Mensajero Paramount (1931-1932)

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Mgrtsajera paramount de quien espera a alguien . . . D’Allouville descubre a Buffetaut y le saluda. Este los invita a sentarse, pidiendo Oporto para los tres. Enseguida llega Totoche acornpanada de su director y se unen con ellos en la misma mesa. El secretario del Juzgado les presenta, ignorando que ya se conocen, bastante : — Totoche, artista Hrica. . . y su empresario. . . Andre trata de marcharse pero su companero le detiene porque cree haber resuelto el problema de la comida. El, sin hacerle caso, va al encuentro de Soyer que acaba de llegar, diciendo antes a D’Allouville : — Escucha. . . Estoy en Armenonville. Si alguien me invita alii, te telefoneare enseguida. . . Soyer le cuenta una historia de amor y despues le asegura que comeran juntos. Va a encargar el menu y se le acerca un botones, diciendo : — Hay un senor en un coche, que quiere hablarle. Antes de salir, suplica a Andre que vaya pidiendo lo que le parezca, cosa que este acepta con mucho gusto, pero antes pide al botones que llame al telefono y diga al senor D’Allouville : “Que le espera enseguida . . . y que ya es nuestro.” El muchacho se aleja sin comprender. En el vestibulo del restaurante, Soyer se encuentra con que quien le espera es su amiga la cual le obliga a regresar a casa inmediatamente, dandole empujones. Obedece, pero antes encarga al maitre que le cuente a Andre lo sucedido. . . Gaby, una muchacha muy elegante, atraviesa la sala. Reconoce a Andre, le sonrie y se dirige hacia el. Se saludan afectuosamente. Ella, al verle comer, se convida. Charles esta desesperado, por lo mucho que va a subir la cuenta que no ha de poder pagar. Pronto dice a su amiga que anda m a 1 d e d i n ero. Ella le hace saber que a su lado, siempre tiene credito. Le pregunta que donde va a dormir esta noche, y al oir que en un hotel cualquiera, le ofrece su casa. Despues se levanta para salir con el, que la invita a sentarse de nuevo, porque no tiene con que pagar la cuenta y espera a D’Allouville. Este llega enseguida y se sienta. Trae dinero. Entonces ellos dos se van tranquilos y le dejan solo para que liquide. D’Allouville mira el total de la factura que ha dejado sobre la mesa el camarero. Suma cuatrocientos dieciocho francos. Como solo tiene quinientos, no consiente que retiren el servicio y pide un par de huevos al plato. Andre no quiere ir a casa de Gaby y la despide en la puerta del restaurante, pues ha decidido volver a su domicilio y acostarse en el catre unico mueble que le han dejado del embargo. Entra y ve con asombro que le han cortado la luz. Enciende una vela. Se acuesta vestido y lee L’Intransigeant. En la ultima plana encuentra un anuncio que dice: “Se necesita un hombre de frac. Dirigirse al Teatro Folics Montmartre.” Cierra el periodico. Contempla algunos retratos que hay en el suelo. Entre ellos uno de Susana, su mujer. Ante el, su mirada tiene mucha melancolia. Con sentimiento, le dedica una cancion muy triste. Despues lo pone bajo la almo hada. Apaga la luz. Lejos se oye musica de baile. ^ ^ Andre va al Teatro Folics Montmartre para solicitar el empleo que ha visto anunciado. La tacjuillera, creyendo que desea una localidad le dice que ya no le queda mas que un proscenio. En este momento llega el secretario, mirandole con mucha curiosidad, y al enterarse de lo que desea, le da la plaza vacante, diciendole que se ocupe del control . . . Entran Buffetaut y Totoche. Andre, al verlos, disimula. Ella viene indignada porque le han hecho poca propaganda, siendo como es una artista de fama. El, tratando de esconderse, va hacia el bar, donde el camarero le felicita por su suerte convidandole a aguardiente matarratas. Va a beber y se encuentra con su buen amigo D’Allouville que llega, preguntandole que hace alii, a lo que contesta : — Trabajar. Soy el encargado del control. — iTe has vuelto loco? i Por que no fuiste a casa de Gaby? — Porque comprendi que si me quedaba con ella un cuarto de hora mas viviria en su casa, para siempre. — Imbecil. Ven conmigo. — Nunca. — I Pero, tu te das cuenta de lo que has hecho ? El conde de Dussange, empleado en un teatrucho de mala muerte . . . P AGIN A 27