Mensajero Paramount (1931-1932)

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Nuevo Mensajero Paramount EN LA ALCCE A” Herbert Marshall, el secretario de Kay Francis, ha descubierto que para tener al dia la correspondence no es menester escribir ni una carta. Llevando adelante el plan que ha concebido, Gaston logra que se despida a la doncella, cuyo puesto entra a ocupar Lily. Asimismo se las ingenia para que la senorita Marieta le confie el manejo de sus intereses, logrado lo cual amenaza a los miembros del consejo de administracion con ponerlos de patitas en la calle. Otras dos cosas logra Gaston, como son aumentar a ochocientos cincuenta mil francos el seguro contra robo y convencer a la senorita Marieta de que, en vez de guardar en la fabrica todo el dinero en efectivo, debe dividirlo en dos porciones iguales y tener una de ellas en la casa. Sabiendo que cualquiera imprevista casualidad puede desenmascararlo ante la senorita Marieta, Gaston determina seguir el consejo de Lily, que es que huyan esa misma noche llevandose cuanto puedan hallar a mano. Por desgracia para los ladrones, la senorita Marieta, que se ha prendado de Gaston, le dice, al salir para casa del comandante donde esta invitada a cenar, que desea hablar con el a su regreso. Durante la cena, Franqois, que hace esfuerzos por recordar donde conocio a Gaston, acaba por identificarlo : i es nada menos que el mismfsimo tunante que le robo veinte mil liras en Venecia so pretexto de examinarle las amigdalas ! Sin dar credito a lo que oye, pero justamente alarmada, la senorita Marieta regresa precipitadamente a su casa. Entre tanto Lily, cansada de aguardar a su complice en la estacion, vuelve a la casa y sustrae los cien mil francos que hay en la caja de caudales. Gaston, que esta enterado de que el senor Giron ha desfalcado ano tras ano los fondos de Colet & Cie., aprovecha tal coyuntura para hacer recaer sobre el las sospechas del robo de los cien mil francos. Despues, despidiendose tiernamente de la senorita Marieta, se aleja, aunque no sin llevarse un magnifico collar de perlas, tal vez a guisa de recuerdo. En el tren, Lily y Gaston, entre beso y beso, planean nuevas fechorias. Ernst Lubitsch, cuya ultima produccion para la Paramount es la cinta Un ladron en la alcoba (Trouble in Paradise), verdadero derroche de gracia picante, sabroso ingenio y originalidad y esplendidez escenicas, sostiene que una secretaria ha de ser de buen ver. — No que uno vaya a enamorarla — explica el insigne director de la Paramount con una sonrisa — , sino que. . . en fin, que una mujer bonita lo inspira a uno. * * * Despues de haber aftrmado con su rotundo exito en Un ladron en la alcoba (Trouble in Paradise), el alcanzado en La Venus Rubia (Blonde Venus), Herbert Marshall, talentoso actor ingles, ha regresado a Londres adonde lo llevan los compromisos que tenia con uno de los principales teatros de la capital inglesa. La seductora Kay Francis brinda llena de entusiasmo por el mejor secretario que ha tenido. Charlie Ruggles el inimitable Ruggles de Esta es la noche (This is the Night), El Teniente Seductor (The Smiling Lieutenant) y Una Hora Contigo (One Hour With You), hace de nuevo gala de su vis comica en la produccion de Ernst Lubitsch Un ladron en la alcoba (Trouble in Paradise). En el reparto de esta divertidisima comedia de la Paramount, en la cual se nos lleva de Venecia a Paris en escenas donde abundan toques de finisima intencion, fguran tambien Miriam Hopkins, Kay Francis, Herbert Marshall, Edward Everett Horton y C. Aubrey Smith. La pelicula, como todas las de Lubitsch, es de las que hacen epoca. — Buenas noches — murmura Herbert Marshall. — Buenas noches — susurra Kay Francis. Y no parecc que ninguno de los dos se halle dispuesto a terminar la noche con esa despedida. P AGIN A 87