Mensajero Paramount (1927)

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Mensa/era ^aranwiuit Los Últimos Grandes Estrenos Paramour Impresiones de un espectador imparcial "PAZ EN LA TIERRA" HE aquí una historia que ofrece el interés siempre inextinguible de las situaciones paradójicas. Paz en la Turra, llámase, con visión sublime de este día lejano en que la paz sea patrimonio efectivo de este reino, pero Paz en la Guerra podría llamársele también, porque la paz más excelsa es la paz del alma, la paz del corazón, y ésta puede subsistir, aunque la sangre corra a torrentes en el estridor desconcertante de la batalla. Paz paradójica es la de Arquímedes muriendo atravesado por la hoja fría, ante la mesa donde solucionaba sus profundos problemas geométricos; paz paradójica es aquélla que, imperiosa, establece el dulce amor entre dos seres que militan en campos opuestos, separados por el abismo infranqueable de los odios, por el surco fatal y martirizante de la trinchera. En esta película de gran efecto escenográfico y profundo sabor psicológico, la eminente y admirable Pola Negri despliega, en grado máximo, sus soberbias cualidades de gran actriz dramática, las mismas cualidades que tan lozanos laureles siempre le han valido; y que aquí, en Paz en la Tierra, descuellan con mayor intensidad, como si la artista, arrebatada por la trama y por la profundidad emotiva de la obra, hubiera alcanzado a superarse a sí misma, haciéndose más intensa, logrando desplegar con mayores bríos sus expresiones de bondad, de compasión, de odio, de duda, fundiéndolas todas en el crisol ardiente y sensitivo de su alma hasta producir el fino metal de las emociones supremas, del sentimentalismo superabundante del espíritu, que, cual oro del alma, se resiste al ataque de todos los ácidos, rechaza la contaminación de todas las impurezas: el amor, el amor que todo lo dora, que todo lo refina, que todo lo endulza y lo redime y lo purifica. Pola Negri es la Marta de Paz en la Tierra, la perla preciada y bien querida de los campos placenteros de la bella Normandía; la joven que entre los rigores y los odios de una tierra sumida en los infiernos malhadados de la guerra, responde valerosa ai llamado de su corazón, que le dice imperioso : ama, ama. . . Pero el objeto de su cariño, desgraciadamente, es uno de los enemigos de su amada PACiy i t Francia, un prisionero de guerra que siente sobre sí el desprecio abrumador contra el teutón empedernido ; contra el que cruzó en son de guerra los confines pacíficos de un pueblo feliz que vivía al arrullo de las églogas de sus pastores guardadores de rebaños ; contra aquél a quien la opinión popular hacía responsable de todo lo ocurrido ; el espectro que, cual otro jinete de la revelación apocalíptica, sólo fuera mensajero de miserias, de crímenes y penalidades. María, tal como ha logrado encarnarla Pola Negri. protagonista de "Paz en la tierra" y Mauritz Stiller, célebre "metteur' sueco, director de la película "The W ornan on Trial" que se estrenará en breve. Pola Negri en el plateado de la escena muda, simboliza un carácter elemental de rasgos eminentemente humanos, genéricos, inmensos y cosmopolitas; un carácter imperecedero ; un carácter que existió en los tiempos remotos de las guerras de la Esparta con la Grecia y de la antigua Roma con Cartago devastada; un carácter que existe y existirá eternamente por los siglos de los siglos, porque el alma humana es y será siempre esencialmente la misma, idéntica en sus pasiones y quereres, como inextinguible es la estrella luminosa del espíritu, que dirase encendida por la mano del Supremo ber pai a alumbrar los pasos de la humanidad siempre indecisa y vacilante, que sigue una estrella, sin saber el porqué brilla, ni quien la encendió, sola mente porque es estrella y refulge sob fondo tenebroso de la nada, y habla sileí sámente de algo inefable que todos ansí; y queremos y adoramos, de este algo qu sabemos como describir pero que sent y que llamamos, sin saber lo que decime esencia sublime del divino amor. Tal el símbolo que nos ofrece Pola iN en su soberbia interpretación de Paz c Tierra, la película que, indudablemente brá de dar la vuelta al mundo, conquist; voluntades y despertando espíritus dorm predisponiendo al amor y a la bienavt ranza, que sólo percibimos como un p; reflejo de lo divino ignorado, de lo que las leyTes del Universo todo y nuestra ve tad y nuestro corazón y nuestro ente miento. Todos los críticos que han visto la cula han estado unánimes en proclamad, película ideal para el alma dramática de Negri," pero yo iría más lejos, yo la lk ría la película ideal para el alma humar "Vi la guerra por mis propios ojos puesto en mi actuación todo aquéllo que inspiró la fuerza evocativa de los rec dos." Así es como Pola Negri resuir autojuicio de su obra. "EL MUNDO A SUS PIES' En este film de la Paramount, Flor Yidor se nos presenta como la esposa d abogado cuva profesión ella practica I más inteligencia y buena suerte que el el pañero que el picaro destino le depail Dejando a un lado los incidentes córrl que tanto abundan en la película, hay ei dos ellos un fondo humano y un elem< de fina ironía tan sutil, que puesto en m¿ de la protagonista, hace de El mundo a pies una de las obras cinematográficas divertidas e interesantes que se han llev en estos últimos tiempos a la pantalla, mujer moderna, la que en su hogar des peña el papel que normalmente estaría servado al marido, quien queda fata inevitablemente relegado a un segundo no, está admirablemente encarnada eij persona de Florence Yidor, de cuyos m mientos tan naturales y libres de toda a¡ tación, está pendiente el espectador dj que esta inimitable artista aparece en la jj talla hasta el final e inevitable fade-out, precede al consabido fin.