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c Mgnsajero tyaranwunt
FASCINANTE Y ATRACTIVO COMO SU NOMBRE
lo que nunca que trata la
habia estado.
opera ? — pre
este film esta destinado a batir todos los records de taquilla establecidos por “EL DESFILE DEL AMOR.” Una (lama aristocratica se enamora locamente de sn supuesto peluquero. ;La ruleta! j El Gran Casino! j Musical ;Originales canciones! Y, sobre todo, la presencia en la pelicula de la incomparable Jeanette MacDonald... Otra obra maestra del Kran Lnbitscb.
:alizacion de
ERNST
LUBITSCH
:on
Jack Buchanan Jeanette MacDonald
Un film hablado Paramount con litulos en espanol
iracion se desarreglo el cabello y haciendo >rripilantes muecas, presento un aspecto mpletamente distinto del que tenia hacia tos minutos.
— ; Asi es como ire a la Opera para que ,do el mundo me vea... Y les dire que
listed me ba puesto asi para que las rubias, las morenas y las pelirrojas le aborrezcan ! * * *
Termino el primero y segundo acto de Monsieur Beaucaire y en el palco que debia ocupar la condesa Elena Mara hacia mas de una hora que se hallaba esperandola con impaciencia el duque Otto.
— I Se habra escapado otra vez ? — se decia en su fuera interno Otto.
Mas be ahi que al comenzar el tercer acto aparecio en el palco la gentilisima figura de la condesa Mara mas hermosa y encanta
dora de — I De
gunto con acento displicente Elena.
— Trata de un peluquero que se hacia pasar por el noble Beaucaire — replied temeroso el duque Otto.
— j No me hables de peluqueros !
— ; Que culpa tengo yo ? Yo no he escrito la opera. ± Quieres ir a otra parte ?
Mientras tanto, en el escenario, Beaucaire era objeto de la burla y el escarnio de todos.
;Damas y caballeros, pajes y escuderos, el barbero Beaucaire, no es tal Beaucaire ni es barbero!
En el entreacto, aprovechando un descuido del duque Otto, Rodolfo se presento en el palco de Elena impecablemente vestido de frac, tal como lo viera por primera vez la condesa ante la ruleta del Casino la noche siguiente a la de su llegada a Montecarlo.
— Digame bajo palabra de honor, l es usted peluquero ? — pregunto la condesa curiosa e intrigada.
— No. Soy el conde Rodolfo Farriere.
— Me siento tan tonta como la mujer de la opera — repuso, confundida, Elena, y en seguida anadio:
—Rodolfo, ipodras nunca perdonarme ?
— No hay nada que perdonar.
El publico, entusiasmado, ovacionaba a los interpretes de la opera obligandoles a salir veinte veces a agradecer los aplausos con que era premiada su labor artistica.
—No me gusta este final... Me gustan los finales felices — exclamo Elena mientras Rodolfo la ayudaba galantemente a envolver su delicioso cuerpo con el abrigo de inmaculado armino.
5(5 * *
En las primeras horas de la manana siguiente de la estacion de Montecarlo partia un tren. Por entre las brumas del Mediterraneo azul la roja aurora anunciaba el nacimiento de un nuevo dia. En uno de los compartimientos del tren de lujo dos seres, unidos por el amor, repetian la cancion :
Tras el horizonte azul espera el nuevo dia.
Tras el horizonte azul ya resplandece el sol.
■ina 8