Mensajero Paramount (1931-1932)

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Mgnsajem paramount “REINA ARRIBA” Narracion de G. GABIR ano, la propiedad y gerencia de la compania, en tanto el perdidoso tendra que servir a su enemigo de ayuda de camara, durante los doce aciagos meses. Como condiciones accesorias, anade el taimado Vanderholt la de que cualquier falta de respeto por parte del ayuda de camara conferira a su amo el derecho de cobrarle una multa de cien dolares, y la de que aquel que divulgare el secreto del convenio tendra que pagar al otro una indemnizacion de diez mil. Y llega el momento solemne de jugar la partida, que se verifica en el seno sacrosanto de la oficina. Tremulos de emocion, empavorecidos ante la invisible presencia del azar omnipotente, Tim y Jorge tantean indecisamente sus posiciones respectivas, sin decidirse ninguno de ellos a cantar victoria. Esta, finalmente, parece sonreirle a Tim, concediendole un surtido envidiable de naipes triunf adores. Empero, y cuando la desesperacion de Jorge comienza a tocar los linderos de la locura, el azar todocaprichoso viene a depararle la carta triunfadora. j Reina Arriba! Y Jorge, saboreando de antemano los frutos sabrosisimos de la venganza, ordena solemnemente a su nuevo mayordomo que se deje las patillas. Gesto de emperador, que demuestra en un rasgo sutil de autoridad el poder ilimitado de su jerarquia. Pasan algunas semanas. Siglos, mas bien, para Tim, solidamente instalado ya, con toda la ceremonia propia del caso, en su puesto de ayuda de camara. Temeroso de las mermas que su indisciplina pueda ocasionar en su bolsillo, Tim ostenta unas patillas sublimes, de que mas de un portero de tidiar a Tim. Que asi llaman, familiarmente, al benemerito T. Boggs Johns. Al comparecer en la oficina por primera vez, Polly conoce al sobrino originador del confiicto original, Dick Johns; y, a fuer de hi j a dilecta de rEva, inicia al punto un Q>lan completo de ataque y conquista del apuesto galan. Estratagema a la que, por otra parte, Dick no opone grandes reparos. Al llegar ambos socios a la oficina, se inicia en esta la tragedia que es de esperar, dada la escasamente pacifica disposicion de ambos consocios. Ambos llaman a la vez a Polly, y en la oficina en que esta se ha instalado comienzan a resonar los acordes de una descomunal algarabia de timbres y campanillas. Enfurecido hasta el paroxismo, al ver que Polly no acude a su llamada, Tim resuelve despedirla al punto, a lo que Nettleton, como es de suponer, se opone con toda la energia propia de su elevado cargo. El resultado es que, tras de agotar en su totalidad el vocabulario mas selecto de adjetivos humillantes, deciden ambos socios disolver inmediatamente la compama, en mala hora formada. Y he aqui que, en el momento propicio, llega a la oficina el mismisimo Cirus Vanderholt, archimaquiavelo de los leguleyos enredadores y trapisondistas. Luego de informarse del estado de la situacion, propone a los consocios una solucion salvadora : Ambos jugaran una partida de poker, y el ganancioso retendra, durante un DIOS LOS CRIA y ellos se juntan, reza el ref ran. Lo que no dice el refran es que, los asi unidos, acaban algunas veces por tirarse los trastos a la cabeza. Tal es el fallo inexorable de la vida : paradojas y desconcierto. Que desconcierto, y no otra cosa, es lo que suele reinar en la mayoria de tales uniones cuando son resultado de simpatia momentanea e irreflexiva. Ejemplo patente, la sociedad comercial de T. Boggs Johns y Jorge Nettleton. Nettleton, por ejemplo, esta que echa chispas, desde que Johns ha dado un emtpleo, en la compania de que ambos son copropietarios, a su sobrino Dick. Dispuesto a vengar agravio tal lo mas cumplidamente posible, concibe de repente una idea genial : la de emplear a su sobrina en la compania, en calidad de estenografa y secretaria. Cierto es que Polly, la sobrina, posee un doctoral desconocimiento de las labores oficinescas, y hasta de las nociones mas elem e n t a 1 e s de seriedad financiera y burocratica, pero lo importante es fas P AGIN A 21