Mensajero Paramount (1937–1938)

C€LE Ll Ul Al I ELENA (Carole Lombard), la linda esposa del joven abogado Kenneth Bartlett (Fred MacMurray), es tan propensa a exagerar y aun a inventar, que raras veces sale la verdad de su boca sin haberse convertido en algo más o menos vecino de la mentira. Kenneth, cuya honradez es acrisoladísima, está resuelto a encargarse únicamente de la defensa de aquellos casos en que el cliente tenga toda la razón de su parte. En vista de que éstos no se. presentan y que la situación se hace más difícil día a día, Elena acepta, a escondidas de su esposo, el empleo de secretaria que le ha ofrecido Otón Krayler (John T. Murray). Cuando éste trata de permitirse ciertas confianzas con ella, lo rechaza enérgicamente, y huye de allí. Horas después vuelve, acompañada por su íntima amiga Margarita (Una Merkel), a fin de recoger el sombrero, el abrigo y el portamonedas que se había dejado olvidados en el afán de su precipitada salida. Krayler ha muerto víctima de ignorado asesino, y la policía, ateniéndose a las apariencias, que son harto sospechosas, culpa a Elena del crimen. Enterado de lo que ocurre, Kenneth acude a encargarse de la defensa de su esposa, a la cual pide que lo entere, sin ocultarle pormenor alguno, de la verdad de lo ocurrido. La propensión de PAGINA 8 que se habló al principio, impulsa a la acusada a embellecer la verdad, lo cual hace en fantástico relato que la presenta como intrépida heroína que da muerte a Krayler cuando ve en ello el único medio de escapar del lazo que él le había tendido a su honra. Tomando esta versión, que juzga verídica, como base de la defensa, Kenneth alega con tanta elocuencia en favor de Elena, que consigue que salga absuelta. Otras consecuencias favorables, a más de ésta, trae el suceso que pudo haber llevado a Elena a presidio y aun al cadalso. La resonancia que tuvo el proceso, al llevar en alas de la publicidad el nombre de Kenneth Bartlett, le ha granjeado al joven abogado reputación que le asegura ahora crecida clientela. Y la misma causa, por lo que se refiere a Elena, ha acarreado efecto que, aun cuando distinto en la forma, es idéntico en el resultado, a saber, que gane ella muy buenos dólares escribiendo para los periódicos. La gozosa tranquilidad de que disfrutan los jóvenes esposos al ver resuelto el antes apremiante problema económico, no tarda, empero, en hallarse amenazada, y de modo muy grave. Charley (John Barrymore), extravagante personaje, que es uno de esos hombres de los cuales no hay quien sepa MENSAJERO PÁRAMOUNT Adolph Zukor presenta a Carole Lombard, Fred MacMurray y John Barrymore en "Confesión Sincera" ("True Confession") con Una Merkel, Porter Hall, Edgar Kennedy y Lynne üverman — Realización de Wesley Ruggles — Guión cinematográfico de Claude Binyon — Basado en una obra teatral de Louis V erneuil y Georges Berr — Producción de Atbert Lewin — Dirección de Wesley Ruggles — Dirección musical de Boris Morros — Música original de Frederick Hollandcr — Canción Confesión Sincera por Frederick Hollander y Sam Coslow — Fotografía de Ted Tetzlaff — Dirección artística de Haus Dreier y Robert Usher — Montaje de la película por Paul Weatherwax — Fonografía de Earl Hayman y Don Johnson — Vestuario de Travis Banton — Decorados interiores de A. E. Freudeman — Un film Paramount hablado en inglés con rótulos explicativos en castellano. nada a ciencia cierta, manifiesta a Elena que está muy al tanto de lo que ocurrió verdaderamente en el asesinato de Otón Krayler, y que enterará a Kenneth de que ella le hizo un relato mentiroso del mismo, a menos que e paguen muy bien por callarse. Elena queda aterrada al pensar en lo que ocurrirá si su marido, a quien había prometido solemnísimamente no volver a decir ni la más leve mentira, la pesca en una de tal calibre. En este momento, Kenneth, que ha oído la conversación, se presenta de improviso. El desconcertado Charley canta de plano entonces, confesando que el asesino de Krayler fué su cuñado, el cual murió poco después, a manos de la policía, en un atraco. Después de que Charley se retira, y dándose por muy bien servido de que el fracasado chantaje no le cueste verse entregado por Kenneth Bartlett a las autoridades, el propio abogado de