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PARAMOUNT presenta
“MONTECARLO”
Produccion de Ernst Lubitsch con
| Jack Buchanan y Jeanette MacDonald I Sistema Sonoro Western Electric Direccion de Ernst Lubitsch | Adaptacion cinegrafica de Ernest Vajda I de "The Blue Coast” por Hans Mueller 1 y un episodio de ‘“Monsieur Beaucaire” por Booth Tarkincton y Evelyn Greenleaf I Sutherland
Dialogo adicional por Vincent Lawrence ! Miisica y letra de Leo Robin, Richard A. 1 Whiting y W. Franke Harlinc REPARTO
Conde Rodolfo Farriere Jack Buchanan I
Condesa Elena Mara Jeanette MacDonald I
Duque Olio von Liebenlieim Claude Allister I
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i nncipe Gustavo von Liebenhe m Lionel Belmore 1
i Lady Marey.C.erem°niaS ^Albert Con, t \
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vestida, pues en la rapidez y precipitacion de la huida la encantadora Elena no habfa t e n i d o tiempo ni tan siquiera de vestirse.
— I Adonde va usted ? — pregunto el revisor.
— No se. i Adonde va el tren? — inquirio Elena.
— A Montecarlo — replied, laconico, el revisor.
— Dos billetes para Montecarlo — dijo Elena.
Amanecia, y Ele j na, con Berta, su hel ciiada, por unica companera, veia pasar veloces por la ventanilla del vagon los campos sonrientes en una primavera eter I na y hasta sus oidos llegaban los ecos de J las canciones con que los campesinos, con el cuerpo encorvado sobre el arado, alegraban sus faenas:
Tras el Horizonte azul espera el nnevo dia.
Tras el Horizonte azul ya resplandece el sol. j ^ cual alegre pajarillo ! que de un solo golpe qui I
siera emborracharse de libertad, Elena dirigio una ultima mirada a la campina feraz y encerrandose en sus intimos pensamientos, respondio a la cancion de los campesinos con este canto de juventud y optimismo :
V uela raudo el tren hacia el futuro dejando tras de si el triste pasado... cuyo eco se perdia con fundido con el ruido del tren en vertiginosa marcha hacia Montecarlo, tierra dorada de ilusion y desengano.
* * *
La condesa Elena Mara ocupa tres elegantes habitaciones en el aristocratico Hotel Palace. Berta, su doncella de confianza, esta atareadisima haciendo numeros y cabalas, pues no acierta a comprender como su ama podra hacer frente a los enormes gastos que supone su estancia en Montecarlo con el rumbo a que ella estaba acostumbrada.
La escasez de medios pecuniarios para afrontar la situacion no dejaba de preocupar asimismo a la condesita Elena, como nos lo deja entrever el siguiente dialogo
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*AGLVA 6