Mensajero Paramount (1937–1938)

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ff TIFÓN } PAGINA 6 IZARES del mar y de la suerte han reA unido, allá por el año de 1890, en la isla de Tehua, a Roberto Herrick ÍRay Milland), joven inglés en cuya traza haraposa quedan aún vestigios del caballero ; al capitán Thorbecke (Osear Homolka), marino holandés de nobles prendas de carácter, que oscurece, para desgracia suya, la fatal afición a la bebida que le ha hecho hasta perder la carrera; y a Huish (Barry Fitzgerald), ruin personaje que en su facha y en su semblante retrata la vileza de un alma en la cual conviven la cobardía, la deslealtad y la insolencia. La autoridades de la isla no ven con buenos ojos a los tres raqueros. Para ellos, que, por no ignorarlo, viven en perpetua zozobra de que los deporten a alguna colonia penal, es una verdadera bendición la llegada de la Golden State. Trae esta goleta, que viajaba a Sydney con cargamento de champaña de California, y que ha entrado en Tehua de arribada forzosa, la bandera amarilla que denota que hay pestilencia a bordo. Y en efecto, víctimas de ella han sido el capitán y el piloto, sin los cuales le es imposible proseguir el viaje a la ignorante tripulación. Como no hay marino que quiera encargarse del buque infestado, el Cónsul norteamericano le ofrece el mando al capitán Thorbecke, quien lo acepta al momento, y decide llevar consigo a Herrick y a Huish, en calidad de subalternos, aunque ninguno de los dos entienda ni jota de achaques de navegación. Una vez en alta mar, el capitán Thorbecke empieza a darle vueltas en el magín a una idea. Después de este viaje, que sólo debe a circunstancias fortuitas, no volverán a confiarle el mando de buque alguno. Siendo así, ¿por qué no aprovecharse de la ocasión para asegurar el propio porvenir y el de sus tres pequeñuelos, que están allá, en Holanda, pasando necesidades? Cuanto tiene que hacer para ello es cambiar de rumbo, llevar el buque a un puerto del Perú, venderlo con carga y todo, e invertir el dinero que esto produzca en las minas de esa república sudamericana, de las cuales ha oído contar tantas maravillas. Huish, a quien comunica el plan, lo acoge sin vacilación de ninguna especie. No así Herrick. Pero éste acaba también por convenir en todo. Mas ocurre que una mujer, una adolescente casi, de cuya presencia a bordo no estaban enterados, se presente de súbito a estorbarles la ejecución de la pirática empresa. Fe Wishart (Francés Farmer), hija del difunto capitán de la Golden State, intima al capitán Thorbecke y a sus dos cómplices que no tolerará que cambien el rumbo del buque. Cuando el capitán Thorbecke insiste en mantener la orden que ha dado para que así se haga, la animosa joven dispara el revólver con que lo amenazaba. La herida del marino es sólo leve. Y Fe Wishart quedaría a MENSAJERO PARAMOUNT 1