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Mensa/era §*aramxiunt
íT.H-rXt
mente del negocia \ logra convencer a Dis de la obra estaba asegurado, especialmente broM para que intercale la producción entre el cuadro en que se cantaba el número de
los otros números musicales de la revista, ipresario, sin embargo, pone una con dición, la de que Kitt) se preste a pasar por su amante \ lo libre de la persecución de la tiple, qu< tant< >s caí iñi is se le ha
hecho insoportable. Kitty acepta la condi ción y, además, obtiene un puesto como corista.
reodoro, pero el día del estreno se iba acercando \ éste un aparecía por parte alguna. Por t'm, la empresa decidió poner el asunto en manos de una agencia de detectives, para que se encontrara el autor y se pudiera firmar el contrato necesario.
Kitty, aunque apenada por la desaparición de Gilbert, estaba en la gloria, por no dudar ya del éxito de su buen amigo. Allí, en las tablas, aprendió los diez mandamientos modernos de la mujer del teatro, de la mariposilla que canta en el coro, que danza en los bailes: "no lo dejes escapar," repelido diez veces, para que no pueda escapar de ningún modo de los tentáculos absorbentes, unas veces del amor, otras veces del dinero.
Por fin, de un modo accidental, encontróse al autor de la composición. I [aliábase Gilbert a la puerta del teatro, bien ajeno a las pesquisas de que era objeto, cuando alguien salió a preguntarle al portero si sabía dónde se podría encontrar alguien que pudiera arreglar el piano que acababa de descomponerse. Gilbert oyó las palabras y se ofreció para el trabajo. Una vez dentro se descubrió que el piano no tenía otra cosa que una serie de colillas de ta
■euz la chiquilla de haber li igrado imponer la composii
idolatrado, vuelve corriendo a la casa de huéspi des a llevar la buena nueva, más ¡ ay !. va Gilbert, apesadumbrado por la semanas de renta que debía.
había marchado. ■ I >ónde encontrarlo?
lie 1" sabía. 1 I. bía ido a ocultar la
..lienza de su fracaso allí donde nadie lo conoeioe ni le
Empezaron I
y iodo parecía indicar que el
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baco que obstruccionaban las teclas. Des
dióse el compositor y se quedó vagando ]
el escenario, mientras se hacían los prejl
rativos para reanudar el ensayo.
El piano empezó a preludiar unas nota
pronto el coro entonó los aires de "Un l)i
a oscuras," la composición de Gilbert.
sorpresa fué inaudita y corrió como li
por entre los bastidores llamando a voz
grito al director de escena. Al oír sus vo
reconocióle Kitty y pronto se disipó tod<
misterio de la desaparición, yendo Gilbert
despacho del empresario para arreglar
cuestión de los derechos para la puesta
escena de su pieza. El director de e
acompañólo hasta la puerta del teatro
ciéndolo subir a un lujoso automóvil (
esperaba. Kitty ofreció reunirse con él n
tarde, después del ensayo.
* * *
Apenas había subido Gilbert al automói la tiple, la que debía cantar su canción, i tenía muy mala Juntad a Kitty, presentó en la prj zuela pidiendo ffl miso p a r a sil puesto que tanib; ella tenía necesioi de ir al despacha Disbrow. Una en el auto, la tqj c o n sagacidad mujer, empezó a sinuar que todo lujo que últimarai te desplegaba Kr se debía al ía\l especial con que ; empresario Disbr<¡ la obsequiaba. E:' puso de muy mal \\ mor al autor, ql pensó para sí qj ante todo había | averiguar lo que 1 biera de cierto en insinuaciones m a ciosas de la cómi>