Mensajero Paramount (1931-1932)

Nuevo Mensajero Paramount “ENTC I A escuadra de cierto pais europeo se ha_j 11a de maniobras en las inmediaciones de una estacion submarina situada en la costa norteafricana. Es el comandante Sturm, al mando de un sumergible, hombre afable y simpatico con todo el mundo, pero celoso hasta la locura. Solo su joven y bella esposa Diana sufre en silencio esa debilidad del comandante, la cual oculta como el mas mtimo secreto. Los oficiales, companeros de servicio del comandante Sturm, y las esposas de estos tienen indicios de la infelicidad que en el hogar de los esposos Sturm reina y acusan a Diana, muy injustamente por cierto, de ser la causa de ella. Varios son los subalternos que el comandante ha mandado relevar y trasladar a otros buques for f utiles e infundadas sospechas, que culminan generalmente en escenas violentisi Gary Cooper y Tallulah Bankhead en una sentimental escena lejos del tumulto de la ciudad. mas entre el comandante Sturm y su esposa. En cierta ocasion, a raiz del traslado del teniente Jaeckel por una acusacion de incompetencia lanzada en su informe contra su subalterno, Diana, fuera de si por la injusticia cometida, huye enloquecida del hogar conyugal para perderse entre las multitudes moras que con gran algazara y ensordecedor griterio celebran una de sus ruidosas fiestas. Perdida entre el liumo de la polvora y aquella masa humana en continuo movimiento, Diana se siente desfallecer, las piernas se niegan a sostenerla, y de seguro hubiera dado con su persona en el suelo si dos brazos vigorosos no la sostienen y la arrancan a viva fuerza de los grupos de fanaticos moros enloquecidos por las danzas freneticas a que les condenan sus extranos ritos religiosos. E LA E S E A D A PARAMOUNT presenta a TALLULAH BANKHEAD v GARY COOPER en “ENTRE LA ESPADA Y LA PARED” (“Devil and the Deep”) con CARY GRANT Presentation del eminente actor ingles Charles Laughton Direction dc Marion Gering Version cinematografica de Benn W. Levy Basada en una novela de Harry Hervey Charles Lang, fotografo Ya en el bazar de un moro, en el cuai Diana y su Salvador encuentran pacifico asilo, la joven recobra el animo que mornentos antes le faltara, pero se niega rotundamente a revelar su identidad al que tan valientemente la saco de semejante apuro. A instancias del tendero, el heroe de nuestro cuento compra un pequena redoma de perfume a la desconocida dama, quien, deseosa de conservar su incognito, acepta el ofrecimiento que aquel le hace de dar un corto paseo por las afueras del pueblo, por los limites del desierto, a lo cual convida una noche apacible y serena. Pasan las horas, transcurridas en beatifica calma, y por fin llega la de la separation y despedida con la promesa de que ambos guardaran fielmente el secreto de aquella dulce y extraordinaria aventura para no malograr su encanto. Proposito vano, pues a la manana siguiente, Diana se encuentra en su propia casa, y en presencia de su esposo, con su heroe de la vispera, quien resulta ser nada menos que Gary Cooper interrumpe una escena intensamente dramatica entre el Comandante y su esposa. el teniente Sempter, que venia a presentarse al comandante Sturm para substituir al teniente Jaecker. Sturm recibe jovialmente al nuevo subalterno, pero esa jovialidad se torna pronto en sospecha y odio al recibir el comandante de manos de Sempter sus papeles, que trascienden al misterioso perfume que exhalaba su esposa al regresar a su casa despues de una ausencia imposible de explicar. ifc El submarino, amarrado en el muelle, espera con nervioso balanceo la hora de reunirse con los demas buques de la escuadra para las maniobras. Sempter espera a bordo la llegada de su comandante. En el compartimento de baterias suenan unos pasos. Sempter se levanta de su asiento para recibir a su superior militarmente, mas su En un arrebato de desesperacion y celos el comandante se resiste a salir del submarino. sorpresa no es para descrita al ver entrar a Diana en el compartimento. La entrevista es rapida, no tanto, sin embargo, que impida llegar a bord® al comandante Sturm y de orden de hacerse a la mar inmediatamente, pues el centinela de guardia le ha advertido que su esposa esta a bordo. La prueba de su infidelidad no puede ser, a los ojos del celoso Sturm, mas patente. Los medios de venganza que la situation le ofrece no pueden ser mas terribles. Hundir el submarino para que este sirva de tumba a los culpables de su deshonra. Momentos despues, a diez metros de profundidad, en los compartimentos inundados del submarino ocurren escenas de terror jamas sonadas por la imagination de un loco. Afortunadamente, el teniente Sempter logra imponerse a sus subordinados, a quienes el comandante habia hecho creer que era aquel el culpable de PAGty.4 70