guar nicion y cuantos paisanos quisieran unirse a la tropa. Mas el jefe del lugar, recelando que en todo ello no hubiera una celada a la que Jim Cleve sirviera de instrumento, prohibio que las fuerzas salieran del pueblo, al cual puso acto seguido en estado de rechazar victoriosamente cualquier ataque, minando la calle mayor y apostando tiradores en los sitios que le parecieron mas estrategicos. En cuanto a Jim Cleve, en quien reconocieron algunos al forastero de marras, presunto asesino del anciano Tracy, se dispuso quedara a buen recaudo mientras llegaba la hora de juzgarlo, mejor dicho, de aparentar que se le juzgaba. Diezmados por las explosiones de las minas, acribillados por las balas que de todas direcciones llovian sobre ellos, los de la Legion Fronteriza tuvieron que emprender la retirada hacia las montanas en el mas completo desorden. * * ;Jc Alcanzado por una bala, Bunko ha caido del caballo mortalmente herido. Kells, que huia a su lado, para y acude a prestarle auxilio. Junto a ellos pasa, a los pocos segundos, Jim Cleve, que logro escapar durante la refriega y corre ahora a revienta cinchas hacia el campamento donde esta Juana Randall. Un jinete de siniestra catadura galopa tambien en la misma direccion que lleva Cleve. Es Hack, que escapo con vida de la de Alder Creek y va ahora, apremiado por el doble acicate de la pasion y el odio, hacia la choza de la prisionera. No la encuentra alii, y lo que ve cuando registra los alrededores en su busca lo llena de furor; Juana Randall y Jim Cleve se alejan a buen paso en direccion a Alder Creek . . . En momentos en que Hack, de la presencia del cual no se ban dado cuenta, va a disparar a traicion contra Jim Cleve, aparece Kells. El duelo a muerte que se entabla entonces entre el capitan v el bandolero termina cuando este cae sin vida, mas no sin haberla vendido cara, porque su adversario esta tambien mortalmente herido. Sobreponiendose a la angustia que lo sobrecoge, a sabiendas de que le quedan solo minutos de vida, Kells disimula y dice a Juana y Cleve que llegan a su lado : — Marchaos pronto de aqui, que no siempre podre yo estar al quite. — No se como darte las gracias, Jack... — mumura Cleve — v siento lo (Cont. eu la />ag. 34) PAC1!\A M