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Mgnsajera tfaranuuint
de que sea realidad todo esto. Se pregunta si todo esto no es un sueno . . .
Entre tanto, los amigos de Douglas Thayer, t allures, Caballeros de la novisima corte de los milagros, le echan en cara su matrimonio como si fuera una traicion.
Douglas se defiende. Los tran
Media noche. Bunny. Douglas que llega, satisfecho, seguro de si mismo ... y de la candidez de su esposa.
— La reunion ha estado terrible . . . Aun estan todos alii . . . I Te has quedado en casa ? ■ — pregunta solicito.
— Fui al teatro Marathon.
Instante de temor en Douglas. Pero recobra pronto el aplomo y torna a preguntar en el tono mas natural del mundo :
— I No me viste?
—Si, te vi.
— Siento que me vieras porque echaste a perder una sorpresa que te tenia preparada. . . No habia tal reunion. . . Fui al teatro para esperar las once, pues a esa bora tenia que ver a un individuo. . . Se trataba de un pequeno regalo para ti. . . Aqui esta. .
Y ofrece a Bunny un diamante.
quiliza. Todos los medios son buenos para llegar al hn que se apetece. Bunny ponia como condicion el casamiento ... ; Se caso !
Y el dia que el matrimonio le pese, lo hara a un lado, con la misma facilidad con que todos ellos hacen a un lado todo escrupulo, toda ley que les parece estorbosa.
Por lo pronto, para demostrarles que sigue siendo el mismo Douglas Thayer de siempre, los acompanara esa noche a dar el golpe de rnano que intentan : el robo de las joyas de la actriz miss Royce.
* * *
De repente suena el timbre de la puerta. Sobresalto. Es el llamado a la realidad.
■ — Soy mister Wilkie — dice el caballero a quien acaban de franquear la entrada. — El encargado de la casa. <; Volveran a abrirla?
Asentimiento tacito de Bunny. Y mister Wilkie que dice obsequiosamente, muy complacido :
■ — Les mandare a Charlie. Era el hombre de confianza de Olsen. -t Flan pensado en otro ?
Bunny y Dodo, que no estan para pensar nada, callan y sonrien, con tacito asentimiento.
— Charlie es el hombre que les conviene — concluye mister Wilkie pronto a despedirse. — Muchos se alegraran de que vuelvan a abrir. . .
5jC
Todo podian esperarlo Bunny y Dodo menos esto: el lujoso departamento de Park Avenue es sencillamente. . . una casa de juego clandestina.
Casa de juego y bar.
Mientras gira la ruleta, mozos irreprochablemente vestidos sirven toda ■clase de bebidas. Champana con alma de mujer rubia. Jerez que parece evocar ojos arabes de Andalucia. Whiskey de aspereza sajona. Y las combinaciones sabias : los cocteles que brindan en cada copa la alquimia del bartender, mago de los alcoholes.
Bunny siente la fascinacion del tapete verde. Del mundo elegante que la rodea. Y mas que nada, de los ojos de Douglas Thayer que acaban de en■contrarse con los suyos.
Juega con el cielo por limite.
Ama con el eden matrimonial por termino de la maravillosa aventura.
Luna de mi el.
A ratos, Bunny, que nunca creyo ■que en una sola vida pudiera caber
tanto o rrii^'y
P AGIN A 30