Mensajero Paramount (1931-1932)

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Mgnsajera paramount Ui Los Angeles. Con lo cual el pasajero de gorra emprende inopinado y azaroso viaje por los aires. . . La desusada encomienda postal llega a su destino, queda, junto con otras valijas, a la entrada del edificio de correos. Y quiere la casualidad, que por lo visto no se fatiga de ensanarse en Harold Horne, que un andamio, al ser izado, se lo lleve, embutido en el saco conforme se halla, en segunda y no muy segura ascension. Lucha el cautivo por salir de su encierro, y al fin lo logra, pei'o, ipara que si no es para verse suspendido a muchos metros de la calle ? En tan incomoda cuanto peligrosa postura, con constante riesgo de romperse la crisma, sube y baja en el andamio segun las alternativas de la discusion sostenida en la azotea por dos pintores que lo manejan, ajenos casi a lo que estan haciendo y ajenisimos de la presencia de Harold Horne. . . Queda despues suspendido de un garfio. . . Voltea, semejante a marioneta fantastica, agarrado a la extremidad de una manguera de incendio a la cual hace latiguear la fuerza del agua ... Al cabo, llega a pisar terreno firme, consulta el reloj, sale disparado a entregar la propuesta que valdra mister Tanner la adjudicacion del contrato... * * * Ultima escena. Harold Horne, convertido en gerente general de ventas del calzado Tanner. Miss Betty, proxima a convertirse en Mrs. Horne. . . AY, QUE ME CAIGO (Continua de la pagina 24) problema con su astucia habitual, de modo que el dialogo, lejos de entorpecer la continuidad de la ac La adieion de la palabra al cine no lia sido obstaculo para que Harold Lloyd siga fiel a su lenia que es aeeion, aeeion y mas aeeion en todo film Cuando a un director se le ocurre inyectar aeeion a granel en una pelicula de Harold Lloyd, sus deseos quedan siempre mas que colmados. Hace tiempo que el sagacisimo actor de las gafas se dio cuenta de que el exito de una pelicula comica depende exclusivamente de la aeeion, y de la maxima velocidad de la aeeion. Por consecuencia, todas las peliculas de Harold Lloyd han constituido siempre exitos formidables, y el astuto rey de los comicos jamas ha permitido que su publico cese un solo momento de lanzar sonoras carcajadas. Cuando hizo su primera pelicula hablada, / Viva el peligro!, se le planted el problema de si el dialogo retardaria la aeeion. Ni que decir tiene que Harold Lloyd resolvio el DON BENITO DEL VILLAR HABLA DE LA SUPERACION PARAMOUNT EN 1931 Y LA IMPORTANCE DEL CINE COMO FACTOR SOCIAL DON BENITO DEL VILLAR, prestante figura del mundo cinema tografivo ehileno y gerente de la Paramount en la eulta y simpatiea repiihlica sudanterieana, ha .seguido a Guropa en viaje de estndio y de reereo despnes de breve estada en Nueva York. Durante nii pernianeneia en es t a ciudad, el seiior del Villar dedied Imena parte del tiempo que las n u in e r o s a s atenciones de que fud olijeto le dejaron lihre a liaeer un detenido estndio de las produeeiones que for■naran el program a Paramount durante la temporada 1930-19:11. Al eoncretar sus i in p r e s i o n e s aeerea de las pelieulas tanto en inglds como en eastellano, aquellas eon rotnlos explieativos en nuestro idionia fotografiados sobre las escenas, el senor del Villar hizolo en poeas pero eloeuentisimas palaliras: ; Este es el auo de la superaeidn Paramount! Una de las cosas que a fuero de latinoamericano, y muy espeeialmente de cliileno, entusiasmo mas a nuestro visitante fue el papel soliresaliente que ha ealiido en Ins programneiones en Castellano a Roberto Rey, el popularisimo actor de “Un Honibre de Suerte” y “Saiga de la eoeina,” a quien espera aliora uno de los mayores triunfos de su meteoriea carrera al presentarse, en union de Pereda y Rosita Roreno, en la pelicula musical “Gente Alegre,” la primera produeeion original en nuestro idioma que edita la Paramount. En otro orilen de ideas, mostrose el senor del Villar gratamente eomplacido al comprobar la importancia que como factor social se da al cinematografo en los Estados Unidos. Halilando de esto, nos hacia notar a raiz de halier asistido al lianquete ofrecido por Mr. Adolph Zukor a Mr. George Akerson, ex secretario del Presidente Hoover, para celebrar su ingreso en la Paramount, cuan significative es que un honibre de la figuracion de Mr. Akerson eambie su lirillante posicion politica por la que ocupara en la cinematografia de ahora en adelante como miembro de la Paramount.. Hecho que, por lo demfis, tiene ya seiialado precedente en el de Mr. Will H. Hays, que fuA miembro tlel Galiinete del Presidente Harding antes de ocupar el alto cargo que boy desenipeiia en la industria einematografiea estadounidense. cion, vema a ser una consecuencia de ella. En realidad, la aeeion asumia un papel capital en ;Viva el peligro!, y el dialogo era mas o menos secundario. En la ultima pelicula de Harold Lloyd, i Ay, que me caigo!, el dialogo y la aeeion estan perfectamente combinados, y la mayoria de las escenas tienen un acompanamiento de dialogo breve, rapido, pleno de humorismo y de intensidad. Sin embargo, el valor principal de la cinta reside en la aeeion. El publico volvera a reir con Harold Lloyd en [Ay, que me caigo!, y reira constantemente. En una de las escenas, por ejemplo, Harold, empleado de una zapateria, trata de extremar sus gentilezas a fin de satisfacer a una cliente de importancia, a juzgar por su porte. En el momento en que trata de probar un par de zapatos a la senorona, entra en la tienda la dama de los ensuenos de Harold, y este, en el colmo de la confusion, calza a la dama con unos zapatos suficientes para satisfacer a un elefante. Al notar su error, trata de rectificarlo, consiguiendo destrozarle las medias a su irritada cliente. Finalmente, su confusion llega al limite al saber que la dama en cuestion es nada menos que la esposa de su jefe. La pelicula [Ay, que me caigo! ha sitlo el mas arriesgado de euantos viajes empremlio Harold Lloyd durante su azarosa earrera einematografiea Aparte de ser una de las me j ores, si no la mejor de Harold Lloyd* la pelicula [Ay, que me caigo! merece que se la llame la mas arriesgada de cuantas ha hecho en su azarosa vida einematografiea el hombre de las gafas. Para dar una idea de los riesgos que arrostro Harold al embarcarse en el Malolo con rumbo a Hawai, baste decir que los dos rollos de la pelicula tornados a bordo arriesgo la bicoca de cien mil dolares. Lloyd se confio plenamente al azar en aquella aventura. Como quiera que en el barco no habia medios de revelar y proyectar las escenas tomadas, no supo, hasta liegar a Honolulu, el resultado de su labor. Si los aparatos, por una casualidad perfectamente posible, no hubieran funcionado debidamente, el viaje hubiera significado la perdida de los cien mil dolares invertidos. P PAGINA 26