Mensajero Paramount (1931-1932)

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Nuevo Mensajero Paramount CECIL B. DEMILLE TIENDE UNA MIRADA A LO PASADO Olvidando por un momento a Neron y los demas personajes de El Signo de la Cruz , el veterano director nos revela como llaniaron su atencion y llegaron a brillar como astros del cine Wallace Reid, Sessue Hayakawa y Agnes Ayres (Contiwua del numero anterior) Wallace Reid, astro de primera magnitud en el cinematografo de su tiempo, atrajo la mirada perspicaz de Cecil B. de Mille cuando este lo vio en la gran pelicula de Griffith El Nacimiento de una Nation (The Birth of a Nation). Hacia Reid en esa cinta el papel de herrero — dice de Mille evocativamente — , y me dejo encantado al ver la maestria con que se desempenaba durante la escena de la pelea. El espacio de banda correspondiente a su presencia en la pantalla no pasaria de veintitres metros, pero, j que bien los aprovechaba para dejar en el animo del espectador la impresion de un gran vigor fisico y de una apostura gallarda ! Con todo — prosigue de Mille — | Wally no picaba muy alto como actor por ese entonces. Resentiase su trabajo de cierta rigidez, faltabale la movilidad necesaria a la variada expresion de emociones y afectos; y resultaba dificil hacerlo salir de su paso. Lo mande llamar y tuvimos un rato de charla en que se me mostro tal cual era : un muchacho apenas salido de la adolescencia. Lo contrate con un sueldo que no montaba a mucho, unos sesenta o setenta y cinco dolares por semana. Poco a poco fui dandole papeles cada vez mas importantes, hasta que al fin la opinion publica lo aclamo por estrella. La primera cinta dirigida por mi en que trabajo Wally fue Maria Rosa, con Geraldine Farrar. Mas adelante acompano a la misma estrella en Carmen y en Juana la Mujer (Joan the Woman). Despues de esto, dispuse darle el papel de mas viso en una produccion, aunque sin que apareciera todavia como estrella, y lo hice asi en La Ocasion Dorada (The Golden Chance), que, en verdad, lo fue para nuestro actor cuyo trabajo al lado de Cleo Ridgeley le conquisto en forma definitiva el favor del publico. Unos siete metros de pelicula, que pasan por la pantalla en menos tiempo del que se tarda en decirlo, fue todo cuanto necesito Sessue Hayakawa para lograr lo que seria el principio de su fama : que Cecil B. de Sessue Hayakawa Mille reparara en sus capacidades de actor. He aqui como relata el caso el propio de Mille: No recuerdo el nombre de la pelicula en que vi por primera vez a Sessue Hayakawa, pero si tengo muy presente la impresion que me causo su trabajo, y como, sin vacilar, procedi a contratarlo para el papel de criado en una de las peliculas de la Farrar titulada Tentacion (Temptation) . El papel no era de mayor significacion, ni el sueldo senalado al novel actor tampoco, pues entro ganando veinticinco dolares semanales ; pero el modo que tuvo Hayakawa de trabajar ante la camara fue sencillamente admirable. Jesse L. Lasky, que estaba sentado junto a mi cuando pasamos la pelicula en nuestro saloncito de proyeccion me dijo : iQuien es ese actor?; y antes de que yo le contestara, anadio: Es de los mejores que he visto. Y fue que, en efecto, Sessue Hayakawa se revelo alii a todos como discretisimo actor y notable personalidad de la pantalla. A poco, despues de haberlo presentado de nuevo en dos papeles secundarios, lo lleve al reparto de La Tramposa (The Cheat), pelicula que hizo de el uno de los astros mas populares durante varios anos. El nombre que sigue al del actor japones en la larga lista de los hallazgos de Cecil B. de Mille es el de Agnes Ayres. Cederemos tambien la palabra al gran director para que nos hable de ella: Ocupabame yo en llevar a escena La Wallace Reid SUM ARIO ;JMagnifico! ;Sl Signo de la Qruz! 83 ; Felices Base?/ as! 84 Sn el cielo de la ^Paramount empieza a brillar una nueva luminaria 85 Un ladron en la alcoba 86 SI Signo de la Cruz 88 Noche tras noche 90 JJaV enus %ubia 92 Cecil T3. de -JMille tiende una mirada a lo pasado 94 Qinemania'’ es la alegrta de Suropa! 96 Fruta Proliibida (Forbidden Fruit), para lo cual tropezaba con la grave dificultad de teller en el reparto a una actriz que, pese a su indiscutible merito y bien ganada fama, no encajaba bien dentro del papel que le habia tocado. En esta emergencia, algun Estudio que estaba a punto de cerrar me recomendo a Agnes Ayres. Despues de haber hecho proyectar una cinta en que ella trabajaba, me parecio que se trataba de una mujer hermosisima, llena de personalidad, pero que adolecia del defecto de ser muy amanerada. A tal inconveniente se sumo, una vez que empezo a trabajar conmigo, la natural nerviosidad que le causaba saber que le seria preciso triunfar alii donde otra actriz, reputada por una de las me j ores, habia fracasado. No obstante, todo se fue allanando; y el recibimiento que dispenso el publico a la pelicula fue homenaje inequivoco a la belleza y la seduccion que Agnes Ayres supo ostentar y desplegar en todas las escenas. (Continuara en el proximo numero) Agnes Ayres PAGiyA 94