Mensajero Paramount (1937–1938)

Record Details:

Something wrong or inaccurate about this page? Let us Know!

Thanks for helping us continually improve the quality of the Lantern search engine for all of our users! We have millions of scanned pages, so user reports are incredibly helpful for us to identify places where we can improve and update the metadata.

Please describe the issue below, and click "Submit" to send your comments to our team! If you'd prefer, you can also send us an email to mhdl@commarts.wisc.edu with your comments.




We use Optical Character Recognition (OCR) during our scanning and processing workflow to make the content of each page searchable. You can view the automatically generated text below as well as copy and paste individual pieces of text to quote in your own work.

Text recognition is never 100% accurate. Many parts of the scanned page may not be reflected in the OCR text output, including: images, page layout, certain fonts or handwriting.

Lubitsch nos brinda el desfile de las esposas y de las risas LA compra de un pijama en una tienda de J Niza se convierte en un serio problema para Miguel Brandon (Gary Cooper), multimillonario norteamericano, al insistir en adquirir solamente la chaqueta dejando el pantalón por cuenta del tendero. Nicole de Loiselle (Claudette Colbert), hija del arruinado marqués de Loiselle (Edward Everett Horton), salva la situación ofreciendo comprar el pantalón que Brandon ha desechado. El encuentro ha sido una revelación para Brandon que ha quedado prendado de la hermosura y vivacidad de Nicole, pero su entusiasmo queda un tanto entibiado ante las evasivas e indiferencia con que ella contesta a sus preguntas. Brandon se retira sin haber podido averiguar nada acerca de la encantadora desconocida. Regresa a su hotel de muy mal humor, del cual hace víctima al gerente quejándose de su habitación y exigiendo que le den otra inmediatamente. Al inspeccionar otras habitaciones con el gerente, halla en una de ellas a un hombre metido en la cama quien al verlos entrar se levanta descubriendo el pantalón del pijama que Brandon había comprado a medias con la joven desconocida. El individuo resulta ser el marqués de Loiselle a quien la gerencia del hotel tolera con la esperanza de que consiga poner en práctica alguna de sus combinaciones fantásticas y les pague las cuentas atrasadas. Brandon queda encantado al enterarse del parentesco del marqués con la muchacha y ante la posibilidad de volver a verla. Por su parte el marqués, que se proponía entrevistar al millonario para proponerle uno de sus negocios, se congratula de que éste haya caído en sus manos tan fácilmente. La entrevista termina en un acuerdo mutuo por el cual Brandon compra al marqués una bañera de la época de Luis XIV entregándole un cheque de 60,000 francos, y el marqués se compromete a facilitar las relaciones de Brandon con su hija. La primera entrevista de Brandon y Nicole, arreglada por el marqués, marcha a pedir de boca hasta que Nicole se entera de que Brandon ha tenido siete esposas de las cuales se divorció proporcionando a cada una de ellas una renta vitalicia de $50,000. El espíritu comercial de estos arreglos así como la insistencia del marqués, que no quiere perder la oportunidad de tener un yerno multimillonario, destruyen las ilusiones que Nicole se había forjado y su actitud cambia notablemente, con gran sorpresa de Brandon. Pero la muchacha se da cuenta de que lo que más le molesta en Brandon es su actitud con respecto al matrimonio y sintiéndose involuntariamente atraída hacia él decide darle una lección que cambie por completo sus ideas matrimoniales. Cuando Brandon insiste en que se case con él, Nicole acepta pero exige que se cumplan ciertas condiciones. La más importante es que Brandon le asegure antes del casamiento una renta vitalicia de $100,000 por año indicando con ello que coloca a Nicole en un nivel más alto que sus siete esposas anteriores. Brandon conviene en ello sin vacilación y a los pocos días se casan. Pero los planes de Nicole son mucho más complicados que lo que a primera vista parece. Desde el primer día adopta una actitud de indiferencia que conserva durante el extenso viaje de bodas por los lugares más pintorescos de Europa. Cada vez que Brandon trata de hacer las paces, Nicole se muestra esquiva y si él insiste ella le echa en cara sus siete divorcios aconsejándole que puesto que algún día se querrá divorciar también de ella sería preferible que lo hiciera inmediatamente. Brandon está sorprendido y trastornado pues, a pesar de sus siete casamientos, no ha tenido nunca que habérselas con una mujer como Nicole. El hecho de que su mujer lo trate con frialdad, permanezca