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I AS familias de los Bertolines y de los ■^ Santiagos, que contaron en un tiempo entre las más opulentas de la comarca, se hallan hoy muy venidas a menos. Don Antonio Santiago (Carlos Villanas) aspira a asegurar el porvenir de su hija Rita (Blanca de Castejón) casándola con Alfonso Hernández (Martín Garralaga), hacendado que posee grandes cafetales en Puerto Rico y debe llegar en esos días, en viaje de recreo. La joven, que tiene amores con Julio Bertolín (Tito Guizar), lo manifiesta así a su padre cuando él le habla del proyectado enlace. Pero don Antonio, firme en su plan, le contesta que Julio no es de ninguna manera el hombre que le conviene : primero, por ser hijo de sujeto que como Rafael Bertolín (Romualdo Tirado) es un ebrio consuetudinario ; y segundo, porque pasarán años antes de que el muchacho, que estudia en la actualidad para médico, concluya su carrera y quede establecido.
Deseoso de ganar dinero rápidamente pa
ra poder casarse con Rita, Julio decide dejar sus estudios y marchar a la ciudad de Los Ángeles, donde espera abrirse paso como cantante. En la misma casa donde se hospeda, viven Ana Celia Ramos (Carolina Segrera) y su hija Anita (Evelyn del Río), graciosa y precoz chiquilla que simpatiza inmediatamente con el forastero. Gracias a Ana Celia, Julio logra colocarse en el cabaret de El Chato (Paul Ellis), donde ella trabaja.
José Miranda (Juan Torena), íntimo amigo de Julio, al cual nombran Fiscal en Los Ángeles, se traslada a esta ciudad en compañía de don Antonio Santiago y de Rita. Todos tres van al cabaret de El Chato. La actitud de Ana Celia, que está enamorada de Julio a pesar de que él la trata sólo como a una amiga a quien debe agradecimiento, induce a Rita a creer que su novio la ha olvidado por la otra. Más adelante, cuando Julio, después de haberse visto tratado con gran frialdad por Rita, se ha re
El film en que el aran cantante es también un aran actor
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tirado a su camarín, preséntase allí Ana Celia. A poco llega El Chato quien, enloquecido por los celos, trata de matar a Ana Celia. Julio se interpone. En la lucha que sostiene con El Chato, se dispara el revólver que ésta empuña. La gente que acude al ruido de la detonación encuentra a Ana Celia casi expirante y a Julio con el arma, aun humeante, que había arrebatado, aunque ya tarde, al agresor.
A pesar de que Ana Celia le había dicho a Anita, momentos antes de morir, que fué El Chato quien la mató, las autoridades, que no se cuidan de interrogar a la niña, acusan a Julio de la muerte. Toda esperanza parece perdida para el inocente que, condenado a la última pena, se despide de su madre (Emilia Leovalli) en una escena conmovedora.
Al ver en uno de los diarios que publican
extensa información acerca del sangriento
suceso un retrato de El Chato, Anita dice a
(Continúa en la página 8. Vea los grabados de ¡as páginas 6 y 7.)
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MIS CCS AMCRES"
MENSAJERO PARAMOUNT
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