Mensajero Paramount (1931-1932)

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Mgnsajero tfarammmt <^MuresI? “AMOR A LA DERIVA 55 Narracion de ENRIQUE DE BETANZOS sin sospechar la jugarreta de que acaba de ser victima, sale Jed Graves camino de las oficinas de la compania naviera. Despejado asi el campo, Rafferty entabla conversacion con Elena, a la cual se presenta como amigo del ausente, declarandole que, por recomendacion de el, ha venido a hacerle compania. La charla que sigue no deja de interesar a la artista, quien, al cabo, acepta la invitacion que le hace el marino para que salgan juntitos a dar un paseo en coche. Durante este, la complicidad de la esplendida noche habanera los lleva suave e insensiblemente a la confidencia, de la cual pasan, en crescendo sentimental, al tuteo que sella un tacito pacto de amor. . . BILL RAFFERTY, el primer oficial del Carribce Belle, y Jed Graves, que desempena igual cargo en el Island Prince, a mas de prestar sus services en la misma compania naviera y de ser grandes amigos, hallanse ligados por una aficion singularisima : la de no poder estar juntos media hora sin sentirse dispuestos a practical' sus no escasos conocimientos en lo que los entusiastas del boxeo llaman el arte varonil de la defensa propia. De estas demostraciones pugilisticas de acendrado afecto, sale unas veces Rafferty provisionalmente tuerto ; queda otras Graves con la nariz hecha una berenjena. Y comoquiera que ninguno de los dos se aviene a ser el que sufra la ultima derrota, la cuenta corriente que ambos se llevan muestra siempre un saldo que pide, a juicio del deudor, nuevo abono de punetazos. Empero, y por extraordinario que parezea, ambos marinos son, segun se ha apuntado, excelentes camaradas ; en lo primero que piensan en todas y en cada una de las ocasiones en que los azares de la navegacion los reunen en el mismo puerto es en buscarse, para salir juntos a empinar el codo y a darse en seguida de golpes, en la forma mas afectuosa que pueda imaginarse, eso si. La casualidad los ha reunido ahora en la Habana, donde se encontraran esta misma noche, segun cita que hicieron al cruzarse sus barcos en el puerto, en el Masoni, cabaret de rumbo, cuyo principal encanto, aparte del Bacardi famoso y los cocteles de preparacion exquisita, es una artista de voz encantadora caracter amabilisimo y fisico que guarda proporcion con esas prendas. Cuando Rafferty, seguido de Fin Thomson, el camarero del Carribee Belle que lo acompana, en guisa escuderil, en las salidas de esta indole, llega al cabaret, ve sentados ante una de las mesas a su amigote Jed Graves y a Elena, la canora beldad que los ha atraido a ambos a este lugar. Deteniendose en la entrada, Rafferty entera a su acompanante en cuatro palabras del plan que acaba de concebir, en el cual tocara al escudero desempenar papel importante. Con diligencia y malicia que pese a lo desmedrado de su persona, le eleva a la categoria de digno emulo de aquel rotundo y marrullero espejo de la profesion que se llamo Sancho Panza, vase Fin a cumplir lo que le encargan. Y tan bien lo hace, que a los pocos minutes. i' i l i PAG IN A 11