Mensajero Paramount (1927)

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MENSAJERO PARAMOUNT a ¿Leoncitos a Mí?" DOUGLAS MacLEAN e n " c LEONCITOS A MI?" (Hold That Lion) Película basada en un asunto original de Rosalie Mulhall, llevado a la pantalla según la versión de Joseph Franklin Poland. Editor Supervisor GEORGE J. CRONE Dirección de WILIAM BEAUDINE Película Paramount REPARTO Daniel Barns Douglas McLean Ricardo Warren Walter Hiers Margarita Constance Howard Profesor Brand George Pearce MacTavish Wade Boteler Horacio Smythe Cyril Chadwick D ARGUMENTO ANIEL BARNS es un joven impulsivo y excesivamente romántico. A esto se debe, sin duda, que se enamore a primera vista de Margarita Brand el día que ambos se encuentran, casualmente, en un rascacielos neoyorquino. Al día siguiente del casual r_ y auspicioso encuentro, Margarita, acompañada de su papá, el célebre profesor Brand, empedernido cazador de 1 leones y otras fieras de la ignorada selva africana, emprende un viaje, que muy bien pudiéramos llamar de circunvalación, alrededor del globo. Enterado de ¡ello nuestro buen Dalí niel por el agente de ] la compañía de vapores que vendió los billetes a los viajantes, se lanza I inmediatamente en seguimiento de la rubia hechicera que le robó el corazón, en compañía de su inseparable amigo Ricardo Warren. Desgraciadamente, al llegar al muelle, Daniel y Ricardo se encuentran con que el va por ha partido cinco minutos antes. Impulsivo y romántico hasta la exageración, como antes hemos apuntado, Daniel no ceja en su empeño de declararle su desbordante amor a la rubia Margarita y de devolverle personalmente el pañuelo de bolsillo que en opinión del joven se le cayó a aquella. Puesto de acuerdo Daniel con su inseparable amigo Ricardo, ambos deciden que Margarita merece la pena que se la siga hasta el fin del mundo por una mirada de sus lindos ojos. ¿ Cabe mayor romanticismo tratándose de un amor iniciado en un prosaico rascacielos neoyorquino? Después de una carrera loca llevada a cabo con el auxilio de media docena de vapores trasatlánticos y otros medios de transporte menos modernos que aquellos, nuestros amigos alcanzan al famoso profesor Brand y a su bella hija en una ciudad cualquiera del África Oriental inglesa. Fiel a su promesa, Daniel espera con verdadera ansiedad el momento de devolverle el pañuelo de bolsillo a Margarita, y al presentarse ese momento, pocos minutos mas tarde en el salón de baile del hotel donde ambos se hospedan, nuestro héroe recibe el mayor desengaño de su vida al rehusar Margarita el pañuelo que le entrega, pues resulta que En estas escenas, tomadas de la película de gran risa, "¿Leoncitos a mí?", el simpático actor Douglas MacLean demuestra gráficamente que a él los leones no le asustan, y si alguien lo duda, que se lo pregunte a Constance Howard, la bella y eminente actriz que lo secunda en este aplaudido film de la Paramount iio es suyo. Sin embargo, a fin de que el desencanto no sea completo, la hermosa joven ofrece bailar con su tenaz perseguidor la primera danza. Al ir a ponerse los pantalones correspondientes a su traje de etiqueta, Daniel descubre, con el mayor asombro, que están descosidos y que una reparación inmediata es inminente. A escondidas de Margarita, Daniel se quita la utilísma prenda de vestir y la entrega a su amigo Ricardo para que la lleve al sastre. Tanto tarda Ricardo en volver con los pantalones de su amigo Daniel, que éste, olvidando que no los lleva puestos, se dispone a salir sin ellos. Afortunadamente, sus ojos tropiezan con unos kilts, o especie de falda corta que caracteriza el traje nacional de los escoceses, y se los viste, mas como que en el salón de baile hay un escocés auténtico, a quien seguramente pertenecen los kilts, Daniel se encuentra en una situación tan chistosa como comprometida, de la cual sale ileso gracias a su ingenio y sobre todo a su sangre fría. Bailando con Margarita, Daniel olvida pronto sus dificultades y la falta de los pantalones. Creyéndole un escocés valiente y atrevido, Margarita invita a Daniel a una cacería de "gatos," la cual deberá celebrarse con todas las formalidades requeridas por tan interesante deporte al día siguiente bajo la inmediata dirección del padre de la joven, quien ofrece una artística copa de plata al cazador que logre cobrar el primer "gato," con la condición de que debe entregarlo vivito y coleando. Como es de suponerse, Daniel acepta la invitación haciendo al mismo tiempo alarde de sus extraordinarios dotes de cazador de gatos, los cuales lleva cazados a docenas sin haber recibido el menor arañazo. Terminado el baile, Daniel se dirige a su habitación en donde encuentra a su amigo Ricardo aguardándole. El pseudo cazador de PAGINA 13