ausente la mayor parte del día y le cierre las puertas de su dormitorio por la noche estimula hasta tal punto su enamoramiento que le es imposible pensar en otra cosa. Los ruegos y las amenazas con que prueba de ablandar a Nicole resultan completamente inútiles. Estando así las cosas, Brandon empieza a recibir anónimos que acusan a su mujer de infidelidad. El autor de estos anónimos es Nicole para quien es objeto de gran diversión observar el efecto que producen en su marido. Brandon empieza a sentir la mordedura de los celos y para salir de dudas confía a un detective (Hermán Bing) la misión de vigilar a su mujer. Pero ésta no tarda en descubrir los planes de su marido y con gran destreza consigue conquistarse al detective que acaba por darle la razón a ella y revelarle los proyectos de Brandon. Por este medio, Nicole se entera de que Brandon tiene intención de fingir un viaje a Bruselas a fin de poder sorprender a Nicole en brazos de su amante. Decidida a darle otra lección, Nicole se pone de acuerdo con el boxeador Kid Mulligan (Warren Hymer) que además de hacerse pasar por Adolph Zukor presenta a Claudette Colbert y Gary Cooper en la producción de Ernst Lubitsch "La Octava Mujer de Barba Azul" ("Bluebeard's Eighth Wife") con Edward Everett Horton, David Niven, Elizabeth Patterson, Hermán Bing, Warren Hymer y FranJclin Pangborn — Guión cinematográfico de Charles Brackett y Billy Wilder — Basado en la comedia de Alfred Savoir — Leo Tover, fotógrafo — Farciot Edouart, efectos fotográficos especiales — Hans Dreier y Robert Usher, dirección artística — Harry Mills y Don Johnson, grabación sonora — Travis Banton, vestuario — A. E. Freudeman, decorados interiores— Boris Morros,, dirección musical — Música original de. Frederick Hollander y Werner Heyman — John M. Leipold, arreglos instrumentales — Producción y dirección de Ernst Lubitsch — Un film Paramount hablado en inglés con rótulos explicativos en castellano. PAGINA 10 su amante se encargará de darle una paliza a Brandon. Pero quiere el destino que a la hora convenida se presente en casa de Nicole Alberto de Regnier (David Niven) un primo lejano de la muchacha, que abriga esperanzas de poder casarse con ella después de su divorcio. Mulligan toma al primo por el marido, y de un directo bien colocado lo deja tendido en el suelo. Pero al enterarse de su error se enfurece y se niega a permanecer en la casa. Alberto vuelve en sí, pero Nicole lo vuelve a dejar sin sentido y lo deposita en su dormitorio con objeto de que Brandon lo encuentre allí. El espectáculo que se ofrece a los ojos de éste cuando penetra en el dormitorio de su mujer le obliga a declararse vencido y a convenir en iniciar inmediatamente las gestiones para su divorcio. Cuando suena la hora del triunfo, Nicole se da cuenta de que al lograr su objeto ha destruido su felicidad y que habiendo ganado todas las batallas acabó perdiendo la guerra. En realidad no tuvo nunca la intención de divorciarse de su esposo. Al día siguiente, Nicole sale en busca de Brandon dispuesta a revelarle sus verdaderos sentimientos y a pedirle perdón por lo sucedido pero se entera de que Brandon ha desaparecido después de haber hecho todas las gestiones para el divorcio. Pasan varias semanas durante las cuales Nicole no cesa en sus pesquisas y finalmente descubre que Brandon se ha refugiado en un sanatorio. Nicole trata de entrevistarse con él pero no consigue ni entrar en el sanatorio. Desesperada ante semejante fracaso confía sus cuitas al marqués para quien no existe problema insoluble siempre y cuando haya dinero a mano. Acostumbrado a hacer las cosas en grande y contando con los cien mil dólares de la pensión de Nicole, el marqués se las arregla para comprar el sanatorio. Al tomar posesión del establecimiento ordena que pongan a Brandon en una camisa de fuerza y acto seguido lleva a Nicole a la celda del enfurecido millonario. Nicole comprende que Brandon la quiere sinceramente, pese a sus fracasadas aventuras matrimoniales, y que a ella le será ya imposible vivir sin él. Aprovechando el hecho de que Brandon, metido en la camisa de fuerza, no tiene más remedio que escucharla, le explica lo sucedido y se esfuerza en hacerle comprender que su proceder se debía al temor de quedar clasificada como la octava ex mujer de Brandon. Este, recordando que en todos los encuentros con su esposa ha salido perdiendo, se niega a escucharla y hace esfuerzos sobrehumanos para librarse de la camisa de fuerza. Pero Nicole habla con tal sinceridad que cuando Brandon consigue desprenderse de la camisa de fuerza en vez de echar a correr tiende los brazos a su esposa sellando con un beso y un abrazo el pacto de paz. MENSAJERO PARAMOUNT