Mensajero Paramount (1937–1938)

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Ecos del Congreso de Paramountistas EL muy importante congreso de paramountistas reunido en Hollywood a mediados de junio último, ha tenido, entre otras consecuencias fecundas, la de hacer que aparezca en toda su magnitud, y en forma tal que pueda abarcarse de una sola ojeada, el extenso y superlativo programa que presentará la editora de la cumbre y de las estrellas durante la temporada de 1937 a 1938. Entre los delegados que representaron en el congreso a los paramountistas de las repúblicas latinoamericanas, de Europa y de otras partes del mundo, se hallaban los señores John L. Day, Jr., Albert Deane, John W. Hicks, Jr., Fred W. Lange y George Weltner. La impresión que nos queda de las conversaciones que hemos sostenido con ellos es, que todos coinciden en estas dos apreciaciones : el programa de la Paramount para la temporada de 1937 a 1938 es algo verdaderamente inusitado, tanto por su magnitud cuanto por su variedad y calidad ; considerado desde el punto de vista latinoamericano y europeo, este programa de la Paramount contiene, en grado muy superior a todo lo que se había visto hasta ahora, aquellos elementos que más particularmente conducen al buen suceso cuando se trata de lograrlo en el campo de la pantalla universal. De las cincuenta o sesenta grandes producciones que comprenderá el programa que nos ocupa, veintidós pertenecen a la categoría de las llamadas películas de a millón. El haber reunido tan extraordinario número de producciones de esta clase en el programa de una sola temporada se debe a que, desde la presentación de "El Llanero" ("The Plainsman"), "Cazadores de estrellas" ("The Big Broadcast of 1937"), "Boda en Waikikí" ("Waikiki Wedding") y otras películas de igual categoría, ha ido resultando más patente cada vez que lo que el públi co quiere es esta clase de espectáculo, y no el de la película corriente. Oportuno parece a este propósito traer aquí lo dicho por don Adolph Zukor en discurso pronunciado en una de las sesiones del congreso de paramountistas : "Hay en este negocio (el del espectáculo cinematográfico) ciertos períodos de cambio fundamental. Ese fué el caso ahora veinticinco años, cuando, casi de la noche a la mañana, resultó claro que la gente deseaba ver películas mejores. Las de uno y de dos rollos no alcanzaban ya a satisfacer a públicos cuyo gusto se había depurado y alcanzaba un nivel superior al que tenían en promedio las obras presentadas. "Creo firmamente que hoy nos hallamos en situación parecida. Cúmplenos por lo tanto concentrar nuestro esfuerzo en el tipo de película que, según todos los indicios, contará con el favor decidido del público. En nuestro programa debe haber el mayor número de grandes producciones que sea posible." A más de ser el programa de mayores alientos puesto en ejecución hasta la fecha por una editora cinematográfica, ofrece este programa de la Paramount la particularidad de superarlos también a todos en lo que respecta a la proporción que se les ha concedido a las películas musicales. Distínguense además las de este grupo por lo vario de los géneros, pues hay comedias musicales, operetas, revistas, y, entre estas últimas, una de tipo absolutamente nuevo, como será la que presente a Louis Armstrong y su orquesta juntamente con un reparto compuesto en su totalidad de artistas de la raza de color. Entre las producciones de primera categoría hay tres que se hallan ya listas para la pantalla: "Almas en el mar" ("Souls At Sea"), "Alegre y feliz" (título provisional de "High, Wide and Handsome") y "Ángel." La primera es estupendo drama del océano, dirigida por Henry Hathaway e interpretada por Gary Cooper, George Raft, Francés Dee, Olympe Bradna y no menos de una docena más de actores de primera categoría. En la segunda, que es película musical montada a todo lujo, ocupan el centro de la pantalla Randolph Scott, Irene Dunne y Elizabeth Patterson. Su director fué Rouben Mamoulian. Por lo que hace a "Ángel," la dirección de Ernst Lubitsch, el hechizo de Marlene Dietrich, el ingenio de Herbert Marshall y Melvyn Douglas, parecen haberse puesto en competencia para lograr, como en efecto lo logran, que el chispeante argumento se desenvuelva en escenas que son verdadero dechado del admirable estilo de Lubitsch. "Marea Baja" ("Ebbtide"), versión cinematográfica de la novela de Roberto Luis Stevenson, cuya acción se desarrolla en mares e islas de esplendorosa belleza, que aparece en la pantalla en la forma más perfecta empleada hasta ahora para copiar en ella los colores naturales; "Artistas y Modelos" ("Artists and Models") combinación difícilmente igualable de números musicales, seductores conjuntos femeninos y otras novedosas atracciones; "Bucanero" ("Buccaneer"), producción de Cecil B. de Mille, el maestro del gran espectáculo, son otras tres películas de primera categoría, en las cuales trabajan en la actualidad los Estudios de la Paramount. A más de las seis que acabamos de enumerar, hay dieciséis películas de la misma categoría, la edición de las cuales es cosa definitivamente resuelta. No hay que olvidar, entre los renglones secundarios del magnífico programa, los dibujos animados. De ellos habrá doce de Popeye, otros doce de Betty Boop y uno especial en tecnicolor, en el cual aparece Popeye mano a mano con Alí Baba y sus cuarenta ladrones. Vista general de una de las sesiones del congreso de paramountistas reunido en Hollywood durante los días 10, 11 y 12 de junio. Los delegados que llevaron la representación del departamento extranjero de la Paramount fueron los señores (1) don Albert Deane, (2) don John L. Day, Jr., (3) don Fred W. Lange, (4) don John W. Hicks, Jr., presidente de la delegación, y (5) don George Weltner. MENSAJERO PARAMOUNT pagma s